2021 marcó el tercer año consecutivo de operaciones del Programa de Mejoramiento Urbano de la Sedatu, uno de los proyectos prioritarios de la actual administración federal y un eje central de la estrategia de desarrollo urbano que hoy estamos implementando en México. Durante la primera mitad del sexenio, las bases de la transformación fueron sentadas, los resultados de un trabajo honesto y constante están dando resultados, y esos resultados comienzan a reflejarse en el bienestar de millones de mexicanas y mexicanos que ven sus necesidades atendidas como nunca se había hecho antes.
Nuestra labor ha sido constante y compleja; ha implicado un cambio radical en la manera de hacer ciudad en nuestro país. Llegar a la raíz de los problemas y extirpar los vicios del pasado ha sido todo un reto. Las tendencias a la privatización que prevalecieron durante más de cuarenta años en el sector, acarreando influyentismo, corrupción y deshonestidad en las esferas más altas del poder, no han sido fáciles de revertir. Hemos remado contra corriente, y falta un largo tramo por navegar, pero ya se percibe un cambio hacia la vocación social de los proyectos, hacia una atención y un trato más directos con las necesidades de la gente, y hacia la salvaguarda de los derechos de quienes más nos necesitan.
Transmitir esta visión unificada de futuro, donde las ciu dades son lugares más habitables y mejor preparados para cumplir las demandas sociales, también ha sido un desafío importante. Ha hecho falta un enorme esfuerzo de planeación para alinearnos con gobiernos estatales y municipales, para que nuestros planes y proyectos se apliquen con eficacia y funcionen en cada nivel de gobernanza. Y lo estamos logrando poco a poco.
Ahora es momento de voltear a ver cómo la infraestructura y el equipamiento han sido capaces de cambiar la vida en las colonias y barrios más marginados del país. Necesitamos evaluar si nuestros proyectos en realidad han fomentado los valores de solidaridad y respeto; si han promovido modos de convivencia más sanos y seguros; si han facilitado la integración social, y si en verdad ha crecido el sentido de identidad al interior de nuestras comunidades. En suma, es el momento de valorar los resultados de nuestro trabajo en la vida de las personas y, sobre todo, en el cumplimiento de su derecho a la ciudad.
Esta publicación está dedicada justo a ese propósito.Ya con tres ejercicios fiscales a sus espaldas y la mitad del camino andado, los resultados del PMU se analizan no solo en número de obras inauguradas, viviendas construidas, metros cuadrados intervenidos, derrama económica o empleos generados, sino en cómo las personas han percibido la transformación de los entornos donde se desenvuelven.
Para ello, se han fijado cinco dimensiones principales desde las que el Programa incide en la vida urbana, y hemos comenzado a medir la efectividad del trabajo y su aplicación a futuro con base en la percepción de cada una de ellas. La primera es la percepción del entorno, es decir, qué tan satisfecha está la gente con los espacios públicos que la rodean; la segunda son los servicios, y si existe un acceso igualitario a ellos; la tercera es la percepción de seguridad; la cuarta es la movilidad, qué tan sostenible, segura y accesible es, y, por último, laquinta atañe a la dimensión social, incluyendo el enfoque de género, la participación y cohesión.
Desde sus inicios el PMU estuvo marcado por un auténtico sentido social. Ahora es tiempo de acercarnos a las personas, de motivar un diálogo y conocer sus opiniones. ¿Qué tanto ha mejorado la vida en sus colonias? ¿Cómo se relacionan con sus vecinos? Es importante saber si se sienten seguras y protegidas por su comunidad, o si su movilidad ha mejorado gracias al nuevo equipamiento cerca de sus hogares.
En 2021 el PMU realizó 282 proyectos en 56 municipios de 15 entidades federativas, los cuales forman parte de un contexto mayor de transformación social y política a largo plazo. Hoy existe mayor conciencia sobre el futuro de las ciudades —espacios donde vive un porcentaje cada vez más grande de la población mexicana— y sobre cómo convertirlasen lugares más sustentables, seguros, igualitarios y habitables.
En las siguientes páginas se detallan los procesos y avances más importantes en el último año del PMU, valorados frente a la percepción ciudadana. Se trata de un ejercicio alineado con las metas primordiales del programa: acercarnos a la gente, escuchar sus necesidades y atenderlas de forma eficiente y justa. Es parte integral de nuestra política de desarrollo, de nuestros objetivos a nivel global, y es el camino más seguro hacia un futuro mejor para todas y todos los mexicanos.
Román Guillermo Meyer Falcón
Secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano