COMUNICACIÓN SOCIAL

Ciudad de México, 4 de mayo de 2021.

Muchas gracias, muy amable, José Luis.

Muy buenos días a todos. En verdad es un gran honor estar aquí con todos ustedes.

Me es grato saludar a quienes participan en este encuentro de “Diálogos para el desarrollo: de la revolución industrial a la revolución digital”, particularmente a quien me antecedió en la palabra, a Raúl Gutiérrez Muguerza, presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico y presidente del Consejo de Administración del Grupo Deacero;

A Carlos Funes, ya lo saludé;

A el señor Liu Jiude, CEO de Huawei de México;

A Arturo Oropeza, gran amigo e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y vicepresidente del IDIC;

Y a Mario Cimoli, secretario ejecutivo adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Esta ocasión, sin duda, como en otras anteriores, el desarrollo de estos eventos, en particular de éste en el que hoy estamos aquí presentes, es un motivo enorme de celebración para todos, sobre todo para todos los que deseamos encauzar a nuestro país hacia un futuro de vanguardia, donde la innovación y la digitalización, la tecnología y la transformación de los procesos industriales juegan un papel clave con el fin de poder ubicar a nuestro país en un esquema de crecimiento y desarrollo económico altamente incluyente y diversificado.

Esto sólo sin duda se puede lograr mediante una acción concertada entre empresa, academia y gobierno, donde éste último establezca las condiciones que propicien un entorno competitivo y donde el sector privado pueda invertir de una manera confiada, con certeza y que el camino le permita ampliar su capacidad empresarial para generar oportunidades y crear empleos.

Y la academia, desde luego, generar condiciones para que el conocimiento de estos procesos pueda ser replicable y se pueda difundir ampliamente.

En esta relación, pueden estar seguros, que la Secretaría de Economía se propone tomar -y lo está haciendo- un rol activo, participando desde hace tiempo y ahora de una manera muy activa en el diseño, conceptualización, vinculación e implementación de una política industrial, generando de esta manera un ambiente propicio para la inversión, simplificando la regulación y promoviendo dicha inversión en todos los encadenamientos productivos donde participa nuestra economía.

La innovación y la adopción de tecnología desempeñan un rol esencial para promover el desarrollo económico, pues sólo si apoyamos su incidencia podremos incrementar la competitividad de nuestra economía y lograr las tasas de crecimiento y generación de empleos de calidad que necesita nuestro país. Lo anterior se hace aún más evidente y necesario en la situación que actualmente vivimos.

México, al igual que todos los países, se encuentra inmerso en diversos retos derivados de la contingencia sanitaria, como bien lo apuntó Raúl Gutiérrez.

El restablecimiento de las actividades económicas es todo un reto. Y urge que participemos todos y le demos el canal y la salida adecuada. Ante estos retos, sin duda algunas soluciones se han convertido parte esencial de cualesquiera alternativas que escojamos, dando continuidad a la operación de las empresas y dando también la participación a que la economía genere esquemas más resilientes. Esto es para todos claro y evidente, que es el reconvertir las organizaciones tradicionales en actores sólidos de la economía digital.

Por ello, desde la Secretaría de Economía lanzamos una plataforma estratégica para la reactivación económica 2021-2024, mediante el cual establecimos como meta, para este año en particular, una base del 5% del crecimiento en el Producto Interno Bruto.

Y ésta está fundamentada en cuatro ejes fundamentales: el mercado interno; empleo y empresa; fomento y facilitación a la inversión; el comercio internacional y la regionalización, acompañada de sus respectivos sectores.

El primer eje que habla del mercado interno, el empleo y la empresa, tenemos como principal prioridad, impulsar una política industrial, que estamos trabajando en ella, en conjunto, desde luego, de la mano con el IDIC. En ella trabajaremos en los sectores innovadores, los que corresponden a temas de digitalización y sobre todo en la industria 4.0.

En 150 años hemos pasado de una inicialmente industria mecanizada con medios de locomoción razonablemente autónomo, en la primera revolución industrial, a una industria basada en estándares capaces de producir en masa para una segunda revolución industrial en donde éstas iban en camino hacia la automatización de la revolución industrial hacia finales del siglo XX.

La base de la cuarta revolución industrial, que tiene tan sólo una década de haber iniciado, participó activamente por el internet de las cosas y el almacenamiento de información en la nube, lo cual permite el intercambio continuo de datos entre maquinas automatizadas, robots, dispositivos interconectados que permitan la interacción de todos los procesos cuando se dirigen a una línea de producción- Y, además, no sólo esto, sino su almacenamiento y logística. Esto nos permite abrir un cauce enorme hacia procesos de industria inteligente, eficiente y sostenible.

Dicha producción inteligente genera grandes cantidades de datos que pueden permitir el ofrecer, de una manera confiable y segura, servicios y productos a la medida. Y es que los datos asociados a la enorme capacidad de cómputo, a los sistemas de inteligencia artificial y a la interrelación de las telecomunicaciones nos ofrecen capacidades nunca vistas para poder analizar tendencias de consumo y adaptar el aparato productivo a ellas. Hacer llegar los insumos y productos a un menor costo, en mejores condiciones y de manera más oportuna, a quienes lo necesitan.

Y anticipar problemas sistémicos y tendencias de mercado para incorporarlos a la planeación de las cadenas productivas y generar productos más cercanos a las necesidades de los consumidores en procesos sumamente adaptables y eficientes.

Para que esta tendencia tomara fuerza fue importante contar con dos condiciones importantes: una base de datos y estándares que cada vez concurren más a la industria, que permitieran la conexión fluida y certera entre dispositivos en condiciones que garantizaran a todos los desarrolladores tecnológicos y operadores para que sus inversiones puedan encontrar un ambiente propicio y ordenado.

Y dos temas que me gustaría decir en esta parte, no sólo temas, sino políticas, que pronto las tendremos, específicas, de fomento a la innovación tecnológica, que permitieran compartir costos y riesgos y, sobre todo, que proveyera ciertos bienes compartidos en materia de desarrollo tecnológico y de conocimiento.

Es por ello que desde la Secretaría de Economía les proponemos que trabajemos de manera conjunta para desarrollar una industria digital en donde aprovechemos todas y todos los datos y todas las bases de datos que participan en nuestro país, para generar riqueza y mejores productos, así como mejores servicios de salud, de tecnología, de vinculación industrial, de servicios educativos, de servicios financieros, entre otros tantos.

Sin duda, este es un tema donde podremos avanzar a la par de otras naciones que ya lo están haciendo, ya que contamos con el talento, con el acceso a la tecnología, con una organización industrial sólida, con un mercado nacional muy importante y, sobre todo, con acceso hacia otros mercados del planeta.

La digitalización y la inserción de nuestra planta productiva en un paradigma que demanda la industria 4.0 puede tener un efecto transformador y multiplicador en los modelos de negocio; en la operación y en la dinámica industrial, que permitirán el uso eficiente de los factores de la producción, reducción de costos, mejora de procesos e incrementar la calidad de los productos y servicios.

Es por ello que debemos trabajar de manera conjunta: academia, empresa y gobierno, en encontrar estrategias y esquemas de colaboración para impulsar este cambio en nuestro país.

Los invito a que se sumen a la plataforma de reactivación económica de la Secretaría de Economía y que aporten su inteligencia, talento y recursos a esta gran empresa común, que será la construcción de la industria del futuro en México, parafraseando el término de nuestros colegas franceses.

A nombre de la maestra Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, y el propio, enhorabuena, y les deseamos el mayor de los éxitos en este evento.

Muchas gracias, y que tengan muy buena jornada.