DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

México, D.F. a 11 de Noviembre de 2013

 

Muy buenos días. Primero, felicitar a la Cancillería mexicana y a la Autoridad Internacional de Fondos Marinos por la visión de convocarnos a este Taller de divulgación de las oportunidades para México en la minería de los fondos marinos internacionales y en la exploración del océano profundo.

Sin duda, también la visión de cómo integrar esta participación –la subrayó Juan Rebolledo- cuando hizo referencia a que para este tipo de esfuerzos es necesario basarnos en la triple hélice, y el señor Canciller atinadamente invitó a este presidium justamente a esa triple hélice: el gobierno federal encabezado por el Canciller; la representación de la Universidad Autónoma de México, el Conacyt como nuestro instrumento fundamental de investigación, y el mismo Juan Rebolledo como un excelente representante del esfuerzo de la iniciativa privada.

Ante un escenario de la economía mundial, que se estima por la OCDE que crecerá en promedio 3.6 por ciento, de aquí al año 2050, pues evidente que se va a requerir de una creciente disponibilidad en materias primas, incluyendo minerales.

Se estima que para el año 2050 el consumo global de recursos naturales se triplicará 140 mil millones de toneladas al año, incluyendo obviamente los recursos minerales que son objeto de nuestra reunión el día de hoy y el día de mañana.

De hecho, solamente la cantidad de mineral requerido entre el 2014 y el 2050 se estima que será superior a la extraída desde el inicio de la humanidad hasta el presente. Por ejemplo, en el caso de las economías desarrolladas, la demanda por hierro y por, tanto por hierro como por cobre, se estima que para el año 2040 se incremente al menos en un 50 por ciento.

Dadas las limitaciones naturales de la minería en tierra firme, el mundo, sin duda, está volteando la mirada a los océanos, ya que en buena parte estos minerales se encuentran en los fondos marinos y en el subsuelo de aguas internacionales.

El interés renovado por este tipo de exploración está basado en tres elementos fundamentales, obviamente el aumento en la demanda, por los minerales. El segundo, la mínima disminución ya registrada en la capacidad de producción de níquel, cobre y cobalto, y finalmente, como bien decía Juan Rebolledo, los avances tecnológicos de exploración minera que sin duda todavía tienen mucho por desarrollar.

Transcurrieron cien años entre el momento en que fueron tomadas las primeras muestras de nódulos de manganeso a más de cuatro mil 700 metros de profundidad por el barco británico HMS Challenger. Ya en el año 74, cuando se estableció sin ambigüedad la existencia de una franja del fondo marino abundante en estos nódulos, que se extiende desde México hasta Hawaii, misma que conocemos como la zona Clarion Clipperton. Esta zona tiene una reserva potencial estimada de más de 27 mil millones de toneladas métricas en nódulos de manganeso que contendrían siete mil millones de toneladas de este material: 340 millones de toneladas de níquel; 240 millones de toneladas de cobre y 78 millones de toneladas de cobalto.

Estos depósitos podrían contribuir a satisfacer la demanda de estos materiales. De hecho, al respecto se estima que en el largo plazo la demanda de níquel y cobre y posiblemente cobalto pueda superar la oferta, a menos que tengamos la posibilidad de descubrir nuevos yacimientos terrestres, o sin duda, como es el caso de esta reunión, de descubrir fuentes alternativas de nódulos polimetálicos en fondos marinos.

La exploración y explotación de las reservas a minerales marinos requiere, por un lado, de instituciones que den certidumbre y organicen los incentivos de quienes participan, papel que sin duda cumple la Autoridad Internacional aquí representada justamente por nuestro invitado, el doctor Odunton.

Por otro lado, el reto está en desarrollar los métodos y las tecnologías para aprovechar de manera sustentable lo que fue declarado en 1970 como Patrimonio Común de la Humanidad.

En este sentido, México destaca la resolución de Naciones Unidas que alienta a las organizaciones internacionales y otros donantes de prestar apoyo al Fondo de Dotación de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, con miras a promover la realización de investigaciones científicas marinas conjuntas en la zona Clarion Clipperton cercana a la zona económica exclusiva de México.

Está claro que el desarrollo económico futuro de la humanidad dependerá del aprovechamiento eficiente y sustentable de nuestros recursos.

Señoras y señores: es muy grato recibir en México a expertos miembros de la comunidad científica y empresarial, y autoridades en la materia, particularmente al señor Secretario General de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.

El potencial minero y económico de la zona Clarion Clipperton ha alentado el desarrollo de nuevas tecnologías, nuevas instituciones y nuevos instrumentos para fomentar la cooperación entre países.

Es responsabilidad de los estados parte de la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar colaborar con una visión de justicia intergeneracional. Debemos asegurarnos de que el aprovechamiento de los recursos de la zona contribuyan a atender los retos de las actuales generaciones, sin comprometer la posibilidad de que las generaciones futuras tengan la misma oportunidad o una mayor de satisfacer sus propias necesidades. Gracias.