Buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Un privilegio el poder estar aquí con ustedes, acompañándoles en un acto que es muy importante.

Es un acto que marca el principio de una tarea que habrá de estar terminado en menos de dos años, año y medio probablemente, y que hoy con la presencia de ustedes, de todos nosotros, queremos significar varias cosas. A eso me voy a referir enseguida.

Déjenme decirles que es un privilegio estar con quienes presiden esta sencilla, pero muy importante ceremonia.

Con el señor presidente de Cruz Roja Mexicana, con Fernando Suinaga, un amigo con quien he compartido muchos momentos.

Siempre es un gusto, un privilegio estar aquí.

Me da muchísimo gusto estar también, con una gente a la que conozco a través de su familia, con el señor delegado.

Conozco a muchos integrantes de su familia, y a su señor padre en especial, lo conocí. Fuimos compañeros de trabajo, éramos directores generales en el Gobierno de la Ciudad de México, cuando se llamaba Departamento del Distrito Federal, y estoy hablando de allá de los años ochenta, cuando todas las damas presentes no habían nacido todavía.

A Pablo Moctezuma lo conozco a través de la familia Moctezuma Barragán. Con algunos de sus hermanos he trabajo. Con su padre, como les decía, el señor arquitecto, Pedro Moctezuma, me tocó aprender muchas cosas de él. Era un gran personaje, aunque no lo crean yo fui joven, y en esa época lo era.

Y de verdad, fui director general de Servicios Médicos, se llamaba en el Distrito Federal, y ahí compartimos. Entonces, me da mucho gusto señor delegado estar aquí con usted y mostrar algo muy importante, a lo que voy a hacer referencia.

Porque al final del día si uno ve la presencia del auditorio, uno lo que encuentra es diversidad, es diferencias. Y de eso voy hablar, voy hablar algo, y yo tengo que decirlo, que en ocasiones el señor delegado y yo hemos tenido puntos de vista diferentes. Como dijo un rector: ¡Viva la diferencia! Porque eso es lo que nos hace, como especie: mejores.

La uniformidad nos acaba. La diversidad nos hace evolucionar, nos hace mejorar, nos hace cambiar a todos. Por eso de verdad, delegado, muchas gracias.

Y me da mucho gusto también, estar con el señor presidente de Coca-Cola México, con muchos que están alrededor de esta empresa, con grupos de embotelladores y compartir también el espacio con esta dama maravillosa, comprometida, entregada que es Pilar Servitje de Mariscal, y con ustedes.

Déjenme hablar de dos cosas. La primera es de lo que tengo que hablar, para eso me trajeron, para que diga unas palabras en torno a un proyecto. Un proyecto que reúne, y eso es maravilloso; dos de los dos grandes campos del desarrollo de los seres humanos: la salud y la educación, la educación y la salud.

Yo creo que cuando se da esa sinergia, cuando se da esa confluencia, uno tiene que celebrarlo, porque de verdad esos dos son los dos grandes igualadores que se tienen en la sociedad para contribuir a disminuir la desigualdad.

Probablemente el mal más grave que aqueja a la humanidad hoy en día. Por eso lo he dicho y muchas veces, por eso el mundo está enojado. No es México, en México también, pero en el mundo hay mucho disgusto, y yo por lo menos, soy de los muchos que piensan que en la desigualdad está parte del malestar, del enojo, de la inconformidad. Porque hoy además vemos esas diferencias, no nos las imaginamos, las vemos; las vivimos cotidianamente.

Entonces educación y salud ayudan a cerrar las brechas, y si algo requerimos nosotros en nuestro país, es eso, cerrar las brechas, cerrar las diferencias, entendernos en nuestras diferencias, en los puntos de vista distantes.

Pero buscar avanzar en hacer más cercanos los niveles de vida, la calidad de vida y combatir lo que son esos males sociales, que están representados en la pobreza, en la ignorancia, en la muerte evitable, en la injusticia y también en otros grandes asuntos y temas: la corrupción y la impunidad.

