Discurso No. 086

Palabras del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Jorge Carlos Ramírez Marín, durante el evento por el CXCIX Aniversario de la Constitución Política de 1814.

Apatzingán, Michoacán, 22 de octubre de 2013.

Quiero felicitar a Michoacán por estos 199 años desde que nos dieron la oportunidad de ser un país. Han pasado casi 200 años desde la expedición del Decreto Constitucional para la Libertad de América Mexicana. Documento esencial para los mexicanos, nos reitera nuestra razón de ser, de ser michoacanos, de ser mexicanos, de tener apego por los lugares que nos vieron no solo nacer, sino que nos vieron ejercer con plenas facultades nuestros derechos y libertades.

Son dos, estimados amigos, los ejes sobre los cuales gira la historia indiscutiblemente: la libertad y la justicia. Hace 199 años, Michoacán fue el vértice de estos dos ejes, girando centrífugamente, pero en un punto histórico que la geografía precisó aquí, en la tierra de ustedes.

Y desde aquí tenemos la obligación de dar vigencia a los postulados de este Decreto: soberanía, libertad, derecho a aspirar a la legítima felicidad a través de los propios esfuerzos de cada quien, siguen siendo principios inalterables de cualquier acción de Gobierno.

Porque los ciudadanos, estimados amigos, en la búsqueda diaria de su propia felicidad, son los que siguen extendiendo los caminos de la libertad y la justicia. Y los gobiernos que pueden hacer mucho, que pueden hacerlo todos los días, deben tener la responsabilidad fundamental de allanar esos camino, de hacer cada vez más amplia la búsqueda de libertad y justicia de los ciudadanos.

Por eso es nuestro deber crear condiciones para que esa expresión axiológica sea tan amplia como sea posible, tan colectiva como sea posible y sobre todo, tan duradera como sea posible.

Hace 199 años que el mundo entero volteó hacia Michoacán, volteó a mirar a los hombres que se atrevían a desafiar el “statu quo” y a decir que podían abolir la esclavitud, crear un solo gobierno, darse a sí mismos un solo Gobierno y aspirar a la felicidad.

Eso fue hace 199 años, y estoy seguro que los hombres y mujeres de Michoacán, cuando este Decreto cumpla 200 años, habrán logrado otra vez que el mundo los mire y admirados vean que este es un pueblo de libertad, justicia y, por supuesto, de legítima felicidad.