Diputado RICARDO ANAYA CORTÉS, Presidente de la Mesa Directiva de esta Soberanía.
Diputado SILVANO AUREOLES CONEJO, Presidente de la Junta de Coordinación Política de este Cuerpo Legislativo.
Distinguidos líderes de las fracciones parlamentarias.
Diputado Jorge Mendoza Garza, Presidente de la Comisión de Defensa de esta cámara.
Apreciables damas Diputadas y señores Diputados que integran la Sexagésima Segunda Legislatura del Congreso de la Unión.
Respetables funcionarios de este Órgano Legislativo.
Representantes de los medios de comunicación.
Señoras y Señores.
Distinguidos compañeros de armas.
 
Muy buenos días a todos.
 
Con vehemencia, deseo expresar en nombre de las mujeres y hombres del Ejército. ¡Su Ejército! ¡El Ejército de todos!, nuestro profundo agradecimiento a esta Honorable Cámara de Diputados, por su iniciativa de reconocer nuestros primeros 100 años de existencia. Nuestros primeros 100 años de lealtad institucional.
 
La honrosa oportunidad que se me brinda en esta soberanía, me permite expresarles que este gesto tan apreciado se hará extensivo a la totalidad de Generales, Jefes, Oficiales, Cadetes y Tropa, que se encuentran cumpliendo diferentes misiones en beneficio de nuestros conciudadanos y sus instituciones, en cada rincón del país.
 
Las fuerzas armadas y el poder legislativo somos representantes de un pueblo valiente y trabajador, somos consecuencia histórica de una sociedad que día a día construye su identidad; a ustedes, les concierne atinadamente deliberar y organizar leyes, a nosotros, nos corresponde proteger y apoyar a toda la nación.
 
Por ello, nos motiva, alienta y compromete, que la máxima representación de la voluntad popular, realice este significativo acto de gran dimensión y trascendencia para el instituto armado de tierra; que es un resumen de hechos, conductas y aportaciones a la patria, en este devenir centenario.
 
¡Así lo entendemos! Y acudimos a este preeminente sitio con el mayor respeto, y con la convicción de que nuestra democracia, goza de un poder legislativo maduro, dinámico y sensible de las necesidades que presenta el país.
 
Este es el recinto del debate, donde el diálogo y el consenso de los asuntos torales del estado, logran su mejor expresión.
 
No hay duda que la manifestación del pluralismo radica aquí, en la labor diaria para marcar procesos y deliberar sustancia legal que mejor convenga a México.
 
Distinguidos legisladores, creemos que en estos primeros 100 años, el Ejército ha sido patrimonio y fuerza de todos los mexicanos.
 
Sus aportaciones desde diferentes ángulos, a partir de las primeras décadas del siglo XX, permitieron restaurar el orden constitucional, pacificar al país y crear las condiciones para reconstruir el Estado Mexicano.
 
Esto ha sido, porque desde su principio, nuestros antecesores entendieron y asumieron el compromiso pleno para impulsar el desarrollo y consolidar el progreso colectivo.
 
Esto significó la aportación militar a la buena marcha de la nación, marcando guía moral a las siguientes generaciones de soldados hasta nuestros días.
 
La mejor herencia de esa generación centenaria, es la lealtad institucional… virtud que caracteriza a cada hombre de arma.
 
Los soldados y marinos de hoy, tenemos clara la elevada encomienda de continuar siendo pilar firme de la estabilidad, democracia y unidad nacional, y aspiramos a seguir contando con la confianza que nos otorga la ciudadanía.
 
La disciplina es el arma principal para cumplir estos preceptos; base en la que descansa la eficiencia del instituto armado, el diario accionar castrense, la conducta y empeño de cada soldado.
 
Disciplina que como valor, es el principal bien a proteger por el Sistema Jurídico Militar.
 
Para robustecer este precepto, las fuerzas armadas, requieren de instrumentos legales apropiados, modernos y funcionales, que garanticen su desempeño y den respuesta certera a las exigencias de nuestra sociedad y así, afrontar la realidad actual y futura del país.
 
El reto es grande; por nuestra parte las fuerzas armadas, ajustamos nuestras capacidades de acción y operación, a lo que la nación nos otorga y nos preparamos día con día para estar a la altura de los nuevos desafíos que enfrentamos.
 
Ceñimos nuestro desempeño a la norma que el congreso nos establezca y las directivas que el ciudadano Enrique Peña Nieto, Presidente de la República y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas nos ha instruido y que tienen como fin último preservar la seguridad y bienestar de los mexicanos.
 
