A todos ustedes, gracias por acompañarnos, a los medios de comunicación. Sin duda, como Secretario de Economía, no sabía la estadística, pero la verdad es que estoy muy contento de romper una inercia injustificable de no tener una presencia en la Secretaría de Economía, física. Si bien institucional siempre la ha tenido, pero nunca con una presencia física en estas instalaciones que son tan importantes para el futuro de la innovación en México.

Nos congrega con unos pocos días de desfase la celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Como vimos en el discurso videograbado, se celebra el día 26 de abril, y reúne prácticamente, obviamente con este organismo a todos los países que como México, desde 1975, nos integramos para poder avanzar y reflexionar sobre la importancia de la propiedad intelectual, y para pensar juntos nuevas y mejores formas de fortalecerla y aprovecharla.

Justamente cuando veía el video de Francis Gurry, recordé que arrancando su administración allá por el mes de febrero, Miguel Ángel me pidió recibir en la Torre de Economía, a la señora Binying Wang,  quien es Directora General Adjunta en el Sector Marcas y Diseño de la OMPI. Tuvimos una charla muy interesante, acompañados por Miguel Ángel, reconociendo la importancia y el valor de la propiedad intelectual en el bienestar de las sociedades, pero sobre todo comentamos la necesidad de contar con sistemas vanguardistas que no sólo protejan el valor de las ideas, sino que promuevan su desarrollo y su uso, convirtiéndose en verdaderos impulsores del crecimiento económico.

Hoy el IMPI nos reúne aquí para celebrar ese Día con un tema muy concreto, el de la “Creatividad” y sobre todo la Creatividad asociada con las nuevas generaciones. Es una convocatoria oportuna en tiempo y tema porque necesariamente la respuesta a los grandes desafíos que enfrenta México requiere de mentes con la capacidad no sólo de innovar y crear, sino de materializar esas soluciones en beneficios concretos.

Lograr esto, sin duda, requiere como precondición que existan los incentivos, las instituciones y mecanismos para que el trabajo de la mente, el esfuerzo de los creadores, sea valorado, promovido y defendido en su justa dimensión y trascendencia.

En ese sentido, México ha venido trabajando desde hace muchos años, creando justamente las instituciones necesarias y los marcos requeridos. Desde que nos integramos a la OMPI en el 75, a partir de ahí en el 91, y esto lo recordará Jorge con mucha claridad, se diseña, instrumenta y aprueba la Ley de Fomento y Protección a la Propiedad Industrial, y con ello se da paso a la creación del Instituto de la Propiedad Industrial en 1993, y que básicamente es esta casa que nos recibe hoy, casa responsable de administrar el sistema de propiedad industrial en nuestro país.

El contexto de instituciones que se crean a inicios de los noventas se acompaña de grandes esfuerzos de México en ese momento. En ese momento se crea la Comisión Federal de Competencia Económica; en ese momento, un par de años antes, al igual que ocurrió con este organismo, se crea la Ley de Competencia Económica, y todo ello deriva de un elemento fundamental: la integración de México a la economía global, que inicia con la incorporación al GATT, viene a materializarse en un momento cúspide, con la entrada a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Sin duda, ese parteaguas en la toma de decisiones de política pública para integrarnos con inteligencia a la globalidad nos llevaba a retos para poder actualizar el marco de la economía mexicana justamente con los mejores estándares internacionales de nuestros ahora principales socios comerciales.

México no podía quedar atrasado, tenía que llegar a esa nueva carrera para poder establecer los nuevos mecanismos. Y conforme el tiempo ha pasado, tenemos que hacer un mayor esfuerzo para no quedarnos rezagados.

El tamaño de nación, el respeto que nos merecemos en el mundo nos obliga justamente a hacer nuestro mayor esfuerzo para, jugando en las grandes ligas, darle formalidad, vigencia y fuerza al marco de la protección de la propiedad intelectual, de los derechos de autor y de la propiedad industrial.

