CIUDAD DE MÉXICO.

Conocí a Gerardo Ruiz Esparza allá por los años preparatorianos. Desde muy joven hacía deporte de manera rutinaria y participó en torneos nacionales de bádminton al mismo tiempo que cursaba la primaria y la secundaria, lo que lo obligó a llevar desde niño una vida ordenada y disciplinada, rutina que continuó durante la preparatoria y la carrera de derecho.

Él mismo relata que su padre le enseñó la disciplina y la perseverancia, y que su muerte, cuando Gerardo tenía 10 años de edad, provocó que reforzara la convicción de una vida ordenada. Por su parte, su abuelo fue un ejemplo a seguir como servidor público; fue quien le inculcó el compromiso y amor por su país.

Así, Gerardo se funde en una mística de servir, hacer y dar resultados en cualquier tarea encomendada, en donde el quehacer diario sin postergar a mañana era la fórmula para la búsqueda de alternativas y lograr soluciones, su capacidad para trabajar en equipo, así como su deseo de formar y transmitir fueron los determinantes para definir su vocación como servidor público.

Fue al cursar el sexto semestre de la carrera, teniendo 20 años de edad, cuando recibió la invitación de Ernesto Fernández Hurtado, subdirector general del Banco de México, para incorporarse al área legal de este instituto, lo que implicó un esfuerzo adicional para conservar las tres disciplinas necesarias para su desarrollo: estudio, experiencia laboral y deporte, mismas que ha preservado hasta la fecha.

Fue el propio Banco de México el que una vez que recibió el título de Licenciado en Derecho lo mandó a una maestría a la Universidad de Michigan, Estados Unidos, que era en ese momento la mejor escuela de derecho de aquel país.

Se reincorporó a sus labores en 1976 como especialista jurídico en el Banco de México y en breve plazo fue designado delegado en el noroeste del país de un importante fideicomiso que financiaba las exportaciones, la cual fue una plataforma de despegue, ya que en un corto plazo fue invitado por el subsecretario de Hacienda, Miguel de la Madrid H., a ocupar el cargo de subdirector jurídico de Deuda Pública, en la SHCP, cargo en el que conoce a uno de sus mejores amigos, considerado un gran servidor público y político, Alfredo del Mazo González.

Al cumplir con esa responsabilidad tuvo la oportunidad de negociar un crédito para el país de mil 200 millones de dólares, el monto más importante celebrado hasta ese momento.

Su desempeño le permitió ser promovido, a la edad de 27 años, como subdirector financiero de Instituciones Nacionales de Crédito de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para realizar un diagnóstico que permitiera la reestructuración de la banca nacional. Su hallazgo fue en alguna medida el inicio de la importante transformación de la Banca Nacional y de los fideicomisos públicos.

Desde el inicio de su trayectoria, Gerardo Ruiz Esparza siempre se ha entregado con pasión, lealtad y disciplina a la función pública, siguiendo siempre la filosofía de lograr los resultados requeridos en las tareas asignadas, además de recordar con gratitud el cuestionamiento que se le hizo al entregar su primer documento en el Banco de México. Su jefe inmediato le preguntó: ¿es el mayor esfuerzo que puedes hacer?

Ese momento fue una lección de vida y cada vez que algún colaborador inicia funciones y entrega su primer documento le hace la pregunta. Normalmente le contestan que no, que no es el mejor esfuerzo, y regresan a revisar el trabajo.

Hasta 1981 se desempeña como subdirector en la SHCP, cuando Alfredo del Mazo, candidato a gobernador por el Estado de México, lo invita como su secretario particular, así como coordinar eventos de su campaña.

Al concluir el proceso electoral es designado subsecretario general de Gobierno y posteriormente designado secretario general de Gobierno, cargos en los que realizó un enorme esfuerzo por devolverle a la sociedad mexiquense la confianza en sus cuerpos de seguridad pública, perdida a causa de su mal desempeño y de referentes como el Batallón de Radiopatrullas del Estado de México (Barapem), cuyo director general era conocido por asaltar bancos.

Por este motivo, le sugirió al Ejecutivo estatal desaparecer la corporación y reconstruirla mediante la evaluación y selección de sus integrantes, que cumplieran con un perfil de honestidad y vocación, con el propósito de crear un nuevo sistema de seguridad pública basado en el seguimiento permanente del desempeño de sus elementos, la tecnología, capacitación, adiestramiento y la profesionalización, todo conforme a una nueva legislación de seguridad pública.

