DIRECCIÓN GENERAL DE COMUNICACIÓN SOCIAL

México, D.F., 28 de noviembre de 2013.

 

Buenos días. Para el Gobierno de la República del Presidente Enrique Peña Nieto ha sido un gran honor recibirlo en nuestro país, a su Excelencia, el señor Presidente de Israel, Shimon Peres, quien en ésta su primera visita a México ha traído un mensaje de bien no sólo para la relación de México-Israel sino también para el futuro de México.

El día de ayer tuve el privilegio de escuchar al Presidente Peres en varios discursos: en la Ceremonia Oficial, en la Reunión de Delegaciones y en la Cena de Estado. Y si hay una frase que me gustaría tomar como referente es una frase que él usó, donde establece que México, la relación México-Israel se refleja en dos condiciones. La primera: somos viejos amigos que estamos empezando una joven asociación o una joven partnership estratégica, como él lo describió. Y al oír esas palabras las traté de ubicar en ese contexto. Lo que caracteriza a los viejos amigos es el fortalecimiento de las relaciones en el tiempo que nos da el compartir valores comunes, el compartir una filosofía de vida y el establecer un estilo de vida congruente.

Y eso a lo que se refiere el Presidente Peres yo creo que inicia desde la época del México Independiente, a mediados del siglo XIX, cuando México empieza a recibir a los primeros migrantes judíos a la nación mexicana.

Aquí encontraron una tierra donde los valores familiares nos identifican, donde los valores religiosos que se profesan son parte central de nuestra vida y de nuestra práctica y donde siempre creemos que el bienestar del prójimo es más importante que el bienestar individual.

Es así como a través de esa gran apertura México se enriqueció con la llegada de grandes talentos en el campo de la medicina, en el campo de la ciencia, en el campo de las artes, y siendo economista también me tendré que referir que tenemos grandes economistas que hoy tienen el reconocimiento de quién más pero del Gobernador del Banco Central de Israel, quien es muy amigo de grandes economistas mexicanos.

Pero sin duda el talento más importante que recibió México fue justamente la capacidad emprendedora que la comunidad México-Judía ha impulsado en este país. Sí hubo un grupo de empresarios importantes, concentrados en sectores estratégicos como el del acero, el de la electrónica, el de la farmacéutica, el de la metal-mecánica que apostaron a la apuesta de apertura comercial de México a partir de nuestro acceso al GATT en 1985 y de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio en 1994, fue justamente esa parte emprendedora que se reflejó en sectores estratégicos.

Hoy en día las amenazas que se percibían de la apertura en sectores tan vulnerables como el textil han dado una vuelta de 180 grados y hoy están conquistando mercados en el extranjero con las mejores tecnologías, con una gran capacidad competitiva, incluso entrando en mercados tan difíciles como el mercado asiático.

Esta es la parte de la consolidación de la gran amistad que el mismo Presidente Peres nos pone frente a nosotros el reto de cómo transformarla en esta naciente asociación productiva, en esta creciente partnership para poderla hacer mucho más intensa de lo que empezamos hace 13 años con el Tratado de Libre Comercio México-Israel.

En ese reto, fundamentalmente hemos visto que sin duda nuestro comercio bilateral ha crecido casi un 300 por ciento. Hoy en día México-Israel comercian aproximadamente 850 millones de dólares.

La buena noticia es que creció 300 por ciento. La mala noticia es que representa menos de un día de lo que Estados Unidos y México comercian. México y Estados Unidos comercian cada hora un millón de dólares. Eso nos da una idea del potencial que podemos tener en expansión del comercio bilateral.

Por otra parte, Israel exportó capital el año pasado por un monto de 3.2 billones de dólares, en billones americanos, tres mil 200 millones de dólares, de los cuales la inversión en México es aproximadamente 50 millones de dólares. El potencial fundamental es increíble, de atraer mayor inversión extranjera israelí a México.

Pero aquí hay otra noticia favorable: los empresarios mexicanos se han convertido también en exportadores de capital. El año pasado fueron, México fue el 15, ocupó el lugar 15 en el mundo en exportación de inversión extranjera. Exportamos casi 30 mil millones de dólares de capital de inversión extranjera al resto del mundo. Entonces las posibilidades de inversión entre empresarios mexicanos y empresarios israelitas es muy grande.

