Discurso No. 002

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante la instalación del Comité Estatal de Ordenamiento Territorial de Yucatán.

Mérida, Yucatán, 10 de enero de 2014.

Con su permiso señor gobernador, señores representantes de los poderes Legislativo y Judicial del estado de Yucatán, estimados diputado Luis Hevia Jiménez y estimado Magistrado Marco Celis.

Muchas gracias a los señores funcionarios del gobierno del estado de Yucatán, a los funcionarios federales que nos acompañan en representación del Gobierno de la República.

Estimados amigos, quiero muy particularmente destacar el trabajo del equipo del gobierno del estado de Yucatán, que ha hecho posible tres cosas fundamentales que podemos celebrar inclusive el día de hoy.

Primero, el que Yucatán sea el primer estado en completar los Atlas de Riesgo que hacen hoy más rica la cultura de prevención del estado, pero acercan todavía más el cumplimiento de las metas en materia de protección civil. Este es el objeto de estos documentos, no pasan a formar parte de una biblioteca, sino que se incorporan a las responsabilidades de los ayuntamientos y de los gobiernos estatales, para ajustarse a los lineamientos de sus Atlas de Riesgo.

En segundo lugar quiero felicitar el puntual trabajo de la Consejería Jurídica del estado de Yucatán, que ha hecho posible que el día de hoy estemos firmando, como primera entidad federativa, este Convenio para el Ordenamiento Territorial, que es una de las metas primordiales del Gobierno de la República. Muchísimas gracias, señor gobernador, y a los señores funcionarios de la Consejería Jurídica, abogado Ernesto Herrera, muchas gracias.

Y finalmente quiero también destacar el día de hoy el que sea Yucatán el primer estado en completar los trabajos que en materia de Hábitat y de Rescate de Espacios Públicos se realizan. El cumplimiento de las obras de Yucatán en estos momentos es superior al 93 por ciento, por lo que podríamos decirles que nos faltan unos cuantos brochazos de pintura para terminar el total de las obras enlistadas de su catálogo, y felicito si me lo permite el señor gobernador, a la delegación de la SEDATU en Yucatán por cumplir puntualmente las metas que se ha trazado el Gobierno de la República en los ayuntamientos yucatecos. Muchas gracias a todos los funcionarios por ese esfuerzo.

Estimados amigos, también quisiera recordar que estamos en este magnífico lugar obra de la fuerza de los yucatecos, de su empuje, y de la convergencia de dos genios. Un incansable creador, este hombre que hasta el último día de su vida, la última acción que escogió cuando los médicos le dijeron que le quedaban muy pocas horas de vida, lo que escogió y solicitó fue revisar su último libro. De ese genio donde surgieron obras tan monumentales como el estadio Azteca, como los propios Juegos Olímpicos, sin duda el más emblemático, el Museo Nacional de Antropología e Historia, de ese mismo genio surgió donde estamos instalados el día de hoy, y ese es don Pedro Ramírez Vázquez, arquitecto que significa la obra y la presencia de México por todo el mundo.

El otro genio, el de un incansable realizador, el de un incansable trabajador por ver en su tierra no solamente realizadas las cosas, sino realizadas de la mejor manera, y realizadas por las mejores. Víctor Cervera hizo posible este gran Centro de Exposiciones, y no le basto solamente con hacer un Centro de Exposiciones, sino que escogió al mejor arquitecto del mundo para que fuera un orgullo más de la cultura yucateca.

Eso es lo que nos trae el día de hoy y no puedo dejar de recordar, cuando vamos a hablar de desarrollo urbano y vamos a hablar de ordenamiento, a dos hombres que significaron en ambas ocasiones poner la vista lo más lejos posible, y poner el esfuerzo hasta la última gota de sangre para su realización.

Por eso, este Centro de Convenciones, cuyo diseño está inspirado en la Cultura Maya y nos remite a su creencia de que el mundo es una gigantesca ceiba que mantiene en orden el universo. Aquí, junto a ese monumental espacio que es también el Museo del Mundo Maya, aquí amigos fuerzas de creación y destrucción parecen hacerse coincidir.

