Discurso No. 003

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante la presentación del Proyecto NAMA Mexicana de Vivienda Sustentable en la Embajada de Alemania.

México, D.F. 15 de enero de 2015.

Muchas gracias.

En primer lugar quiero dar mi más sincero agradecimiento a los señores embajadores de Alemania y del Reino Unido por esta invitación y por este extraordinario esfuerzo.

Saludo la presencia de todos los representantes de las distintas organizaciones ambientales, no gubernamentales; y representantes de instituciones del gobierno que coinciden en este evento con el propósito claro de presenciar este arranque histórico de las NAMA’s en el mundo. México celebra hoy, y agradece profundamente a los gobiernos de Gran Bretaña y de Alemania, que haya sido escogido como el país donde este extraordinario proyecto a favor de la humanidad arranque.

Posiblemente, señor King, ahora si crean que “viene el lobo”; posiblemente este 95% de la comunidad científica se está dando cuenta que “el lobo” ya no viene, ya está aquí con nosotros. Quizá las últimas evidencias que hemos presenciado -estas heladas increíbles, la confluencia de dos huracanes en un mismo lugar, un tifón de dimensiones apocalípticas en las Filipinas- sin duda todo esto tiene que mover el ánimo de la comunidad científica y darse cuenta de que el cambio climático es una realidad, aunque Mario Molina, Premio Nobel mexicano, venga anunciándolo desde hace tanto tiempo.

Sin duda los seres humanos estamos dejando una profunda huella en el planeta; tanto que hoy sabemos que la humanidad utiliza el equivalente en recursos a 1.4 planetas cada año, es decir, cada año nos gastamos 1.4 planetas. Esto significa que la tierra tarda un año y 5 meses para regenerar todo lo que utilizamos en un año. Si seguimos así, en el año 2050 utilizaremos 2.2 planetas cada año. Estamos en una carrera contra el tiempo y contra nosotros mismos, si no cambiamos, perderemos todo lo que tenemos.

Por eso no necesitamos pensar solamente en los escenarios catastróficos para entender lo que está en juego hoy en día. Enfrentamos las consecuencias del cambio climático, y éste está presente ya en la Humanidad. México en lo particular -señalaba ayer el señor Presidente de la República- sufre 49 desastres naturales al año, prácticamente uno por semana.

México en lo particular sufre con fenómenos más extremos y más frecuentes; en septiembre enfrentamos simultáneamente un huracán en el Golfo y un ciclón tropical en el Pacífico que dejó 123 muertos, 35 mil viviendas dañadas, 59 mil personas tuvieron que cambiar de lugar y ser evacuadas, y al menos 218 mil personas en total resultaron afectadas. En otro ejemplo, la semana pasada Estados Unidos enfrentó una de las peores heladas de las que tenemos memoria, la ciudad de Nueva York alcanzó un máximo histórico de 15 grados centígrados bajo cero, la ola de frío terminó con un saldo de 21 personas muertas en uno de los países más desarrollados del mundo.

No depende solamente ya de cuántos recursos disponibles se tienen, sino fundamentalmente de la capacidad de poder administrarlos con sabiduría; si algo hemos aprendido del movimiento ecologista es que esto es una responsabilidad de todos; nuestros desequilibrios medio-ambientales son una responsabilidad de todos; nuestras decisiones de consumo, de esparcimiento tienen implicaciones en el medio ambiente de las que no siempre somos conscientes.

Por eso todas las soluciones que se puedan implementar deben tomar en cuenta los hábitos de las personas y los mecanismos para cambiarlos de forma sostenible. Salvar al medio ambiente será una batalla que tendremos que librar millones de héroes anónimos día a día, decisión por decisión, y hay un lugar donde esta batalla se libra y precisamente eso es lo que las NAMA’s que arrancamos el día de hoy representan: la primera batalla se libara en los hogares. Un hogar sustentable, un hogar amable con el medio ambiente es el inicio de toda una vida de preservación del equilibrio y la armonía de los seres humanos con la naturaleza.

No es la primera vez que enfrentamos como humanidad un desafío que podría tener como mal resultado la destrucción de toda nuestra especie. En la década de los 60’s una posible guerra mundial a gran escala nos representaba un futuro absolutamente incierto, como nunca antes la cooperación internacional apareció como el elemento clave de la solución.

Y esta es una lección que quizá hemos aprendido desde entonces. Para problemas de escala global se necesitan soluciones de escala global. Y la única intervención que puede propiciar estas soluciones es la cooperación internacional. A nombre de nuestro Gobierno hoy, nuevamente extiendo la gratitud de México a Gran Bretaña y a Alemania por este importante esfuerzo que, a través de las NAMA’s, se consolida a favor del medio ambiente. Nuevamente, muchas gracias.

Alfonso García Robles es uno de los mejores representantes de esta cooperación internacional y de lo que puede representar cuando se aplica efectivamente para resolver los grandes conflictos humanos. Hoy en día, las conferencias mundiales de cambio climático, sirven como los foros en los que se buscan soluciones coordinadas y efectivas.

De hecho, el esfuerzo que estamos realizando el día de hoy, es resultado de una iniciativa en conjunto entre el Reino Unido y Alemania anunciada durante la Conferencia de Doha en 2012. A partir de entonces el trabajo en conjunto entre el Banco de Desarrollo KFW, la Agencia de Cooperación Técnica GIZ y el gobierno de México, mediante Sociedad Hipotecaria, CONAVI y por supuesto, INFONAVIT y SEDATU, ha logrado que tengamos proyectos piloto en Aguascalientes, Quintana Roo, Guadalajara, Hermosillo, Monterrey, Morelia, el Estado de México y Acapulco.