La pregunta es: en una asociación estratégica, en este partnership que hace referencia el Presidente Peres, Shimon Peres, es ¿qué pone México en la mesa para hacerla atractiva? Primero, en este país hemos logrado consolidar en los últimos 15 años una estabilidad financiera que nos permitió superar la crisis de 2008 de mejor manera que muchos países.

Adicionalmente, esta estabilidad está blindada en la clase política, porque hoy en día aun en democracia tener finanzas públicas sanas y un Banco Central autónomo ya no son motivo de debate legislativo en el Congreso mexicano.

El segundo tema que México pone en la mesa, y como buen socio, es que en los últimos 20 años hemos construido con credibilidad nuestra adhesión al libre comercio. Hemos firmado 10 tratados internacionales que nos dan acceso a 45 países en el mundo a más de mil millones de consumidores que representan el 58 por ciento del comercio mundial, que nos localiza en el centro estratégico entre Asia y Europa, América del Norte y América del Sur.

La credibilidad de largo plazo de una apertura que ha sido mantenida por gobiernos de diferentes signos políticos. Esto es importante porque cuando un inversionista piensa apostar en México con plataforma para el mercado mexicano y el mercado exterior quiere la estabilidad de los flujos de venta hacia otros mercados en el mundo.

Otro elemento que ponemos en la mesa y que fue muy subrayado por el Presidente Peres el día de ayer, es la calidad de la mano de obra mexicana y su juventud. El 50 por ciento de los mexicanos tiene menos de los 26 años de edad, y dicho por inversionistas extranjeros es una de las fuerzas de trabajo más creativas. Le comparto al Presidente Peres que recientemente compartí un panel con el dueño de Bombardier la empresa aeronáutica canadiense, que produce aerolíneas en los tres países, Estados Unidos, México y Canadá, integra los aviones de partes provenientes de los tres países y confesó en este panel que él vino a México inicialmente atraído por bajos salarios hace 20 años, después descubrió que desde sus plantas en México se estaban generando soluciones creativas para la eficiencia en sus líneas de producción. Eso cambió la dinámica de las inversiones de Bombardier en México y así como Bombardier muchas empresas están utilizando el talento de la mano de obra mexicana para establecer centros de diseño, centros de investigación y centros de transformación. Es ahí donde el potencial que tenemos para beneficiarnos del gran avance de Israel en materia de tecnología e innovación pudiéramos justamente convertirnos en un aliado estratégico para la conquista de otros mercados donde sabemos que hoy las manufacturas van a depender para el futuro en dos pilares: en la innovación y en energía competitiva y eficiente, que esperemos sea el caso de México después de la aprobación de la reforma energética. Esperemos antes del fin de este año.

Sin embargo, un gran reto donde Israel nos da el precedente y la avanzada es en el sector agroalimentario. México ha sido muy exitoso a través de empujar las exportaciones de productos primarios en donde somos los primeros proveedores de una gran cantidad de frutas y vegetales en el mercado de Norteamérica. Vendemos dos mil millones de dólares de tomate; vendemos una cantidad muy similar en aguacate en América del Norte y Asia, pero sin embargo nuestras tecnologías pudieran ser muy beneficiadas de los grandes avances que Israel tiene en ese sector y que pudiéramos crear y potenciar alianzas estratégicas en este sentido.

Finalmente, señor Presidente, después de revisar todas las carteras de responsabilidad que usted tuvo en Israel es impresionante observar que hubo un denominador común desde sus diferentes perspectivas: cuando fue Ministro de Defensa se preocupó por cómo al final de las patentes, trasferir las patentes al sector productivo, desde ahí impulsó la industria aeroespacial; fue usted Ministro, también de Economía, y desde cada frente de batalla reconoció que el valor de una nación reside en poder desarrollar el talento creativo de su clase empresarial.

Creo que estamos frente a una gran posibilidad de conjuntar estos valores y de realmente proyectarlos al futuro.

Y finalmente compartir con usted que en mi carrera he tenido el privilegio de trabajar con gente de todas las generaciones, nunca había tenido el privilegio de estar en un pódium con un Presidente, no sólo un Presidente, sino con un Presidente tan distinguido mundialmente como usted.