Ciudadano ENRIQUE PEÑA NIETO, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas;
 
Licenciado MARIANO GONZÁLEZ ZARUR, Gobernador del estado de Tlaxcala;
 
Almirante VIDAL FRANCISCO SOBERÓN SANZ, Secretario de Marina;
 
Licenciado GERARDO RUIZ ESPARZA, Secretario de Comunicaciones y Transportes y Responsable de la Región 6 del Programa de
 
Atención a Entidades Federativas.
 
Distinguidos integrantes del gabinete presidencial que nos acompañan;
 
Diputado MARIO HERNÁNDEZ RAMÍREZ, Presidente de la mesa Directiva del Honorable Congreso del estado.
 
Magistrado JOSÉ ARMANDO JUSTINO HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado;
 
Licenciado ORLANDO SANTA CRUZ CARREÑO, Presidente Municipal de Apizaco;
 
Distinguida familia del Barón de Cuatro Ciénegas, DON VENUSTIANO CARRANZA;
 
Damas y caballeros;
 
Compañeros de armas;
 
Muy buenas tardes.
 
El Ejército, Armada y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas permanentes que reconocen la obra de sus antepasados.
 
A lo largo de su historia, han aprendido a honrar la memoria de los hechos, para reverenciar hombres y principios a los que debemos nuestra esencia nacional.
 
En el periodo postrevolucionario y al acercarse el fin de su mandato como Presidente de la República, DON VENUSTIANO CARRANZA enfrentó la adversidad producto del Plan de Agua Prieta, en el que se atentaba contra las instituciones nacionales.
 
Ante estos acontecimientos y para garantizar la seguridad de los Poderes de la Unión, Carranza decidió el cambio de sede de su gobierno al puerto de Veracruz.
 
A principios del mes de mayo de 1920, desde la capital del país a bordo de un tren, trasladó a su gabinete en pleno, empleados, tropas y el tesoro nacional.
 
Esta travesía, dio pie a uno de los acontecimientos que nuevamente puso en relieve la indiscutible lealtad al gobierno de la república por parte de los cadetes del Colegio Militar.
 
El 7 de mayo de 1920, las escuelas que integraban este insigne plantel ─recientemente restablecido el 5 de febrero de ese año, en Popotla, por el mismo Carranza─ salieron de la ciudad de México rumbo a Veracruz escoltando al Presidente de la República, en quien recaía la legalidad institucional.
 
Al llegar a ésta región de Apizaco, los adversarios al régimen atacaron el tren inesperadamente; fue en ese momento que aparecieron los cadetes de la escuela de caballería que custodiaban al Primer Mandatario de la Nación; por lo que los atacantes dirigieron su esfuerzo hacia estos valientes jinetes que se aproximaban a todo galope.
 
Era el Escuadrón de Caballería del Colegio Militar, el cual ejecutó una memorable carga que hizo que los sorprendidos atacantes, se desbandaran y huyeran.
 
La fuerza moral del cumplimiento del deber, llevó a esos valerosos Cadetes a reunirse de nuevo, recobrar su formación y continuar su marcha.
 
Con esta acción los Cadetes demostraron ─una vez más─ valor, abnegación y espíritu de sacrificio, que han caracterizado a los integrantes del Colegio Militar.
 
Demostraron también, su ejemplar disposición y decisión heredadas de sus hermanos mayores de Chapultepec en 1847 y de la ciudad de México en 1913, para seguir siendo pilares de la imperiosa lealtad hacia el gobierno legalmente constituido.
 
Es así que los acontecimientos del 9 de mayo de 1920, representan no sólo un acto de arrojo castrense; se trata de un acto confirmatorio de la lealtad institucional del militar mexicano.
 
Este singular suceso, dio origen a que con toda justicia se declarara a esta fecha como el “Día de la Caballería Mexicana” y que el día de hoy será conmemorado en todo el país, pero particularmente en este sitio emblemático.
 
Es indudable que una parte sustancial de la historia militar del país y de su integración como nación, se registró a lomo de caballo, escribiendo gloriosas páginas en las que tropas de esta Arma, mediante el empleo de la movilidad, la rapidez y el valor, contribuyeron a consolidar diversas etapas de nuestro pasado.
 
Ayer montados en nobles corceles y hoy sobre vehículos, los integrantes del Arma de Caballería del Ejército Mexicano han conservado su esencia y tradiciones, cumpliendo con orgullo las tareas que les son características.
 
Señor presidente, distinguida concurrencia:
 
Los integrantes del Ejército y Fuerza Aérea, valoramos y agradecemos la disposición de nuestro Comandante Supremo, para hacer un espacio en su apretada agenda y presidir este relevante evento cuyo significado y simbolismo representa la principal virtud que caracteriza a los alumnos del Heroico Colegio Militar, el honor.
 
Virtud manifiesta en la sucesión de momentos cruciales de la historia mexicana, que concretaron un proceso demandante de esfuerzos significativos, para hacer de la pasión y entrega de nuestros antecesores, la relevancia de una obra histórica en la que ahora se cimenta nuestra nación.
 
La determinación y valentía de los cadetes en la carga de Apizaco, nos enseñó que juntos: Gobierno, Pueblo y sus Fuerzas Armadas, constituyen un ente sólido cuando resuelven ser defensores de un solo destino.
 
El triunfo de la revolución y la posterior pacificación del territorio, permitió un trascendental y anhelado periodo de paz, en el que se establecieron los fundamentos para la creación de instituciones al servicio de la vida nacional.
 
Unidad nacional, siempre valiosa e indispensable para que México avance y cubra a sus hijos con el manto de la justicia y la armonía.
 
Unidad y voluntad nacional para que México recurrentemente haya tenido que vencer toda clase de adversidades, en su devenir.
 
Los hechos y significado de aquel 9 de mayo, nos integran y enaltecen; continúan dándonos alma y forma a los soldados que hoy enfrentamos los más variados desafíos que se nos presentan.
 
Esta fecha nos une e impulsa hacia las alturas que México demanda y merece; pero principalmente nos inspira a fortalecer la unidad, la voluntad y el compromiso para salvaguardar la paz y desarrollo del país.
 
Del tamaño que sean los retos, de esa magnitud es la estatura de la mexicanidad.
 
Los soldados seguiremos dando todo en el presente como lo fue en el pasado para mover con pasión a México, en conjunción con su Comandante Supremo y la Sociedad Nacional.
 
Muchas gracias.