Doctor RAÚL PLASCENCIA VILLANUEVA, Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
 
Distinguidas Damas y Caballeros que le acompañan.
 
Señores Generales Funcionarios de la Secretaría.
 
Compañeras y compañeros de armas.
 
Muy buenos días.
 
Hace casi seis años en el acto en el que el Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, entonces Presidente electo de México anunció mi designación como Secretario de la Defensa Nacional, expresé: 
 
Que “… el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos son Instituciones de origen Constitucionalista, que observan el mandato de cumplir y respetar nuestra Carta Magna y que son garantes de la soberanía, independencia e integridad territorial...” 
 
Me comprometí con auténtica convicción, a “…Redoblar esfuerzos, mejorar procedimientos y optimizar recursos para cumplir con más eficiencia nuestras tareas de Defensa Nacional, combate frontal al narcotráfico y a la delincuencia organizada, el auxilio a la población civil en casos de desastre y en el resguardo de nuestro patrimonio estratégico, en toda ocasión y circunstancia, con absoluto respeto a los derechos humanos…”
 
Refrendé asimismo nuestra tradicional obediencia y lealtad.
 
En efecto estos atributos: obediencia, lealtad y absoluto respeto a los derechos humanos, han constituido la guía del quehacer castrense en el cumplimiento de las misiones generales que nos asigna nuestra Ley Orgánica.
 
Desde el momento mismo en que nuestro Comandante Supremo – al inicio de su mandato ─ nos instruyó a redoblar esfuerzos para devolver a la ciudadanía el sosiego y la armonía social que el crimen organizado le había arrebatado en algunas regiones del país, sabíamos que a lo largo de la administración, nuestra actuación mayormente se desarrollaría en el complejo entorno donde la sociedad se desenvuelve y la delincuencia organizada cobardemente suele agazaparse.
 
Por ello, es que incorporamos a nuestro Programa Sectorial una estrategia específica para promover y fortalecer la cultura de respeto a los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.
 
De ella, cito sus seis principales líneas de acción:
 
Primera:
Educación y capacitación continúa del personal militar.
 
En este propósito los planes y programas educativo y de adiestramiento – en sus diversos niveles – han constituido el pertrecho esencial para que el 100 % del contingente militar se mantenga capacitado. 
 
En los planteles de educación militar, se han impartido cerca de 200 cursos en todos los niveles.
 
Los conocimientos que se adquieren en estos establecimientos, son revaluados en toda la ruta profesional a través de los concursos de promoción en los que participa el personal para obtener el ascenso al grado inmediato.
 
El otorgamiento de becas para realizar estudios de especialización – en el país y en el extranjero – hasta el grado de Doctorado, ha constituido una de nuestras prioridades.
 
Segunda:
Edición de bibliografía.
 
Se han publicado diversos manuales y guías pedagógicas sobre la materia.
 
También se elaboraron sendas Cartillas de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario, que sirven de prontuarios al personal militar durante sus actividades, especialmente en operaciones.
 
Tercera:
Creación de organismos.
 
Para atender los requerimientos e inconformidades de las personas afectadas y buscar un acercamiento conciliador, se instauraron:
 
•    La Dirección General de Derechos Humanos.
 
•    La Unidad de Vinculación Ciudadana.
 
•    La Oficina de Atención Ciudadana y
 
•    Seis unidades jurídicas de asesoramiento en derechos humanos.
 
Cuarta:
Coordinación con otras instituciones.
 
Hemos recibido apoyo de diversos Organismos a través de conferencias y pláticas de carácter muy especializado.
 
Entre estas entidades colaboradoras sobresalen:
 
•    La Comisión Nacional de los Derechos Humanos, dignamente aquí representada.
 
•    El Instituto Nacional de Lenguas Indígenas.
 
•    El Comité Internacional de la Cruz Roja.
 
•    La Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México y
 
•    El Instituto Nacional de las Mujeres, entre otras.
 
 
 Quinta:
Establecimiento de instrumentos normativos internos.
 
En el contexto de esta acción, subrayo la publicación de la “Directiva que regula el uso legítimo de la fuerza por parte del personal del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos en cumplimiento del ejercicio de sus funciones en apoyo a las autoridades civiles”.
 
A fin de operacionalizar esta Directiva, se encuentran ya en un proceso avanzado de elaboración, el manual y el protocolo respectivos.
 
Sexta y última:
Convenios de colaboración.
 