Esta noción de creación y destrucción formaba parte de una necesidad imprescindible del Mundo Maya. Un desarrollo armónico que fue -sin duda- una constante mientras esta civilización alcanzaba sus momentos más importantes, y ha permanecido como un legado incluso siglos y siglos después. Migraciones e influencias culturales de todo tipo -judíos, libaneses, coreanos, alemanes, españoles- y a pesar de todas estas mezclas culturales, hoy tenemos una cultura justamente viva, que hace todavía sentir su presencia a lo largo de todo nuestro territorio.

Nosotros, amigos, seguimos recibiendo gente. Jubilados estadounidenses hoy convierten a Mérida, por ejemplo, en la primera ciudad con residentes de carácter permanente en el país después del Distrito Federal, en disputa el número quizá con San Miguel de Allende.
Nosotros creemos que efectivamente somos la principal receptora de residentes estadounidenses en el país, después del Distrito Federal. Y esto es reflejo de una realidad: los que quieren venir a Mérida, los que vienen a Yucatán, vienen atraídos por una extraordinario deseo, vivir bien. Pero nuestra buena vida, para que pueda seguir siendo atractiva para el resto del mundo, no nos quepa duda, es responsabilidad de los tres órdenes de gobierno.

Uno de los grandes retos que amenazan hoy la armonía de nuestro estado es el crecimiento acelerado de nuestras manchas urbanas.
Llamados en algunas ocasiones con elegancia -en otras francamente con exageración- zonas metropolitanas. No podremos revertir esa tendencia, se calcula que para mediados de este siglo, el 80 por ciento de la población del mundo habitará en ciudades. Además en países subdesarrollados como el nuestro, la situación todavía puede ser más grave, porque las ciudades crecen tres veces más rápido que en países desarrollados.

El escenario poblacional -según CONAPO- nos proyecta un incremento total de poco más de 244 mil habitantes para 2030 en Yucatán, cuya mayor proporción la tendremos entre el 2015-2020, 66 mil 539 nuevos habitantes. En este sentido, hay que reconocer que Mérida -la cabeza de nuestra zona metropolitana- es uno, posiblemente el más importante, de los polos de desarrollo del sureste mexicano.

Sin duda nuestra ciudad capital es el epicentro de muchos importantes descubrimientos, no solamente de una forma de vida buena, sino también de importantes avances en materia tecnológica, importantes avances en materia comercial, importantes avances inclusive en una actividad industrial, en donde se demuestra que Yucatán tiene una altísima probabilidad, después de la zona noroccidental del país, de convertirse en la zona más atractiva para las inversiones en nuestra patria.

Por eso ciertamente es un estado que seguirá atrayendo a más personas con niveles educativos dispares, los más altos, pero también los más bajos; de alto poder adquisitivo, pero también de los estratos más precarios de la población; y con esto se generará riqueza y crecimiento, pero se crean también señales que debemos advertir: de no poner énfasis en la necesidad de ordenar, organizar y desarrollar nuestro territorio, estos desequilibrios podrían inclinarse a las partes no virtuosas de esta ecuación.

No será un crecimiento uniforme. Sabemos -con datos del Plan Estatal de Desarrollo- que de las 2 mil 325 localidades del estado, en 96 se concentra el 42.6 por ciento de la población; Mérida concentra el 40.4 por ciento de la población, lo que provoca la agudización de la marginación en las 2 mil 228 localidades restantes, ya que Mérida concentra también -no es un secreto para nadie- el mayor potencial de crecimiento económico. Estas poblaciones restantes, con menos de 2 mil 500 habitantes, en ellas se asienta apenas el 17 por ciento de la población estatal, sin duda, el 17 por ciento con mayores dificultades económicas.