En este sentido, no nos podemos quedar atrás, y hoy el marco internacional, en donde México sigue jugando como primer actor en las negociaciones del Tratado TransPacífico, en las negociaciones de la Alianza del Pacífico, nos obligan fundamentalmente a continuar este esfuerzo y a dar el siguiente paso para seguir fortaleciendo el marco de la defensa de los derechos de la propia propiedad intelectual.

A Miguel Ángel le toca dar seguimiento a la incorporación de México al Protocolo de Madrid, y así debemos de seguir construyendo este futuro.

La visión del gobierno del Presidente Peña es clara con respecto al papel que tienen la innovación y el talento y por ende la necesidad de proteger la innovación, a través de derechos de propiedad intelectual.

Y en este sentido, cuando el Presidente fija sus cinco grandes metas nacionales, la meta México en paz; la de México incluyente; la de una Educación con calidad para todos, de calidad y de cobertura; la de un México próspero; la de un México como actor con responsabilidad global.

En cada una de estas cinco metas hay un papel específico para la innovación y por ende para la protección de los derechos de autor.

El Presidente, en la definición de estas metas y en la configuración de su mensaje para el Plan Nacional de Desarrollo, claramente estableció tres acciones transversales. Una de ellas tiene que ver con la productividad. El reto del país es cómo lograr que esa modernidad que hemos alcanzado con la integración a los tratados internacionales, que ha mejorado las condiciones de vida y el nivel económico de muchos estados de la República, pueda generalizarse a todos los estados de México y pueda generalizarse a todos los actores económicos, independientemente de su tamaño.

Pero para poder realmente dispersar el acceso a altos niveles de productividad, que son fundamentales para lograr la meta de crecimiento, el factor básico es la innovación. Sin innovación y sin la democratización de la innovación que debe ser signo del acceso de todos a poder innovar, y el acceso de todos a poder proteger nuestros derechos de creación como autores, fundamentalmente es elemento sustancial.

Así como es fundamental el financiamiento, es fundamental la innovación y el desarrollo tecnológico. En ese sentido, la productividad pasa, sin duda, por el impulso a la innovación, pero no puede haber innovación si no generamos los marcos adecuados para proteger los derechos de autor y la propiedad intelectual.

El Presidente, desde el inicio, mandó señales claras del fortalecimiento al sistema de investigación y desarrollo y de innovación, presupuesto por primera vez en este terreno, tuvo un incremento de aproximadamente 18 por ciento para llevar el gasto total a 70 mil 400 millones de pesos, de los cuales hay dos programas muy significativos: el Programa para el Desarrollo Científico y Tecnológico con dos mil 500 millones; y tres mil millones de pesos para el Programa de Innovación Tecnológica para negocios de alto valor agregado.

Así es que, sin duda, en el sexenio, establecimos meta alcanzable de llevar a México del 0.4 por ciento de inversión del producto en innovación, al uno por ciento. Intentaremos convencer al Secretario de Hacienda de mejorar esta meta conforme la vayamos logrando.

Pero además en el Pacto por México se estableció con todas las fuerzas políticas un compromiso en favor del fortalecimiento de los derechos de innovación y los derechos de autor.

En este caso, en el compromiso 48, se dejó claro el compromiso de todas las fuerzas para impulsar el patentamiento,que es una de las principales tareas encomendadas justamente a esta institución.

En la Secretaría de Economía trabajaremos de la mano con quienes crean, con quienes idean mejores soluciones a problemas también cada vez más complejos. Sabemos que su contribución al desarrollo requiere de un sistema apropiado para el florecimiento de la creatividad; por ello, el IMPI tiene la encomienda de insertar la propiedad industrial en la nueva política industrial como un componente estratégico en la transformación de nuestro país.

México es una nación que ha hecho grandes aportaciones a la humanidad, que tiene el talento humano para realizar contribuciones aún más numerosas e importantes. Necesitamos invertir en nuestro talento y asistir a la cita que tenemos para atender los anhelos y justas demandas de nuestra sociedad, y contribuir a la solución de los grandes retos que hoy debemos encarar como oportunidades.

Les deseo una jornada muy provechosa el día de hoy, que será, seguramente, no la última vez que los estaré acompañando por acá.

Gracias.