Discurso No. 007

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante la Asamblea Nacional del Congreso Agrario Permanente (CAP).

México, D.F. 28 de enero de 2014.

Estimados amigos y estimadas amigas.

Es una enorme satisfacción acompañarles esta mañana. En primer lugar, porque me permite dar fe y testimoniar ante todos ustedes el extraordinario trabajo desempeñado en esta función por quien hoy cede la estafeta a mi estimado dirigente José Durán. Me refiero a Max Correa y el equipo que lo ha acompañado, que han hecho un trabajo de interlocución activo, enérgico, pero siempre dialogante, lo que el Gobierno le reconoce, y espero que los frutos de ese diálogo hayan llegado a todos ustedes. Muchas gracias a Max Correa por el trabajo desempeñado a favor de los campesinos de México.

Y me da mucho gusto saludar la llegada y ser testigo hoy de la llegada de un dirigente que se ha caracterizado en la Secretaría por dos cosas que son muy importantes, en mi opinión, para tener un liderazgo real. Nunca he visto llegar a José Durán sin los argumentos perfectamente procesados, por los cuales va a exigir o a encabezar una causa a la Secretaría. Eso siempre hace más fácil el diálogo, porque entonces no discutimos desde posiciones, sino discutimos desde argumentos; no discutimos solamente posturas, sino que estamos hablando de hechos que deben de transformarse y que deben reformarse según la visión del Gobierno y según la visión de los representados por la dirigencia de UCD. Me da mucho gusto esta decisión de ustedes y me da mucho gusto recibir y saludar el liderazgo de José Durán.

Es una reunión que no podemos desperdiciar, por lo que saludo a los dirigentes de ALCANO, de CCI, de CIOAC, a Álvaro López de UNTA que tuvo que retirarse y amablemente nos ofrece sus razones; a CONSUC, a la CCC, a UGOCM, a UGOCP, a CAM, a CODUC, a la UCD por supuesto y la CNC, muchas gracias.

Amigos, es una reunión de gente del campo, es una reunión con los interlocutores reales de la gente del campo; y agradezco las palabras que a lo largo de la reunión hemos escuchado, de mi estimado amigo, Juan Leyva, de Humberto Serrano, de Francisco Rojas, de Lupita Martínez, de Sonia López y de Luis Gómez Garay. Muchos pensaríamos que repetimos cosas que hemos oído, pero no, siempre hay, en la intervención de cada quién, una riqueza extraordinaria y me permitiré citarlas a lo largo de esta intervención muy breve.

En primer lugar, quisiera hacer esta reflexión con ustedes. ¿Qué tiene que hacer un francés para cultivar la tierra? Lo primero que tendría que hacer es comprarla, comprársela a alguien que la tiene desde hace generaciones, o la compró hace poco, pero el único medio de transmisión de la propiedad es un ejercicio de compra y venta, porque toda la propiedad es privada. Y en la mayor parte de los países del mundo ocurre así, países que tienen enormes extensiones de tierra, hoy están pensando hacer una reforma agraria.

En cambio, ¿qué tendría que hacer algún ciudadano de alguna de las provincias de China para poder sembrar la tierra? Tendría que pedírsela al Gobierno, porque toda la tierra es del Gobierno; porque no existe otra manera de que pueda cultivar la tierra, y nunca en ninguna circunstancia la podrá llamar suya.

En México esto dejó de ocurrir a partir, no del simple hecho de sentarnos a hacer un diálogo y obtenerlo por la vía graciosa de la concesión; no, los conquistadores no habían cambiado el régimen de la tierra, simplemente la habían adaptado a sus intereses. Y a través del esquema, primero de la encomienda y después del latifundio, la tierra fue concentrándose en pocas manos.

Y hoy celebramos y decimos: Zapata vive y vive, y espero que recordemos qué fue lo que hizo Zapata. Porque esto que nos hace diferentes a los ciudadanos de otros países del mundo es lo que hizo Zapata, regresar el régimen de propiedad a un régimen donde conviven la propiedad privada y esta figura que es la propiedad social, donde se encuentra el 52 por ciento del territorio nacional; Zapata reclamaba nada más y nada menos que se respetaran las tierras que el Rey había reconocido, y se regresaran a sus legítimos propietarios que eran desde entonces las comunidades.