Con el propósito de proveer del marco jurídico que demandan los esfuerzos comunes que diversas Instituciones y esta Secretaría realizan, se han suscrito diversos mecanismos de colaboración, entre los que destaco los siguientes:
 
•    En el año 2009 formalizamos con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, un plan de trabajo que incluyó aspectos de capacitación, elaboración de indicadores de impacto, seguimiento a las recomendaciones internacionales y a las situaciones de preocupación en la materia.
 
Derivado de este plan, en el 2011 suscribimos un “Procedimiento para la realización de las actividades que faciliten el acceso a instalaciones militares”.
 
•    Con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, en diciembre de 2010 se firmó un Convenio de Capacitación para coadyuvar a la atención y respeto de los usos y costumbres de los grupos indígenas de nuestro país.
 
•    Con la Comisión Nacional de Derechos Humanos, materializamos un Convenio General orientado a dar viabilidad a aquellos asuntos de interés común relacionados con la promoción, investigación académica, capacitación y formación en temas afines.
 
•    En el año 2008, suscribimos un Convenio Específico para la impartición del Diplomado en Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario en el Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea.
 
•    En el 2011 firmamos un Convenio Específico más para llevar a cabo pláticas de concientización en aspectos de derechos humanos, a fin de orientar a los Generales, Jefes, Oficiales y Tropa que participan en operaciones de alto impacto y evitar el uso excesivo de la fuerza durante las actividades de apoyo a la autoridad civil en el ámbito de la seguridad pública.  
 
El acto que hoy nos convoca en este salón de recepciones, es también producto del multicitado Convenio General.
 
El Acuerdo de Colaboración que en breve suscribiremos, es manifestación incuestionable de la cooperación y entendimiento Interinstitucional, que ha caracterizado los trabajos que conjuntamente hemos concretado en esta administración.
 
En el documento se ratifica de manera implícita que la mejor herramienta para desarrollar y mantener una cultura de respeto a los derechos humanos es la educación.
 
En el Ejército y Fuerza Aérea Nacionales, estamos persuadidos de ello. 
 
El propósito de este acuerdo, es sumar voluntad, suficiencia y recursos para:
 
Implementar ─ haciendo uso del sistema de educación a distancia ─ un curso básico y de conferencias en tiempo real vía internet.
Producir video y teleconferencias sobre temas básicos o especializados, destinadas a la capacitación del personal militar de nuevo ingreso e
Iniciar el Diplomado sobre “Empleo y uso de la fuerza” que se impartirá en las sedes de las doce regiones militares.
 
El conjunto de las acciones mencionadas, han tenido como fin último, normar la conducta del soldado para evitar que trasgreda los derechos de sus semejantes.
 
Es cierto, la asimetría del entorno en que realizamos nuestras tareas, ha producido algunos hechos lamentables, producto de la imprudencia o de decisiones estrictamente personales.
 
Aprovecho este inmejorable marco, para ratificar que de ninguna manera reside en nuestro gen institucional el violentar la dignidad y los Derechos Universales de las personas.
 
Cuando ello ocurre se aplica la ley para que los presuntos infractores respondan de sus actos ante la justicia.
 
Cierto, durante la presente administración hemos recibido 7,337 quejas que argumentan agravios tanto a personal civil como militar, por diversos motivos.
 
De éstas se han atendido hasta su conclusión más del 86 %.
 
Hago especial énfasis al citar que 109 de ellas, han derivado en recomendaciones, las que sin excepción han sido aceptadas para su desahogo.
 
Seguiremos trabajando para abatir ese indicador.
 
Doctor Plascencia Villanueva; 
 
Amable auditorio:
 
Los Derechos Inherentes al ser humano, poseen una dimensión histórica por los principios legítimos en que se sustentan para promover una vida digna como ideal común de las sociedades.
 
Es por eso que resulta prioritario su conocimiento, comprensión y respeto.
 
Valoramos la disposición y comedimiento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para contribuir con singular talante a la consolidación de la cultura de los derechos humanos en las Fuerzas Armadas de aire y tierra.
 
Tengan la certeza que los insumos jurídicos y doctrinarios que nos han aportado para conocer más y mejor estos tópicos sustantivos, los aprovechamos en su amplia dimensión.
 
Las mujeres y hombres que integramos el Instituto Armado les agradecemos su decidida colaboración.
 
Sin lugar a duda, la empatía cultivada por ambas Instituciones, trascenderá en los próximos días a quien tendrá el honroso encargo de ser titular de la Secretaría y del Alto Mando del Ejército y de la Fuerza Aérea Nacionales y a su equipo de trabajo. 
 
Seguramente habrá nuevas ideas, renovados bríos y otras elevadas metas por alcanzar.
 
Enhorabuena por ello.
 
Enhorabuena por México.
 
Muchas Gracias.