Así también nos lo dicta nuestro origen eminentemente popular y es que en democracia, se requiere de la prevalencia de normas que otorguen certidumbre al actuar militar, sin menguar el potencial de las capacidades de defensa y seguridad nacionales.
 
En 100 años, hemos cumplido todas las misiones que en cada etapa histórica nos ha definido el constituyente, para garantizar la seguridad interior y la defensa exterior de la federación.
 
Amable concurrencia:
 
Agradezco nuevamente a la Sexagésima Segunda Legislatura de la Honorable Cámara de Diputados, abrir un paréntesis en sus importantes labores, para develar la placa que conmemora nuestro centenario, en este preeminente sitio.
 
Quienes integramos las Fuerzas Armadas, nos sentimos altamente honrados y distinguidos, con la inscripción “AL EJÉRCITO CONSTITUCIONAL MEXICANO, 100 AÑOS DE LEAL DEFENSA DE LAS LIBERTADES, LAS INSTITUCIONES Y LA REPÚBLICA”, que desde hoy será parte histórica de este palacio legislativo.
 
Deferencia que se adhiere a las iniciativas emitidas por esta misma cámara para: que se acuñara una moneda conmemorativa, puesta en circulación desde el 15 de agosto del presente año; y se elaborara también una edición facsimilar del decreto del Congreso de Coahuila fechado el 19 de febrero de 1913 y del Plan de Guadalupe suscrito por los Jefes de las Fuerzas Constitucionalistas en ese mismo año.
 
Actos relevantes que dejan constancia de la fructífera relación y respaldo del poder legislativo para con su instituto armado.
 
Permítanme decir que este homenaje, hace justicia a todos los soldados que han servido al país; principalmente, a quienes en esta centuria, han honrado la esencia de la profesión militar, entregando su vida o sufriendo graves lesiones físicas.
 
Gestos inéditos que nos comprometen aún más con ustedes y con todos los mexicanos. ¡Seguiremos dando todo por México!
 
Por ello, con vocación de servicio; con valor; y con estricta lealtad y disciplina, los soldados de la República respondemos a los difíciles retos que afronta la nación.
 
Con fidelidad a la patria, a sus instituciones, cumpliendo la ley y con respeto irrestricto a los Derechos Humanos, el Ejército apoya decididamente el esfuerzo para mover a México hacia escenarios de paz, seguridad y desarrollo.
 
Con certeza les expreso:
 
México, nuestra Patria, es un gran país. No solo por su número de habitantes, su extensión territorial o marítima; sino por la calidad de sus ciudadanos; por su historia y cultura singulares; su presente pujante; y su futuro promisorio.
 
Es grande, por su fortaleza económica y madurez institucional, por su ubicación geoestratégica, pensamiento geopolítico y su presencia internacional.
 
Es grande, porque todos los mexicanos trabajan diariamente con pasión y entrega en beneficio de cada familia y de la nación en su conjunto.
 
México ha transitado por caminos ásperos y encontrado difíciles encrucijadas; de todas ellas ─ayer como hoy─ con determinación y carácter, siempre ha sabido salir avante.
 
Estos son factores que nutren nuestra voluntad nacional; con esta voluntad, robustecida con unidad de objetivos y convergencia de esfuerzos, todos: sociedad, gobiernos y fuerzas armadas, lograremos las metas que nos tracemos de manera pronta y exitosa.
 
México cuenta con sus fuerzas armadas para el presente y para el futuro del país. Siempre ha sido así y seguirá siendo de esta forma.
 
Cuenta con un Ejército templado en la firmeza, pero también en la prudencia; un Ejército forjado en el arrojo, pero también en la inteligencia; un Ejército esculpido en la bravura; pero también en la disciplina; un Ejército probado en la lealtad, en la vocación de servicio y en la institucionalidad; un Ejército que se amalgama con la sociedad mexicana, surgido de las entrañas del pueblo, somos el pueblo mismo en uniforme; un Ejército con Pasión y Entrega, que seguirá coadyuvando en el avance para un país más productivo y más fuerte, en la patria que todos anhelamos; un Ejército que con energía y pundonor continuará trabajando de la mano con nuestras autoridades, por un futuro de seguridad, prosperidad y progreso para todos.
 
Señoras Diputadas; Señores Diputados:
 
Los soldados de tierra, mar y aire, ¡refrendamos ante esta soberanía, nuestra lealtad a las instituciones! ¡Nuestra gran lealtad al pueblo de México!
 
 
Muchas gracias.