Discurso No. 038

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante el Foro de Vivienda Zona Sur organizado por el Senado de la República

Oaxaca, Oaxaca, 7 de junio de 2013.

Muchas gracias. De verdad es un extraordinario honor estar en este patio compartiendo con ustedes estos momentos, no solamente por el valor histórico que tiene Oaxaca para el país, sino por lo que representa hoy Oaxaca en la perspectiva de un país que aspira a ser dueño de su destino, y que ese destino esté compartido en prosperidad entre todos. Para eso, Oaxaca juega un papel fundamental, por eso aprecio muchísimo la anfitrionía, la deferencia y el trabajo del señor gobernador Gabino Cué. Muchas gracias por acompañarnos el día de hoy, por darnos este espacio para hacer posible este Foro.

Muy generosamente la señora senadora María Elena Barrera ha dicho que la SEDATU participa en la organización de este Foro; quiero decirles que este Foro, su diseño, su organización y su impulso se deben al Poder Legislativo de la Federación, y particularmente a los integrantes de la Comisión de Vivienda, cosa que nosotros no solo agradecemos, reconocemos al Poder Legislativo este esfuerzo que seguramente va a aportar muchísimas ideas sobre este tema. Así es que a cada uno de los integrantes de la Comisión, senador Romero, senadora Araujo, senador Hermosillo, a través de su presidenta doña María Elena Barrera, les agradezco las aportaciones que seguramente harán al Plan de Trabajo y al Programa que sobre esta materia tendrá mi Secretaría. Muchas gracias senadora María Elena Barrera.

Por supuesto, la siempre amable presencia del senador Romero, y la de todos ustedes estimados amigos de los medios de comunicación de Oaxaca, nacionales; los institutos de académicos; las organizaciones de vivienda que se encuentran presentes.

¿Por qué hacemos este Foro? A lo mejor porque como decía un ilustre oaxaqueño, José Vasconcelos, no se trata de los fines, se trata de los medios. Lo primero que hay que definir el cuál es nuestro fin y cuáles van a ser nuestros medios. Construir vivienda por construir vivienda no es la finalidad del Gobierno Federal; construir vivienda es el medio para lograr nuestro propósito final, ese propósito final es que los mexicanos vivan mejor. No por nada -y decirlo aquí precisamente en la casa de Juárez significa mucho- consagra la Constitución el derecho de que todos los mexicanos tengan una vivienda digna, ese sí es un fin para el Gobierno Federal. Porque el Gobierno Federal tiene la responsabilidad de hacer cumplir la Constitución General de la República, y es la Constitución la que otorga este derecho.

¿Qué no es eso lo que hemos estado haciendo cuando construimos vivienda? Eso es lo que tenemos que preguntarnos una y otra vez, eso es lo que va a hacer este Foro; si lo que estamos haciendo es lo que debemos hacer para cumplir nuestros fines, si lo que estamos haciendo, si el camino que decidimos emprender es el correcto para cumplir nuestros fines. Porque de acuerdo con las estadísticas de la última década, estimados amigos, por construir casas no hemos parado, por otorgar créditos para vivienda no hemos parado.

¿Entonces a qué se deben tantos desequilibrios en la sociedad mexicana? Desequilibrios que los académicos ubican fundamentalmente en dos problemas: la enorme desigualdad que hay entre el auténtico derecho a la vivienda de unos y la ausencia total de este derecho de otros; y la calidad de desarrollo urbano que hemos generado, entre otras cosas, a partir del crecimiento de la mancha urbana sobre todo impulsada por la construcción de vivienda.

Fíjense en este primer dato, que me gustaría dejar listo para su estudio y discusión por ustedes, por gente seguramente, más capacitada. ¿Somos deficitarios en otorgamiento de créditos para vivienda? Absolutamente. En los últimos años, el total de créditos otorgados para acciones de vivienda alcanzó más de 4 millones, en esa última década, más de 4 millones de créditos otorgados; una cobertura del 74 por ciento de los hogares, de la formación de hogares se debe en parte al otorgamiento de estos créditos. Sin embargo, estimados amigos, es un hecho que el 14 por ciento de las viviendas terminadas hoy están desocupadas, y se elevaría esta cifra al 26 por ciento, si consideramos solamente las viviendas financiadas.

¿Qué nos está diciendo este número? Puede hablarnos acerca de los medios, construir vivienda, pero no nos está hablando de los fines. En la medida que construyamos vivienda, que no se acerque siquiera, o se aproxime a la idea de que los mexicanos tengan una mejor calidad de vida a partir de dónde y cómo viven, en esa medida encontramos que nuestro medio no ha sido el adecuado. Por lo tanto, el señor Presidente de la República ha planteado cuatro acciones que dirijan la política de vivienda y marquen los principios generales de esta política.

El primero de ellos, la coordinación, y cuando hablamos de coordinación, no hablamos de que se coordinen el FOVISSSTE, el INFONAVIT, la Comisión Nacional de Vivienda, el Fondo Nacional de Habitaciones Populares, sino que también se coordinen las entidades federativas donde esas viviendas tienen que asentarse, donde las acciones de estos financiamientos tienen que asentarse. Por eso, celebramos y apoyamos la decisión de la Comisión de Vivienda de hacer estos Foros no en la capital del país, no en alguna universidad donde diéramos cita a los expertos, no en el INFONAVIT donde citáramos a los desarrolladores, sino en las entidades de la República donde escucháramos expresamente la opinión de quienes son los directamente, a veces culpables o a veces víctimas, de este crecimiento desbordado de la mancha urbana, o de este crecimiento desbordado de un desarrollo urbano sin control.