Asimismo, sugirió al Ejecutivo estatal la implementación de una reforma administrativa y apoyo en la creación de programas innovadores que permitieran tener un gabinete basado en resultados: ejemplo de ellos fueron los programas “Pinte su raya”, para delimitar el crecimiento de grandes zonas urbanas, o la creación de los “Tecallis”, para acercar la seguridad pública al ciudadano, a efecto de incrementar la confianza en la Institución; otro ejemplo fue el programa de “Posadas Familiares”, que permitía un ingreso adicional a familias en los sitios turísticos del Estado de México, para recibir visitantes en sus hogares; así como los Fondos para el Desarrollo Económico (Fomecs), creados para la innovación empresarial y la asesoría especializada para que las inversiones de las familias mexiquenses impulsaran el comercio local, generaran nuevos ingresos y más empleos.

Así concluyó su gestión como secretario de Gobierno en el Estado de México para ser seleccionado como precandidato a la gubernatura, derivado de su estilo de hacer que los programas de gobierno se cumplieran, incluso los más difíciles, como fue el caso de la ampliación del Aeropuerto Internacional de Toluca, al que se oponían varios grupos, los cuales terminaron por entender la necesidad regional.

Al día siguiente de entregar el cargo de secretario de Gobierno, fue invitado personalmente por el presidente Miguel de la Madrid para acompañarle como coordinador de giras durante su último año de gobierno, y al terminar el sexenio, fue designado coordinador del Infonavit en la capital de la Republica y de la zona metropolitana del Estado de México, en el cual logró desarrollar exitosamente un programa de construcción de vivienda, que se enfocaba en la línea II de financiamiento que era la línea a través de la cual el derechohabiente seleccionaba la casa en la que deseaba vivir sin que existiera una imposición del Instituto; gracias a ello se desarrolló el Programa de Saturación Urbana, es decir, el uso de lotes baldíos en la Ciudad de México, lo que permitía a los derechohabientes habitar viviendas dentro de la ciudad.

El programa tuvo gran éxito y aceptación, lo que propició un cambio en líneas de crédito del Instituto, replicándose con posterioridad el modelo a nivel nacional.

Después fue invitado al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) como director jurídico y apoderado legal. Al poco tiempo fue designado director de administración, atendiendo las áreas más relevantes jurídicas y administrativas bajo su mando, cargo en el que tuvo la encomienda de apoyar el diseño de un sistema de ahorro para el retiro que evitara la quiebra del IMSS al no existir fondos que respaldaran el pago de pensiones a derechohabientes y trabajadores.

Después de un difícil proceso se logró el consenso para que el Congreso de la Unión autorizara el cambio a la ley y con ello crear el sistema de administración de afores de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar). Esa decisión hoy permite que más de cuatro billones de pesos estén en condiciones de invertirse en proyectos productivos que apoyen al desarrollo económico del país.

Tras más de siete años de gestión como director en el IMSS, el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Carlos Ruiz Sacristán, y el nuevo director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA),  Alfredo Elías Ayub, lo invitan como director jurídico de este organismo con el propósito de instrumentar la apertura al capital privado de la Red Nacional de Aeropuertos del país, que si bien en ese momento operaban con seguridad, la escasez de recursos públicos obligaba a buscar fuentes alternas para modernizarlos.

Fue así como, en un esfuerzo conjunto, la SCT y ASA realizaron la primera licitación pública internacional para concesionar los aeropuertos del sureste del país, exigiendo que el ganador de la licitación tuviese experiencia en la administración de grandes aeropuertos y recursos financieros suficientes para afrontar tal responsabilidad.

Fue una decisión acertada y una licitación exitosa. La bondad de esta decisión ha permitido mantener los aeropuertos en condiciones adecuadas y modernas, como son los casos destacados de Tijuana, Guadalajara, Puerto Vallarta, Veracruz, Monterrey, Acapulco y Mérida, por mencionar algunos.

Justo cuando iniciaba la segunda licitación internacional para abrir al capital privado mediante concesión a los aeropuertos del Pacífico, Gerardo recibió la invitación del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León y de Alfredo Elías Ayub, nuevo director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para incorporarse como director de administración, con la encomienda especial de ayudar a resolver la crisis energética que se presentaba en el momento y que obligaba a realizar apagones programados diarios por falta de generación de electricidad en las diferentes ciudades de la República Mexicana, lo que provocaba pérdidas económicas multimillonarias.