Entonces, qué bueno que hoy se está dando una participación conjunta. Y esta ceremonia es una pequeña muestra, de cómo sí podemos hacer cosas. Porque aquí hay una institución centenaria, más que centenaria: la Cruz Roja Mexicana.

Y aquí está una empresa de proyección mundial: Coca-Cola. Y aquí estamos representantes del gobierno local, el señor delegado y del gobierno federal, un servidor.

Aquí hay sectores de la empresa, de las estructuras y organizaciones de la sociedad. Y aquí hay profesionales, nuestras enfermeras, y aquí debe haber hasta médicos. Y yo les puedo asegurar, que si hago ahorita una encuesta de lo que más nos preocupa hoy en día, a muchos, vamos a encontrar diferencias.

Y si hago otra para preguntarle sobre sus preferencias en el futbol, sé que los Pumas vamos a ganar, ahí no tengo duda.

Pero vamos a encontrar de todo. Aquí debe de haber alguien que le va al América, y si tiene valor civil, expréselo. ¡Ahí hay uno, mírenlo o mírenla!

Somos diferentes, representamos asuntos y temas distintos, sin embargo, estamos juntos. Estamos juntos porque este es un acto importante que convoca, porque tiene que ver con eso, con la educación y con la salud.

Y yo quiero felicitar al señor presidente de Cruz Roja y a quienes están haciendo posible, a quien hizo posible el rescate; que me estaba platicando de este predio, al señor delegado, y a quienes han pensado que es un proyecto que vale la pena y que conviene ayudar a su financiamiento, que es esta empresa Coca-Cola de México.

¡Enhorabuena y felicidades!

Yo quiero aprovechar, alrededor de lo que he dicho, porque hoy es un día que la Organización Mundial de la Salud ha convocado, para poner en un caso, el ejemplo de cómo tenemos que luchar contra la exclusión. Hay muchos males en la sociedad.

Yo decía el tema de la desigualdad, y el tema de la desigualdad con frecuencia se convierte en un elemento que excluye a la gente, que excluye al pobre, que excluye a quien tiene una discapacidad, que excluye a quien piensa de manera diferente a la generalidad, que excluye a los distintos; a los que tienen orientaciones y preferencias diferentes a las que muchos podemos tener.

Hoy se celebra, se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia. La homofobia, es uno de los temas más duros y sensibles, tenemos poco tiempo de estarlo abordando.

Todos tenemos que hacer una lucha por la inclusión, por la inclusión de quienes están en consecuencia excluidos, de a quienes hacemos a un lado, de a quienes a veces no queremos ver, de a quienes con frecuencia los miramos con indiferencia. Este es el asunto, este es el tema, el tema de la homofobia.

Entonces, qué bueno que aquí podemos mostrar, cómo los diversos, los diferentes, los que tenemos objetivos distintos, los que representamos estructuras diferentes podemos compartir, y podemos girar y trabajar juntos alrededor de un proyecto. A nuestro país le hace falta eso.

Aceptar la diferencia. Aceptar que no solo yo puedo tener razón, y que más bien yo debo estar seguro de que otros tienen verdades, que pueden por lo menos, sin duda complementar la mía. Y ahí tenemos que ayudar y todos tenemos que hacerlo. Este no es un asunto de un grupo, de un partido, no. Este es un asunto del conjunto de la sociedad.

Entonces, somos pocos aquí. Seguramente apenas sobrepasaremos el número de 150, probablemente. Hay nueve filas, siete sillas, 63 y 63, más los que están parados. Entonces, seguramente por ahí andamos, alrededor de 150. Pero somos 150 diferentes en edades, en género, en preferencias, en muchas cosas, y aquí estamos, y yo celebro por eso este acto, esta reunión.

Yo le felicito a usted presidente, por convocarnos, por invitarnos, y yo reconozco y agradezco a las autoridades y a la empresa por contribuir, por ayudar, y a todos ustedes por su paciencia para escucharme.

¡Muchas, muchas gracias!

199. Salud, igualador social en la lucha contra la homofobia: Narro Robles

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