Amigos, enfáticamente les puedo decir que la Reforma que el Gobierno plantea quiere que conviva algo que ya tenemos, por lo que luchamos, por lo que sangramos, por lo que enviudaron, se volvieron huérfanos, que es el régimen de la propiedad social, y ese régimen nos da la soberanía territorial de este país; una soberanía territorial a la que no pensamos renunciar, pero que hoy tenemos que reconocer que, si bien somos soberanos en nuestra tierra, no lo somos en nuestras vidas, porque ni nuestros ingresos ni la producción garantizan una forma de vivir para los millones de personas que hoy todavía dependen del campo.

En lugar de eso, hemos visto el paulatino deterioro de la propiedad más valiosa del régimen social, la que está alrededor de las ciudades, la que conforman las playas que se vuelven objetivo de los centros turísticos, esa se pierde cada día a pesar de los esfuerzos de ustedes y del Gobierno por contenerlos. Tenemos miles de juicios y ninguno se refiere a temas en el centro de alguna comunidad, todos esos juicios están concentrados donde la tierra obtiene un valor rápido.

Y eso, insisto, lo que hemos ganado en soberanía territorial, no lo hemos ganado ni en soberanía alimentaria, ni en la soberanía que nos puede dar a cada ciudadano un mejor ingreso. Allá se dirige la reforma del Presidente Enrique Peña Nieto, más producción, más ingreso, igual soberanía, igual respeto a la propiedad social, nadie en el Gobierno está pensando en desaparecer el ejido, que quede perfectamente claro.

Necesitamos, estimados amigos, que los esfuerzos que hace el Gobierno sirvan. Una cosa es cierta, seguir haciendo lo que hemos hecho hoy, producirá el mismo resultado que está produciendo hoy; luego entonces, es indispensable que esta reforma sea en serio, sea a fondo, luego entonces es indispensable que no provenga de una sola fuente. Voy a repetir no algo que he dicho yo, lo que ha dicho el Presidente de la República a todos ustedes: “La profunda, la gran reforma al campo se hará con y por las organizaciones del campo”.

Nosotros sabemos que las acciones que vamos realizando, por ejemplo en la SEDATU a través del Registro Agrario Nacional: 434 mil trámites completados el año pasado, 98 por ciento de la meta cumplida buscando cero rezagos, que no nos queden en las oficinas más que los asuntos que dependen de un proceso judicial. Pero a lo largo de ese trayecto y a lo largo de las 258 mil asesorías que da la Procuraduría Agraria, podemos entender que lo que necesitamos hacer es mucho más que actualizar los trámites o dar asesoría sobre los procesos legales a los hombres del campo, particularmente a los sujetos agrarios.

Hay un sujeto agrario que tiene para nosotros enorme importancia en estos momentos y que es sin duda quien más sufre los defectos que Gobierno y organizaciones tenemos o propiciamos en el campo, la mujer del sector rural. Por eso estimados amigos, este año el esfuerzo fundamental de la SEDATU se orienta a dos aspectos. Primero el aspecto legal, lograr que haya una mayor representación de mujeres en los núcleos agrarios y sobre todo en las directivas agrarias, es indispensable que haya más mujeres presidentas de Comisariado Ejidal y es indispensable que por ningún motivos la mujer pueda sea excluida de sus derechos agrarios.

Y segundo, el tema de la vivienda. En el tema de la vivienda hemos podido comprobar este año que sí se puede hacer más. Este año el programa de Vivienda Rural realizó un 42 por ciento más acciones que las que se habían realizado en los seis años anteriores; y la razón es muy importante, entraron de lleno las organizaciones con absoluta seriedad, con nuevas normas, con nuevos controles, aceptando la responsabilidad de que las organizaciones que incurrieran en malas prácticas serían excluidas, y hoy tenemos más de 24 mil acciones realizadas en el sector rural que significan una casa nueva para las personas; una casa que además cumple los requisitos establecidos por el Presidente de la República, el primero, que sea una casa de dos recámaras y el segundo que, en todo lo posible, la casa esté titulada a nombre de la jefa de la familia, ese es el otro aspecto en el que vamos a cumplir con la mujer del sector rural.

Por eso amigos, por eso nos da gusto escuchar estas reuniones, porque si bien hay pronunciamientos político maduros -algunos diría yo añejos- pero siempre surgen inquietudes que tenemos que recoger. Me quedo con lo dicho por la diputada Sonia López, tiene razón, los altísimos contenidos de contaminantes que tanto la minería, como el sector agropecuario industrial están propiciando, están elevando la incidencia de cáncer, y es indispensable que tengamos una acción directa y definitiva con respecto a este mal que está ocasionando malformaciones congénitas, nacimientos prematuros y muchísimas otras enfermedades que apenas vamos empezando a ver cómo se reflejan con mayor intensidad.