Asimismo, habiendo sido designado como responsable de conducir la Reforma Energética que se intentaba realizar en aquellos años, al poco tiempo de haberse incorporado a esta función planteó la posibilidad de que la generación de electricidad pudiera ser conducida por el sector privado mediante una fórmula legal derivada del texto constitucional, el cual establecía la exclusividad de la nación para generar, transmitir y distribuir electricidad para el servicio público; el nuevo planteamiento propuso la generación de electricidad por parte y para el sector privado, mediante contratos de asociación privada entre consumidores, por lo general grandes empresas.

Esta medida no sólo permitió acabar con los apagones programados, sino incluso generar excedentes de electricidad, que algunos de ellos empezaron a ser exportados a Estados Unidos.

Asimismo, durante su gestión recibió el premio Intra-Gob de manos del presidente Vicente Fox Quezada como la mejor Oficina de Administración del gobierno federal, además de ser pionero en materia de información pública e incorporación del primer testigo social en la historia del país para la licitación de la presa El Cajón, institucionalizándose esta figura con posterioridad a partir de ese momento.

Después de más de seis años de servir a la Comisión Federal de Electricidad, el gobernador electo del Estado de México lo invita para desempeñarse como secretario de Comunicaciones, cargo que acepta una vez autorizado por Alfredo Elías Ayub.

Como secretario de Comunicaciones desarrolló la obra de infraestructura, comunicaciones y transportes más importante del Estado, a pesar de la fuerte crisis económica del año 2008, en el que el país atravesaba por una grave recesión económica, lo que provocó la cancelación general de créditos para infraestructura.

Aun ante esa difícil circunstancia se logró ejecutar un programa de infraestructura que permitió modernizar la imagen urbana y la conectividad que se encontraba totalmente deteriorada en el Estado, cuadruplicar la red de autopistas, al pasar de 120 a 422 kilómetros, en las que destaca la construcción del Viaducto Bicentenario, el Circuito Exterior Mexiquense, la autopista urbana de Naucalpan – Ecatepec, la Toluca–Valle de Bravo, la Toluca–Tenango, el Libramiento Bicentenario Oriente de Toluca, además de modernizar y renovar más de dos mil 500 km de carreteras estatales libres de peaje.

También apoyó de manera definitiva el Tren Suburbano Cuautitlán–Buenavista, así como el desarrollo de rutas de transporte articulado conocido como Mexibús, como la de Ciudad Azteca–Tecámac, y el Chimalhuacán–Pantitlán.

Además de la ampliación y modernización del aeropuerto de Toluca, así como de dotar de internet a las 125 cabeceras municipales del Estado.

Estos logros incrementaron la confianza del gobernador del Estado, Enrique Peña Nieto, para que una vez elegido como candidato a la Presidencia de la República le encomendara la tarea de coordinar los compromisos de campaña y realizar un diagnóstico logístico del país para el diseño de una política pública que resolviera aquellos problemas estructurales que impidieran su desarrollo económico.

Lo anterior, al considerar que en el mundo actual la competitividad de un país es básica para lograr su estabilidad social y económica. Un país que no cuente con la infraestructura necesaria para competir en los mercados internacionales, desde luego que está fuera de la jugada.

El hallazgo fue relevante, ya que se encontró un país con carreteras saturadas, puertos saturados, aeropuertos saturados y 10 aerolíneas quebradas, y una industria aeronáutica y ferroviaria desatendidas. En telecomunicaciones el país estaba rezagado en los últimos lugares de América Latina.

Por ello, para revertirlo y convertir a México en una plataforma logística de alta competitividad, diseñó y sometió a la autorización del Presidente la implementación del Programa Nacional de Infraestructura, que contenía la obra de infraestructura de comunicaciones y transportes más importante en la historia de la SCT, con una inversión público-privada programada de alrededor de 1.36 billones de pesos.

El programa se sintetiza en la construcción de 52 autopistas y 80 carreteras, con un total de 6,500 kilómetros; 56 libramientos y 50 distribuidores, ejes troncales y relevantes corredores económicos; la ampliación y modernización de los 10 accesos más importantes de la Ciudad de México; la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM); duplicar la capacidad operativa de nuestros puertos marítimos, que se encontraban saturados, de 260 a 520 millones de toneladas; así como la construcción del Tren Interurbano México-Toluca, el tren de alta velocidad México– Querétaro, el Tren Ligero de Guadalajara y la Línea 3 del Metro de Monterrey.

