Al inicio del sexenio uno de los compromisos que establecimos en la Sedatu fue hacer obra pública de calidad, así iniciamos el Programa de Mejoramiento Urbano (PMU) en 2019 construyendo y rehabilitando espacios públicos y equipamientos en las colonias más olvidadas de todo el territorio nacional.

Esta tarea no es menor, es un reto construir en algunos de los municipios más inseguros y alejados de centros urbanos del país como Calakmul en Campeche,  Ayoxuxtla en Puebla, Ruiz en Nayarit, Salina Cruz en Oaxaca, Ciudad Juárez en Chihuahua, Nogales en Sonora y Tijuana en Baja California. 

Planear y construir obras de alta calidad, transforma el territorio donde las personas conviven cotidianamente, reduce inequidades sociales y espaciales y facilita el acceso a derechos como la salud, la educación, la cultura y el deporte. Para construir estas obras, hemos rescatado la arquitectura como una práctica social y comunitaria, que aporte un sentido de identidad basada en la necesidad de hacer entornos más habitables. Así, poco a poco hemos recuperado lo público, esa es la vocación del PMU. 

Invertir en lo público ha tenido resultados en diversos frentes: ha regenerado el tejido social de las zonas intervenidas y se ha incrementado la percepción de seguridad. Recientemente la Sedatu con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el Colegio de México (Colmex) llevaron a cabo una evaluación de desempeño del PMU cuyos resultados reconocen avances en la disminución de actividades ilícitas,  satisfacción con el entorno y mayor cooperación entre vecinos, fortaleciendo el tejido social.

Si bien estos resultados en sí mismos muestran el impacto del programa, desde 2020 nuestras obras comenzaron a ser reconocidas en concursos nacionales e internacionales de arquitectura, urbanismo y diseño. Concursos que con frecuencia reconocen obras realizadas en las grandes ciudades del país o del mundo, y que en su mayoría son de carácter privado y con presupuestos de construcción muy altos, están reconociendo arquitectura mexicana pública construida con técnicas locales, en lugares donde nunca antes había reconocimientos de esa magnitud. 

Actualmente nuestras obras tienen 94 premios y reconocimientos de países como Austria, Chile, Dinamarca, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Suiza, además de México. Entre los proyectos premiados hay deportivos, parques, centros culturales, calles y plazas y mercados.

Se ubican en municipios con profundas desigualdades sociales, con altas tasas de marginación y que durante décadas no recibieron inversión pública equiparable a la realizada por la Sedatu.  Son obras construidas con sistemas constructivos y mano de obra locales para beneficiar la economía de la zona, facilitar el mantenimiento y la sostenibilidad de los equipamientos en el largo plazo. Se definen en colaboración con el municipio para identificar las necesidades de equipamientos urbanos. 

Uno de los proyectos con más premios es El Represo, ubicado en la periferia de Nogales, Sonora, en la frontera norte de nuestro país. Es un parque inundable, que reduce la posibilidad de inundaciones en la zona habitacional que lo rodea, al mismo tiempo que es un espacio de recreación y deporte. Es ganador del Mies Crown Hall Américas Prize Emerge, de Estados Unidos  y de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo 2022 de España, entre otros reconocimientos.

También la casa de música de Nacajuca, Tabasco ha sido reconocida. Tiene un gran salón comunitario para eventos así como salones de clase, aprovecha materiales y saberes locales como el barro en tejas y muros para una mejor temperatura y comodidad al interior, así como ventilación e iluminación natural. Ganó, entre otros premios, también la Bienal Iberoamericana 2022, y la Medalla de Plata XVII Bienal de Arquitectura Mexicana. 

El proyecto del Centro de Desarrollo Comunitario de Ruiz, en Nayarit es ganador de la Medalla de Oro en Brick in Architecture Awards de Estados Unidos y finalista en la Bienal Iberoamericana 2022. Es un edificio de ladrillo, que cuenta con albergue, comedor, patio y terraza, aprovechado por la comunidad wixárica para la elaboración de artesanías y la práctica de danza.

Estos son solo algunos de los proyectos y premios en estos 4 años. Más allá de lo pueden significar en la repisa de una oficina, para la Sedatu es poner estas comunidades, sus problemas y sus preocupaciones al centro de la discusión, que aparezcan en el mapa nacional e internacional, que tiendan puentes con otras comunidades. Poniendo la técnica al servicio de los que menos tienen, hoy casi 1,000 obras construidas en todo el país, que esperemos sumen muchos reconocimientos más.