Estos proyectos piloto llevan el NAMA de vivienda en México no solamente como fruto de un programa, es un esfuerzo que México considera a nivel mundial, gracias al cual se establece un cambio en la manera en la que concebimos la cooperación climática internacional; porque este NAMA genera herramientas de diseño, monitoreo, verificación de las acciones ejecutadas, de tal forma que se garantiza que en México las viviendas tengan un bajo impacto en el medio ambiente y que además estos cambios beneficien la economía doméstica, la economía personal, el bolsillo de los usuarios.

Se trata de que gracias al apoyo del gobierno Alemán y del Reino Unido, logramos posicionarnos como líderes en el tema de mitigación a nivel mundial. Este NAMA es un ejemplo mundial de una buena práctica a favor del medio ambiente y de una buena práctica de cooperación internacional. El Fondo NAMA en México ha sido aplicado a todos estos estados, y planeamos por supuesto a seguir participando con Gran Bretaña y Alemania para hacer que los NAMAS se extiendan a todo el país. Un esfuerzo propio, la hipoteca verde en INFONAVIT, alcanza hoy 360 mil unidades de vivienda con hipoteca verde, el compromiso de México en materia de vivienda y cambio climático es absolutamente serio.

Alguna vez, otro Premio Nobel mexicano, Octavio Paz, dijo que “la arquitectura es el testigo insobornable de la historia, porque no se puede hablar de un gran edificio sin reconocerlo como testigo de su época, su cultura, su sociedad, sus intenciones”. Las construcciones en las que desarrollamos nuestras vidas, son precisamente el legado que dejaremos a las próximas generaciones; edificios, parques, viviendas, son nuestra crónica involuntaria de lo que somos y de cómo nos transformamos y cómo nuestros sucesores serán. Las adecuaciones que se realizan a las viviendas a través de la NAMA de vivienda presentado hoy, serán el reflejo de la intención de nuestra generación por salvar al mundo, a través de acciones precisas y focalizadas, que erradiquen definitivamente un comportamiento irresponsable.

Empezar con la vivienda es crucial, porque en consumo los automóviles y las viviendas representan alrededor del 40% de la producción de carbono de una familia promedio. Además, la NAMA de vivienda es una de las herramientas que permiten poner bases sólidas de confianza y colaboración hacia la conciliación, y uno de los objetivos fundamentales del Gobierno de la República: la consolidación de ciudades y territorios eficientes en México, amables y sustentables.

Y siguiendo este mandato ordenado por el Presidente Enrique Peña Nieto, establecido para la SEDATU, buscaremos que el orden sea la diferencia en el desarrollo del territorio, tanto en el campo como en la ciudad, pero principalmente, totalmente armónico con el medio ambiente. Ciudades densas, ordenadas, son más amigables con la naturaleza y nuestro medio ambiente.

Por ejemplo en Estados Unidos una familia en los suburbios consume 27% más energía eléctrica que su contraparte en la ciudad; con este pequeño cambio, al duplicarse el número de habitantes por kilómetro cuadrado el consumo de gasolina desciende por familia 400 litros al año, lo que significa 1.2 toneladas de dióxido de carbono menos por familia. Esa es la importancia de las NAMA’s y de las políticas que ha establecido el Presidente de la República en materia de vivienda.

Con el apoyo de los aquí presentes, con la colaboración internacional, representada hoy por los señores embajadores de Alemania y del Reino Unido, estamos seguros que contaremos con un equipo dinámico dedicado a la mejora constante de las acciones, que todos vivamos en las ciudades que siempre hemos soñado e imaginado a partir de entonces. El Gobierno de la República, a través de la SEDATU, de la CONAVI, del INFONAVIT. Y hago un especial reconocimiento a Sociedad Hipotecaria Federal, quien trajo este programa y lo hizo posible y extensivo a tantas ciudades de nuestro país, con esto tendremos las ciudades que hemos soñado e imaginado.

El NAMA de México tiene una significación extraordinaria para el resto de los países del mundo, este por las condiciones y características sociales de nuestro país es un esfuerzo medio ambientalista que llegará a millones de personas al mismo tiempo, pero además que pone la sustentabilidad y la amabilidad con el medio ambiente a nivel de cualquier estrato de la sociedad; no es un esfuerzo dirigido a élites económicas, intelectuales o de cualquier otra índole, es un esfuerzo dirigido a que cada vivienda en México represente un ahorro en emisiones de dióxido de carbono y sea una vivienda sustentable.

Cito, finalmente, a nuestro premio Nobel Octavio Paz, otra vez. Decía Octavio Paz: “no sé si la modernidad es una bendición, una maldición o las dos cosas, sé que es un destino; si México quiere ser, tendrá que ser moderno”. Y hoy sabemos que, para ser efectivamente moderno, tiene que ser un país sustentable, tiene que ser un país que contribuya a salvar nuestro planeta. Después de todo, estimados amigos, la civilización humana, surgió del contacto con los elementos de la Naturaleza y la imaginación para hacerlos fructificar, que vemos en todas nuestras actividades nace también de esas interacciones.

Muchas gracias, Alemania; muchas gracias, Gran Bretaña, y pueden estar seguros de que el compromiso de México es indeclinable.

Muchas gracias.