Este día conmemoramos eventos sociales y políticos de gran impacto en los derechos de las mujeres, es también un día para reflexionar porque nos rememora  la dura experiencia de un grupo de jóvenes trabajadoras que en condiciones no propicias, perdieron la vida en un incendio en la fábrica en la cual laboraban.

Viviendo en el siglo XXI, nos seguimos encontrado con mujeres obreras, que día a día trabajan largas jornadas en lugares con pocas o nulas condiciones salubres y de seguridad, por un mínimo pago, todo con la intención de sacar a su familia adelante.

Uno de los fines de la trata de personas es la explotación laboral, según la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos en su Artículo 10 fracción IV, la cual se entiende de acuerdo al Artículo 21 de esa misma ley como:

“…Cuando una persona obtiene, directa o indirectamente, beneficio injustificable, económico o de otra índole, de manera ilícita, mediante el trabajo ajeno, sometiendo a la persona a prácticas que atenten contra su dignidad, tales como:

  1. Condiciones peligrosas o insalubres, sin las protecciones necesarias de acuerdo a la legislación laboral o las normas existentes para el desarrollo de una actividad o industria;
  2. Existencia de una manifiesta desproporción entre la cantidad de trabajo realizado y el pago efectuado por ello, o
  3. Salario por debajo de lo legalmente establecido.”

Es preocupante que los roles sociales y estereotipos formados alrededor de las mujeres, las orillen en esta actualidad a aceptar este tipo de empleos, que ponen en riesgo su integridad.

Quizá, hemos tenido conocimiento de mujeres en este tipo de situaciones, de lugares en los que diariamente vemos entrar a tempranas horas de la mañana y salir a altas horas de la noche a trabajadoras, que platican en su andar de lo cansado de su jornada, lo agobiante que resulta su patrón o patrona, y las malas condiciones en las que se encuentra su lugar de trabajo. Esto pudo hacernos sentir indignación, enojo, tristeza e impotencia y nos preguntamos ¿Cómo podemos ayudar?

La denuncia apoya a que las autoridades competentes tomen acciones de prevención, sanción y erradicación de este flagelo social y brinden protección y asistencia a las víctimas de este delito.

Te invitamos a reflexionar sobre este tema y apoyar a darle voz a quien parece haberla perdido, pero que intenta gritar #AquíEstoy. Denuncia en la Línea Nacional contra la Trata 01800 5533 000.

#AquíEstoy contra la Trata de Personas.