La xerosis es la resequedad excesiva de la piel que se presenta durante la época de frío y afecta principalmente a adultos mayores y personas diabéticas. Aunque al principio sólo se manifiesta con la disminución de la hidratación de la dermis, si no se atiende de forma oportuna puede desencadenar dermatitis.

 

Enrique Peyro Quiñones, especialista del Servicio de Dermatología del Hospital General de México “Eduardo Liceaga”, explicó que las bajas temperaturas provocan en algunas personas vasoconstricción, lo que se traduce en menor aporte de sangre a la piel, con su consecuente reducción de la secreción de la dermis, resequedad y grietas.

 

Señaló que la población más afectada por este tipo de alteración es el de las personas mayores de 60 años y diabéticas, estas últimas debido a los trastornos vasculares  y neurales que provoca la diabetes.

 

El especialista puntualizó que las personas que noten que con el frío su piel se reseca y posteriormente se agrieta, sobre todo en espalda y manos, deben acudir con el médico para recibir tratamiento, ya que de no atenderse puede derivar en un cuadro severo.

 

Precisó que cuando la piel está seca, es común que se presente prurito (comezón), que conlleva a que la persona se rasque constantemente y se lesione tratando de calmar el malestar, la piel tiende a engrosarse y ocasionar otro tipo de alteración como dermatitis.

 

Peyro Quiñones mencionó que el tratamiento de la xerosis consiste en sencillas recomendaciones como es bañarse con agua tibia, usar jabón suave o cremoso, no utilizar algún tipo de estropajo, sólo pasarse el jabón por el cuerpo y una vez que se salga del baño aplicarse una crema hidratante en la piel húmeda para una mejor absorción.

 

Informó que el paciente de la tercera edad con xerosis suele recuperarse una vez que pasa la temporada de frío, sin embargo, las personas con diabetes deben mantener un cuidado permanente de su piel, ya que por la enfermedad son más susceptibles a presentar diversas alteraciones de la dermis que en ocasiones pueden llegar a ser graves.

 

“El paciente diabético siempre debe tener muchos cuidados con su piel, por lo que tiene que estar muy pendiente a cualquier alteración como fisuras y grietas”, concluyó.

   


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