DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Monclova, Coah., 18 de julio de 2013.

 

Buenas tardes tengan todos ustedes.

Licenciado Enrique Peña Nieto, presidente de los Estados Unidos Mexicanos;

Don Rubén Moreira Valdés, Gobernador Constitucional del Estado de Coahuila;

Don Alonso Ancira Elizondo, Presidente del Consejo de Administración de Altos Hornos de México, y presidente de Canacero, la Cámara Nacional de la Industria del Acero;

Señoras y señores de este honorable presídium;

Señores empresarios de la industria del acero;

Señores trabajadores, miembros del Sindicato de Acereros de la República Mexicana;

Damas y caballeros invitados a este evento;

Señoras y señores de los medios de comunicación:

Es un gran gusto estar en Monclova, Coahuila de Zaragoza, como aprendimos a llamarla gracias a la iniciativa del señor Gobernador, quien fue compañero en la LXI Legislatura, y quien fue el promotor del cambio institucional del nombre de Coahuila, a Coahuila de Zaragoza, felicidades por ese cambio logrado por esa Legislatura.

Señor Presidente, atestiguar el proyecto Fénix, el más reciente esfuerzo de Alto Hornos de México para seguir siendo un líder en un sector tan competido como el siderúrgico, y sin duda, un gran hito en la industria siderúrgica mexicana, que significa también confianza y visión para crecer.

Señor Presidente, usted ha convocado a una cruzada por la productividad, que nos lleve sin ambigüedades a transformar a México, hacia una transformación que nos permita prosperar. En esa transformación deben estar enfocados todos nuestros esfuerzos.

Inversiones como la que hoy nos comparte Altos Hornos de México, confirman lo que usted ha planteado en reiteradas ocasiones: "la productividad define la capacidad de crecimiento de una economía". El crecimiento de la economía mexicana, acompañado de su mayor sofisticación, ha ocasionado que en la actualidad las industrias tengan que importar 650 mil toneladas de acero. Una parte importante de ese déficit, 400 mil toneladas, podrá ser abastecida localmente gracias al proyecto Fénix.

Hace un momento que hicimos el recorrido de este Proyecto, el Molino de Placa de Acero Steckel, una innovación que no es otra cosa, que si ustedes me lo permiten, la expresión, es un robot gigante que permitirá a AHMSA incrementar su productividad al automatizar la transformación de los planchones de acero en placas de acero con extensiones que hasta hoy no se fabricaban en México.

Me parece preciso contextualizar esta importante inversión en torno a la integración global de la economía mexicana. AHMSA, desde ese tiempo que Alonso Ancira la dirige, ha sido un gran ejemplo de colaboración con empresas de distintas nacionalidades garantizando la transferencia de tecnología para mejorar nuestras capacidades productivas.

A finales de los noventas y principios de la primera década de este siglo, muchos países consideraban que las operaciones de manufactura debían localizarse en otros sitios en búsqueda de menores costos de operación. Al cabo del tiempo esta estrategia ha probado no ser la mejor y desde hace algunos años somos testigos de lo que se ha llamado el renacimiento de la manufactura.

Renunciar a las operaciones de manufactura para ganar una ligera ventaja en costos tuvo precisamente un costo que a la postre ha resultado más alto: renunciar a la dinámica que se genera buena parte de la innovación en México.

Este renacimiento de la manufactura se da en un entorno de integración productiva global en las que se agrega valor a las cadenas de producción que se extienden más allá de las fronteras de los países.

Así, el Proyecto Fénix constituye una nueva capacidad que trasciende a su industria e incide en la productividad de muchas otras industrias, tan importantes como la automotriz, la de la construcción, la de la petrolera, la de maquinaria y equipo. Su naturaleza integra una extensa cadena de valor, la que sin duda impulsará con esta nueva capacidad.

México debe ganar terreno en la reconfiguración productiva que implica el renacimiento de la manufactura y un factor clave para lograrlo es contar con insumos de calidad y con abasto suficiente. Este factor combinado con una provisión eficiente de energía a precios competitivos contribuirá a fortalecer la presencia de empresas mexicanas en ese renacimiento de la manufactura en América del Norte.

El Proyecto Fénix es una clara muestra de que el renacimiento de la manufactura en América del Norte necesariamente pasa por el fortalecimiento de las capacidades en México, pues para competir actualmente en el terreno global las claves son las tres “I”: Inversión, Innovación e Integración.

Sin embargo, este proceso no es automático, y la competencia es creciente. Por ello, el Gobierno que usted encabeza, señor Presidente, se ha dado a la tarea de establecer mecanismos de diálogo y consenso eficientes con las principales fuerzas políticas que hoy se materializan en el Pacto por México y que posibilitan una mejor contribución de todas las partes al crecimiento de nuestro país a través de las reformas ya aprobadas y las reformas en proceso de aprobación.

México tiene el potencial para añadir más valor a lo que se produce. Nuestros esfuerzos están orientados a crear las condiciones que reduzcan el costo-país, mejoren el entorno para la actividad empresarial y hagan factible que todas las empresas y regiones de México se beneficien de las ventajas de operar en territorio nacional.

Finalmente, no quiero elucubrar sobre los motivos que tuvo Alonso Ancira para bautizar a su nueva Planta con el nombre Fénix, pero me atrevo, a riesgo propio, hacer una interpretación: la industria siderúrgica mexicana, al igual que la mitológica Ave Fénix ha tenido el poder de resurgir de las cenizas. Sobrevivió los años de gobierno convertidos en empresarios y a inicios de los noventa los industriales mexicanos tomaron el reto de la privatización poniendo capital de riesgo para modernizar una industria que se encontraba obsoleta.

Tres años más tarde enfrentaron el reto de la liberación comercial con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, y triunfalmente se integraron estratégicamente a una de las zonas más poderosas de libre comercio del mundo, y no se diga a partir del 2001 pudieron enfrentar la competencia de la integración de China al comercio global al integrarse a la OMC.

Hoy, Altos Hornos de México con este proyecto vuelve a emprender nuevos vuelos de gran visión realizando una importante inversión, con una tecnología de punta e innovadora; proyectos de la magnitud y complejidad como las de Fénix nos demuestran que México, México es talento, México, México es visión, México es futuro.

Enhorabuena, y muchas felicidades a todos.