En materia de comunicaciones implementó proyectos que fortalecen el derecho a la información, a la libertad de expresión y a la conectividad, como lo fue la transición a la Televisión Digital Terrestre en todo el territorio nacional, mediante el reparto de 10.2 millones de televisiones digitales, colocando al país como el primero en América Latina en concluir totalmente el apagón analógico, así como la operación de la Red Compartida, una red mayorista 4G que se desplegará a nivel nacional llevando Internet y telefonía móvil a más de 100 millones de mexicanos y a los 111 pueblos mágicos, o el Programa México Conectado, con 101 mil sitios públicos con Internet gratuito en todo el país, principalmente en escuelas, universidades, bibliotecas y hospitales, y la puesta en operación del Programa Puntos México Conectado, que cuenta con la instalación de 32 centros digitales en todo el territorio nacional, en los que se han inscrito más de 500 mil socios.

Le pregunté cuál fue el mejor día de su carrera. Me contestó: Considero que son varios, pero creo destacan dos: cuando el presidente electo Enrique Peña Nieto me invita a ser secretario de Comunicaciones y Transportes, el cargo más importante que he desempeñado en mi vida, pero también recuerdo con emoción el día que me designaron, a mis 22 años de edad, como especialista jurídico del Banco de México.

 Y, por el contrario, ¿cuál fue su peor día?

 

No he podido borrar la impresión de las escuelas en la capital de la República y en algunas partes de la zona conurbada, del terremoto del 19 de septiembre de 1985, época en la que me desempeñaba como subsecretario de Gobernación del Estado de México, y otra muy amarga experiencia fue la terrible explosión de gas en el poblado de San Juanico, municipio de Tlalnepantla, en 1984, en la que perdieron la vida más de 500 personas”.

El peor momento en la SCT

El mejor día: “Destacan por mucho dos momentos relevantes: El día en que se aprobó la trascendente Reforma de Telecomunicaciones por parte del Congreso de la Unión, así como el día en que presenté en un gran evento celebrado en Palacio Nacional, presidido por el presidente Enrique Peña Nieto el Programa Nacional de Infraestructura, que considero el más importante de la SCT”.

El peor día: “No fue el día del socavón en el Paso Exprés, ya que en el momento en que sucedió lo percibí como un accidente provocado por la naturaleza debido a la fuerte lluvia y a la basura acumulada en las barrancas de Cuernavaca. Pero sin duda el ataque mediático posterior es un mal recuerdo en mi gestión”.

Lo mejor que ha hecho y no se sabe

Gracias a los programas instrumentados por la SCT con motivo de la Reforma de Telecomunicaciones, y a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, se han recibido en total 25 reconocimientos internacionales que han sido motivo de gran satisfacción y orgullo de los servidores públicos que prestamos nuestro servicio en la secretaría. Sin embargo, es de las muy buenas noticias que poco se conocen y difunden en medios de comunicación.

Otro tema de gran satisfacción fue la autorización del sistema de las Afores para el retiro de los trabajadores, hacia finales del siglo XX era imprescindible modificar el sistema de pensiones del país, el riesgo era inminente.

De no generarse recursos para fondearse las pensiones de las dependencias e instituciones del sector público, el riesgo de que empezaran a faltar recursos para pagar las pensiones estaba a la vista. Fue por ello que surgieron las afores como sistema de ahorro para el retiro en cuentas individualizadas que en el transcurso del tiempo acumulan recursos para hacer frente a los fondos necesarios. Se evitó una gran crisis y fueron muy pocos los servidores públicos que, encabezados por el Presidente de la República, confiaron que este gran sistema pudiera lograrse. Hoy poco se sabe y menos se conoce de esta reforma, la más importante del siglo XX”.

Lo más grave que ha logrado evitar

La creación del sistema de pensiones a través de las Afores evitó una grave crisis en el país.

Otro tema de mucha relevancia en el país fue la interpretación que se le dio al artículo 27 de la Constitución, lo que permitió que la generación de electricidad pudiera ser producto de inversión privada, dado que en los años 92-93 había la necesidad de realizar cortes eléctricos programados en diferentes ciudades con grandes pérdidas comerciales, dicha interpretación evitó que los apagones continuaran.

“Y en tercer término, algo de suma importancia que está en camino de evitarse es la saturación operativa del AICM”.

Mayor satisfacción en la vida

“Ver a mi familia sana, mis dos hijos bien formados, productivos y una gran mujer impulsándome día con día”.

Hasta aquí esta conversación que hoy comparto.

 

AMU

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