En resumen, amigos, lo que hace falta es cambiar el enfoque del desarrollo y no ver simplemente como pobres a los sujetos agrarios, sino como sujetos plenos, con derechos y obligaciones que requieren que el terreno esté parejo. Eso sí nos hace diferentes a muchos otros países, porque el que quiera sembrar y compre en estos países, estará en igualdad de condiciones y en igualdad de oportunidades que cualquier otro que pretenda hacer lo mismo. En ese sentido tiene que avanzar la reforma que propone el Presidente de la República.

Cierto, algunos han mencionado aquí las reformas y yo quiero repetirles algo que les he dicho antes, son reformas de las que se había hablado muchas veces, una Reforma Hacendaria, una Reforma Financiera, la Reforma Energética; la diferencia es que este Presidente no las puso en la mesa de la conversación, sino las llevó al campo donde tenían que discutirse, a las iniciativas para que el Congreso las discutiera.

Previamente en la reforma para el campo tendremos esa amplia discusión todos nosotros, pero llegará, se discutirá y el resultado –esperamos- incrementará la producción de alimentos, reducirá la pobreza y fomentará una mayor productividad para el campo. Una reforma de fondo, que fortalezca la diversidad productiva, la sustentabilidad y la competitividad internacional; como dice Enrique Peña Nieto, nuestro Presidente, “que cada hectárea coseche más y que en cada rancho o establo se crie más ganado”.

Esta gran Reforma tiene dos efectos. Primero, una relación más cercana a las organizaciones campesinas; segundo, la orientación de los esfuerzos, de todos los esfuerzos, a una sola meta, aumentar la productividad. Por eso estamos convencidos de que ésta es la forma efectiva de superar la pobreza en el campo; en el medio rural es indispensable aprovechar las ventajas comparativas que tenemos, pero sobre todo generalizar estas oportunidades: democratizar el aprovechamiento del agua, democratizar el aprovechamiento de la tecnología, y sobre todo, amigos, hacer más eficiente nuestra organización.

Esa es una tarea fundamental de la SEDATU, y este año en tres diferentes programas vamos a destinar más de 500 millones de pesos a dos objetivos fundamentales: primero, mejorar la organización, la capacidad, el potencial de las propias organizaciones, fomentando sobre todo la aparición de nuevos liderazgos con nuevas capacidades, creados por ustedes mismos; y segundo, hacer llegar a las organizaciones a presupuestos, a programas en los que no estamos participando hoy, como son los programas de Sociedad Hipotecaria Federal para el financiamiento de vivienda. Este año ya hemos introducido el programa FIRA-FONHAPO, a través del cual el crédito directo a productores organizados consolidó 100 millones que se aprovecharon en viviendas nuevas; este año vamos a incrementar ese programa y estamos seguros que obtendremos mucho mejores resultados.

Invertimos en generar habilidades, aumentar competencias, aumentar capacidades productivas, esa es nuestra tarea. 338 mil 600 millones de pesos invertirá el país en el sector rural este año, es decir, 32 mil 700 millones de pesos más a los que se tuvieron en 2012. Es responsabilidad de todos nosotros, del Gobierno, de las organizaciones, del Poder Legislativo, aquí presentes dos estimados amigos, al senadora María Luisa Calderón y el senador Héctor Yunes; es imprescindible que el trabajo de todos juntos converja en este mismo objetivo, aumentar la productividad. Estamos trabajando para que tener una acción coordinada SAGARPA, SEDATU, todas las Secretarías que tenemos injerencia en este sector. Por eso, los programas, por ejemplo de FONHAPO, tienen que converger al mismo tiempo que los programas de impulso a la productividad de la SAGARPA.

Hace tiempo que no escuchaba yo a un líder agrario citar a un poeta, y tampoco me extraña, lo hubiera hecho Max Correa en su momento como dirigente del CAP, lo hizo hoy José Durán y me da mucho gusto que recuerde a José Emilio Pacheco. Yo recuerdo un poema de José Emilio Pacheco que dice: “con qué facilidad en los poemas de antes hablábamos del polvo, la ceniza, el desastre, la muerte”. Amigos, la tarea de todos nosotros, Gobierno, organizaciones, juntos es que este escenario, el polvo, la ceniza, el desastre no sea más el escenario del campo mexicano.

Muchas gracias, felicidades a ambas dirigencias.