Señor Gobernador del estado.
Invitados a esta Ceremonia Luctuosa privada.
Marinos y soldados; buenas tardes.

Quiero expresarles la profunda indignación que siento como Alto Mando; pero sobre todo, como un soldado más, dolido por los hechos arteros suscitados el día de ayer aquí en Culiacán, los soldados de tierra, mar y aire, estamos de luto, tristes, con gran dolor, por los viles y cobardes actos en contra de mexicanos valientes y ejemplares.

Estos mexicanos en uniforme militar, se encontraban cumpliendo con su deber en el poblado de Bacacoragua, municipio de Badiraguato, Sinaloa, para neutralizar a la delincuencia organizada y reducir la violencia, siendo agredidos con armas por delincuentes.

En estricta observancia a los derechos humanos, el personal militar obtuvo el apoyo de una ambulancia de la cruz roja para trasladar a un delincuente que resultó herido a un hospital de esta ciudad.

Durante el traslado, de manera cobarde y ventajosa nuestros soldados fueron emboscados por otro grupo no contabilizado de enfermos, insanos, bestias criminales con armas de alto calibre, incendiando dos vehículos militares, seres sin conciencia, que basan sus acciones en atemorizar a la gente de bien, que lucran envenenando con drogas a nuestros jóvenes y a nuestros niños.

En este reprobable suceso resultaron heridos el paramédico de la cruz roja y 10 compañeros nuestros y lamentablemente 5 más perdieron la vida.
Cinco jóvenes; jóvenes, mexicanos y militares todos (padres de familia, esposos, hijos y hermanos) que ofrendaron su vida buscando servir a su sociedad.

Jóvenes, mexicanos y militares, con deseos de superación, con sueños de desarrollo para ellos y para sus familias.

Jóvenes, mexicanos y militares, entregados de día y de noche, procurando certidumbre y bienestar para las ciudadanas y los ciudadanos de Sinaloa.

Jóvenes, mexicanos y militares... Hoy convertidos en héroes como otros más en diversas partes del país, que cumpliendo con su deber sirvieron a mexicanas y mexicanos sin conocerlos, ni esperar nada a cambio, sus nombres quedarán inscritos en las páginas de oro de la historia de México y en la mente y el corazón de la gran familia militar.

Este artero y cobarde ataque, no es solo una afrenta al ejército o a las fuerzas armadas, es también una afrenta a la naturaleza humana, a la convivencia colectiva a los principios sociales, a las leyes que nos hemos dado y es también, una afrenta al estado de derecho.

Esperamos de la sociedad su respaldo moral, su exigencia a las autoridades de procuración y administración de justicia, para que estos y otros criminales que laceran a los mexicanos sufran el castigo que la ley establece.

A nombre de nuestro comandante supremo, el presidente de la república y de quienes integramos las fuerzas armadas así como de nuestras familias, expreso las más sentidas condolencias a los deudos de estos valientes soldados... Les manifiesto nuestro compromiso para apoyarlos y acompañarlos en esta enorme pena... Ellos, reitero, son héroes del presente a los que todos debemos honrar y agradecer.

A quienes resultaron heridos les deseamos pronta recuperación, estaré muy al pendiente de su estado de salud.

Compañeros de armas, esta dolorosa e irreparable pérdida no nos hará bajar la guardia, no nos amedrentan, por el contrario, nos impulsan a redoblar esfuerzos, seguiremos trabajando incansablemente, con los recursos humanos, materiales, financieros y legales que disponemos... Siempre con estricto apego a la normatividad y con respeto a los derechos fundamentales de los ciudadanos... Con el mismo ímpetu, con paso firme y decidido, contribuyendo con la seguridad de todos.

La adversidad forja las almas valientes, el daño sufrido es grave, de ninguna manera diezma la grandeza de la institución militar, que es de y para los mexicanos.

El compromiso que tenemos con México requiere que todos como garantes de la soberanía nacional asimilemos esta desgracia.

Somos ciudadanos ejemplares, que día a día aspiramos a ser mejores en actitud y comportamiento.
Somos ciudadanos comprometidos al servicio de la patria.
Somos ciudadanos en uniforme militar que velamos por la nación y por los nacionales.
Somos ciudadanos en servicio, que merecemos respeto y respaldo de otros ciudadanos.
Somos ciudadanos con responsabilidad familiar, que no queremos dejar en la orfandad a nuestros hijos.
Somos ciudadanos que buscamos el bien común, que encaramos nuestros errores y no aceptamos infundios.

La sociedad y sus instituciones no deben permitir que estos cobardes sigan asesinando impunemente, que no respeten los derechos de otros ciudadanos.

Si los delincuentes piensan que con estas acciones despreciables cesará nuestro espíritu, están equivocados, lo único que lograron fue crear animadversión e indignación en nosotros, pero sobretodo en la sociedad de bien, la mayoría, la enorme mayoría de mexicanos.

Tenemos razón en estar indignados y molestos justificadamente, pero como soldados de la República disciplinados y patriotas no debemos permitir que este sentimiento que hoy experimentamos, distorsione nuestra reflexión y nuestro pensamiento en el diario actuar para salvaguardar la integridad física y el patrimonio de nuestros conciudadanos.

Que las organizaciones criminales sepan:

Que no descansaremos hasta que sean juzgados por sus delitos con todo el rigor de la ley.

Que la indignación presente en nuestra actitud y nuestra moral, se encauza para fortalecer nuestra convicción para reducir la violencia y los delitos.
Sepan:

Que vamos con todo, con la ley en la mano y la fuerza que sea necesaria... Nadie por encima de la ley. 

Que la fuerza que apliquen tendrá la respuesta que corresponda por parte de la autoridad.

Que quede claro, también la atención a los delitos a los que hoy nos enfrentamos en nuestro país es una responsabilidad compartida, entre gobiernos, gobiernos en plural, la propia sociedad y sus fuerzas armadas.

Hoy más que nunca México requiere de sus fuerzas armadas, hoy más que nunca las fuerzas armadas necesitamos del apoyo y comprensión de nuestra sociedad.

Que sea nuestra lealtad con honor la que nutra nuestras convicciones y oriente nuestras acciones.

Que sea nuestra lealtad con honor la guía e inspiración para seguir cumpliendo con pasión a México.

CONCLUYO:
Estos crímenes no quedarán impunes, la entrega total y abnegada de nuestros soldados nos engrandece.

Les externo particularmente mi profundo pesar por estas vidas arrebatadas sin justificación alguna.

Mi esposa y yo nos solidarizamos con las familias de estos héroes, estaremos siempre pendientes de sus necesidades.