Coordinación significa al Gobierno Federal, a los gobiernos estatales, a los gobiernos municipales; significa por supuesto a los organismos nacionales de vivienda, pero también a todos los órdenes de Gobierno. Esa es nuestra idea de coordinación. No se trata solamente de imponer una serie de normas; por ejemplo, para distribuir las reglas de operación de los subsidios de 2014, hemos aceptado la propuesta de la Cámara Nacional de Desarrolladores de Vivienda que nos decía: “Ustedes están distribuyendo subsidios con una sola regla a partir de las reglas nacionales, pero las realidades regionales son otras; cuando ustedes asignan puntaje para vivienda vertical no están tomando en cuenta la densificación que aceptan determinados organismos municipales o determinadas reglas estatales, entonces están creando una desproporción, nos están obligando a construir casas hacia arriba donde no le hacemos ningún beneficio a su fin, que es que vivan mejor”. Ubicar casas hacia arriba a 40 kilómetros de distancia para poder cumplir con la regulación municipal, lo que está propiciando es que tengamos más desequilibrios y no menos.

Atender estas consideraciones es obligación del Gobierno Federal, por eso hemos abierto nuevamente esta discusión, buscando una cada vez mayor regionalización de esta distribución de los subsidios federales.
Tenemos hoy, amigos, ciudades dispersas, no hay duda de eso. Esas ciudades no satisfacen las necesidades de las personas, no hay duda de eso. Pero lo que es peor, mantener el mismo modelo significaría, irracionalmente, seguir forzando a las autoridades municipales y estatales a otorgar apoyos o, mejor dicho, a cumplir con la obligación de entregar servicios donde es prácticamente imposible a sus finanzas hacerlo. Por eso tiene que haber una estrecha coordinación entre el otorgamiento de permisos para vivienda y la posibilidad real de construir a través de un financiamiento público las viviendas en estos lugares.

Nos parece a nosotros, y espero que quienes estamos aquí reunidos podamos concretarlo, que el fin de este foro es lograr con efectividad que las personas puedan mejorar en su calidad de bienestar. Para mí, lograr una verdadera planeación urbana para la equidad, para la inclusión, para la consideración de las diversidades regionales y así como la sustentabilidad ambiental es indispensable. Ese es nuestro fin. Medios como este, favorecen esta finalidad.

No solamente propuso el Presidente el tema de la coordinación de todas las instancias relacionadas con la vivienda. Nos hizo muy claro el imperativo de que el financiamiento público dirigiría el desarrollo urbano. Aquí hay un mensaje muy importante para la vivienda, particularmente en estos momentos para las autoridades municipales y estatales y para los ciudadanos en general, se trata de que nuestro financiamiento no contribuya al desorden urbano. Por eso hay que pensar y repensar estas reglas, y emitir reglas que efectivamente faciliten la labor de las autoridades municipales; por eso vamos a entablar con ellas a partir de la reunión de las 60 más importantes ciudades del país en términos de población y avance de la mancha urbana, las mismas que nos instruyó el Presidente de la República en febrero, estableceremos las primeras condiciones para la conciliación para la conciliación de desarrollo urbano.

¿Por qué primero las reglas para vivienda y después los convenios de desarrollo urbano? Porque el tema de las Reglas de Vivienda vienen incluido en la tercera propuesta del Presidente de la República, propuesta para la sociedad y mandato para todos nosotros; abatir el rezago de vivienda, pero sin detener la industria la construcción que representa más de 13 millones de empleos y el 3.6% del Producto Interno Bruto del país.
Imagínense que pasaría si simplemente decidiéramos, a partir de hoy, no construir una casa hasta que no pongamos en orden nuestras ciudades; lo que pasaría es que llenaríamos a nuestras ciudades de desempleo, casi todos piensan en los grandes desarrolladores, pero hemos recorrido el país y en cada una de las entidades federativas hay decenas de pequeñas constructoras.

La tendencia de la industria de la construcción se ha establecido de esta manera. Hace 10 años prevalecían empresas que construían más de 50 mil casas; con el paso del tiempo, la cobertura del mercado, la contracción de este mercado, fueron cerrándose este tipo de empresas, adaptándose y al contrario, apareciendo mucho más empresas que construyen entre 500 y mil casas; pero lo que es más importante, aparecieron cientos de empresas que construyen entre 50 y 100 casas, empresas que le dan empleo directo a mano de obra a las localidades, empresas que contratan directamente materiales de las localidades.

Imagínense qué pasaría con las personas que les han dado crédito a estas empresas, el gobierno federal de ninguna manera puede ser irresponsable y lo ha establecido claramente a través de las políticas que hemos tomado en apoyo a la industria de la construcción. Vamos a regular la industria de la construcción, vamos a regular el desarrollo urbano; pero no vamos a sacrificar el empleo, y no vamos a sacrificar una industria que representa miles de oportunidades para los mexicanos.

Muchas gracias.