DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Bali, Indonesia, 3 de diciembre de 2013.

 

La economía mexicana está en un periodo de profundos cambios estructurales a través de las reformas que el Presidente Enrique Peña Nieto está impulsando en materia laboral, educativa, fiscal, energética, telecomunicaciones, competencia económica y servicios financieros.

El comercio juega un papel preponderante en este paquete de reformas, para que México se integre con mayor eficiencia a la economía global, haciendo más productivos e internacionalmente competitivos a nuestros productores, optimizando el crecimiento económico y, particularmente, contribuyendo de manera significativa al mejoramiento del nivel de vida y de empleo de los mexicanos.

Para México, un sistema multilateral de comercio sano, predecible e inclusivo, es una condición necesaria para sostener el desarrollo económico. Nuestros múltiples acuerdos bilaterales y regionales complementan satisfactoriamente a este sistema, pero de ninguna manera pueden sustituirlo.

Lograr un consenso sobre los temas incluidos en los textos que se negociaron en Ginebra hasta hace unos días inyectaría un fuerte y muy necesario estímulo a la economía mundial.  Un acuerdo sobre facilitación del comercio tendría un impacto similar al que tuvo la introducción de los contenedores en el transporte marítimo, con un efecto mayor en el comercio que las reducciones arancelarias resultantes de las rondas negociadoras multilaterales de las últimas siete décadas.

Es encomiable que en un esfuerzo de último minuto, los miembros hayamos logrado resolver las cuestiones que estaban pendientes en relación con los países menos adelantados en el texto de Facilitación del Comercio. Me parece que todas las cuestiones pendientes en el texto son solucionables.

Sellar un compromiso, así sea político, de congelar los niveles actuales de los subsidios a las exportaciones agrícolas, sería un paso importante en la dirección hacia su eliminación total. Las mejoras en el manejo de la administración de los cupos arancelarios de los productos agropecuarios tendrían efectos económicos favorables nada despreciables. Todos tenemos la necesidad de lograr la seguridad alimentaria de nuestros pueblos. Algunos Miembros de la OMC requieren soluciones especiales. Creemos que en Ginebra se encontró una solución que debería ser aceptable para todos.

Los elementos específicos que se han logrado consolidar en favor de los países menos adelantados contribuirían de manera significativa a su desarrollo económico y social.

Nuestros representantes en Ginebra estuvieron muy cerca de un acuerdo a todas luces equilibrado, del que todos los Miembros salíamos ganando. Si no preservamos ese paquete todos saldremos perdiendo.

Los Ministros debemos aprovechar estos tres días para dedicarnos constructivamente a atar los pocos cabos que faltan, sin perder de vista el potencial que representa un resultado positivo y balanceado. Está en juego el futuro de Doha y la credibilidad del sistema multilateral de comercio.

Apoyemos los enormes esfuerzos del Director General, a quien encomiamos por su excelente conducción del proceso. Aprovechemos inteligentemente los insumos que nos traen de Ginebra y acordemos un paquete.

Señor Presidente, el peor escenario es el inmovilismo. Lo hemos sufrido durante ya mucho tiempo. Ha sido un error muy grave. Actuemos para remediarlo. El futuro es hoy, aquí, en Bali.