La contraparte del crecimiento de las ciudades suele ser -y debemos evitarlo- el abandono del campo y el desplazamiento de la población a cinturones de pobreza alrededor de las ciudades donde se concentran las oportunidades de desarrollo. El resultado lo conocemos: marginación, desempleo y por supuesto inseguridad. Esto no tiene que ser así, estamos a tiempo de que esto no nos pase en Yucatán, y el paso que damos el día de hoy es uno muy importante para lograr que el crecimiento sea armónico, equilibrado y virtuoso.

El crecimiento poblacional y su concentración en zonas metropolitanas no puede ser intrínsecamente negativo; al contrario, tiene grandes beneficios sociales como la difusión del arte, las ideas innovadoras y el crecimiento económico. Sólo en una ciudad grande los artistas pueden encontrar públicos suficientes para lograr una forma decorosa de vivir, y gracias a la concentración demográfica, la cercanía de las viviendas y las personas, las innovaciones pueden demostrarse y construirse.

Lo que provoca la pobreza y la marginación no son las ciudades grandes, sino son las ciudades desconectadas. En otras palabras, el problema no es el crecimiento de la población, sino el desorden en las tareas gubernamentales que deben ordenarla y armonizarla.

Así, estimados amigos, el destino de nuestra entidad para los siguientes 50 años dependerá mucho de cómo logremos equilibrar el desarrollo entre Mérida y Tetiz; Valladolid, y quizá municipios aparentemente lejanos como Huhí, por decir algo. Necesitamos que Mérida recupere tendencias que la caracterizaban como una ciudad de crecimiento moderado y ordenado.

Pero ahora el orden no pude basarse en disparidades, sino en la articulación entre todos los mundos que somos, el urbano, el rural, el mestizo, el indígena, la migración de otras entidades del país y la pluralidad que ahora caracteriza sin lugar a dudas al estado de Yucatán. La clave será el sentido de orden, objeto que es parte de las tareas de la SEDATU, como de esta Consejo Estatal de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano.

Este Convenio que firmamos hoy pone en consonancia a los tres órdenes de gobierno para el fin del orden en el territorio, el orden para la inclusión, la integración social, el crecimiento con racionalidad, el equilibrio con el medio ambiente y el fortalecimiento con las comunidades y la armonía entre los yucatecos y las yucatecas.

Por eso estimados amigos, me complace comentar con ustedes el día de hoy, que el próximo año los presupuestos destinados para el crecimiento ordenado, el desarrollo urbano y el reforzamiento de las tareas en este sentido en el estado de Yucatán recibirán tres significativos aumentos.

Primero, nos proponemos reforzar el trabajo del gobierno del estado de Yucatán para canalizar los recursos del Fondo de Desarrollo Metropolitano a obras que representen una mayor inversión y tengan un mayor impacto en la conurbación ordenada de las ciudades que conforman este gran núcleo metropolitano alrededor de Mérida y por ejemplo, poblaciones como Conkal.

En sentido contrario, debemos hacer esfuerzos para que esta concentración no convierta la zona del norte de la ciudad en una megalópolis como las podemos observar ahora en el Valle de México, donde prácticamente ya no hay más que observar alrededor de la carretera México-Pachuca, que asentamientos humanos, muchos de ellos desordenados, muchos de ellos ilegales, en donde proliferan la pobreza y la falta de servicios.

La posibilidad de desarrollo del territorio de Yucatán implica un importante esfuerzo de orden, que no puede hacer solo el gobierno del estado. Tiene el compromiso de la SEDATU y del Gobierno Federal de que estaremos actuando de la mano para que los recursos que reciba Yucatán se destinen a obras de largo alcance y de gran envergadura. Ese es un compromiso que hacemos con el estado y vigilaremos puntualmente.

Igualmente, independientemente de los recursos que correspondan al Fondo Metropolitano, hemos establecido, desde su creación a la fecha, un compromiso para desarrollar una obra extraordinaria, que representa un extraordinario esfuerzo, el Parque Metropolitano. La intervención de la SEDATU asegurará recursos para que esta obra tenga un importante desarrollo y crecimiento este mismo año, que corresponda al entusiasmo que el gobierno del estado ha puesto en esta obra y también quienes están al frente de ella.

