Con ocho mil 760 metros cuadros de construcción, distribuidos en cuatro plantas, el Dedo “L” permitirá dar una mejor atención y mayor comodidad a los viajeros. Esta nueva instalación cuenta con salas de espera en el primer piso y mezzanine. Dos bandas transportadoras de 45 metros corren a lo largo del nivel 1 y se cuenta con dos elevadores. En la planta baja se localizan las áreas de servicios y mantenimiento, mientras que en la azotea se alojan los equipos de aire acondicionado.

Al disponer de siete nuevas posiciones de contacto se disminuirá hasta en un 65% el uso de aerocares en la Terminal 2. Esto significa que hasta 4.2 millones de pasajeros anuales verán reducir sus tiempos de espera en los procedimientos de abordaje y descenso del avión. Se evitará la práctica de abordar un autocar para trasladarse a la posición remota donde se encuentra el avión o del avión al edificio terminal.

Se trata de un ahorro significativo de tiempo para los usuarios, pero también para las aerolíneas representa un menor costo por uso de aerocares y una mayor eficiencia y puntualidad en sus operaciones aéreas.

La construcción del Dedo “L” tuvo un costo de 497 millones de pesos, se llevó a cabo en 7 meses y medio, generando más de 3 mil empleos.