Creemos, estimados amigos, que los presupuestos de Hábitat y Rescate de Espacios Públicos recibirán también un muy importante incremento a lo largo del presente 2014. No solamente por la puntualidad con la que Yucatán ha entregado sus obras y cumplido puntualmente con la comprobación de ellas, sino fundamentalmente por la necesidad de que sociedades, ciudades como Mérida, ciudades como Valladolid, como Progreso, como Tizimín, e incluso municipios más pequeños como Ixil, o municipios aparentemente, solamente con un significado regional como pudiera serlo Ticul, reciban una importante cantidad de recursos destinados a nuevas obras, fundamentalmente para el rescate de espacios públicos y la recuperación de espacios para el embellecimiento de la ciudad.

Hay que decirlo con esas palabras, el compromiso por el desarrollo, es un compromiso con la fealdad. No, estamos decididos a recuperar la belleza no solamente de la ciudad de Mérida -con todo su señorío- sino la belleza que tienen los municipios del interior del estado de Yucatán, que son una gran fuente de recursos si se administran bien, como lo está haciendo el gobierno del estado, y merecen por tanto ese apoyo.

Me complace decir a todos ustedes que en esta materia, el Programa Hábitat, por ejemplo, en 2013 no solamente no tuvo ningún subejercicio, es decir, no devolvió recursos -lo cual sí ocurrió en 2012 cuando devolvió casi 300 millones de pesos- sino que al contrario, tuvo un sobre-ejercicio de más de 350 millones de pesos, sin contar 300 millones de pesos que se destinaron a la recuperación de enseres después de las desgracias ocurridas en el puerto de Acapulco. Esto quiere decir que Hábitat hizo más obras este año, que Hábitat ejerció más recursos este año.

Y lo mismo ocurrió en el Programa de Rescate de Espacios Públicos que, en comparación con 2012, abarcó 408 municipios adicionales a los que se habían cubierto a lo largo de este año, y entregó un cumplimiento del ejercicio de prácticamente el 100 por ciento. Eso es lo que demuestra cómo está trabajando el Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, y su compromiso con el ordenamiento, el crecimiento y embellecimiento de las ciudades de nuestro país.

Es muy importante celebrar estos convenios, y celebrar dos condiciones imprescindibles para que las condiciones de política pública en materia de ordenamiento se puedan cumplir: orientarlas al crecimiento ordenado, y –principalmente- el carácter de transparencia que tienen que cumplir todas sus acciones para evitar que se aparten de sus fines y sobre todo que pueda ser eficaz.

Celebramos que existan estos organismos plurales con los que el esfuerzo, la voluntad, el talento de los funcionarios del gobierno del estado logran concretar el primero en su naturaleza en la República. Definen qué clase de futuro queremos vivir en Yucatán, definen de qué tamaño queremos nuestras ciudades, definen que esto que llamamos nuestra manera de vivir, que celebramos y de lo que estamos tan orgullosos, que es la forma como vivimos los yucatecos, sea no solamente una expresión coloquial, sino una realidad que se refleja en la vida de todos los habitantes de nuestra tierra, los que nacieron aquí y los que han llegado a ella buscando, como un faro de esperanza, una nueva forma de hacer y de realizar sus vidas.

La referencia a este edificio que ocupamos me parece de lo más adecuada. Este edificio es tal y como se lo imaginaban los mayas, con esas interminables grecas, equilibrado y armónico. Que sea hoy éste nuestro marco para que, donde aquí estamos, comience efectivamente una era de orden, de progreso, de equilibrio y de desarrollo que nos lleve efectivamente a la calidad de vida que presumimos, que merecemos y por la que tenemos que trabajar todos los días.

No quiero perder la oportunidad para desearles a todos un muy feliz año, y desear que efectivamente en 2014 se cumpla todo el esfuerzo que el gobierno del estado está haciendo en logros concretos; y que sepan que a lo largo de 2014 -como ha sido en 2013- continuará contando con el respaldo irrestricto del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto para Yucatán.

Muchas gracias.