Muy buenas tardes, señor Presidente, Licenciado Andrés Manuel López Obrador. Licenciado Mauricio Vila Dosal.

Señores gobernadores, dirigentes sindicales del sector salud, señores rectores, representantes de organizaciones empresariales y de los medios de comunicación.

Amigos todos. Espero que no tengan frío, pero estamos ante el heraldo de un gran continuo de la región maya de la enfermedad. En el libro de la comunidad maya se concibe el inicio del universo como una aventura de humanos, que sobreviven los peligros del mundo de la enfermedad.

Hoy, estaremos de acuerdo que en México no se cumple con el derecho fundamental a la salud, vivimos en una época donde contrastan el poder trasplantar úteros para poder tener un hijo, con el que muere, con el que mueran madre e hijo ante la falta de atención médica.

La salud de México enfrenta inequidades y desafíos urgentes por resolver y desde luego siguen vigentes infecciones en las regiones más pobres del país, particularmente entre los pueblos indígenas, donde se incrementan las nuevas epidemias como son: la diabetes, los padecimientos del corazón, el cáncer y la muerte violenta, lo que revela el fracaso de las campañas de prevención de enfermedades y de la promoción de la salud, así como el combate a la violencia.

Sabemos que estos problemas tienden a ser más agudos en los estados del sureste del país, debido a las inequidades económicas y sociales que enfrentan. Es notoria la heterogeneidad entre el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, los sistemas estatales de salud y la Secretaría de Salud en la atención de la misma y el gasto de medicamentos.

Este sistema de salud como lo conocemos en nuestro país está fragmentado, existen diferentes esquemas de aseguramiento en ellos, que cuentan con su propia estructura, lo que diferencia a la población según su situación laboral e implica que quienes no gozan de seguridad social se encuentran en mayor desventaja frente a la enfermedad.

Los intentos de reformarlo, primero con la descentralización de los servicios de salud hacia los estados y posteriormente con la introduciendo del denominado Seguro Popular, no han dado los resultados esperados, es decir, mejorar la salud de los mexicanos y garantizar su acceso a los servicios requeridos, independientemente de su condición de aseguramiento laboral.

Por otro lado, la aplicación de los recursos no ha sido transparente, ni ha llevado a la mejora de las condiciones de salud de la población. La corrupción está en todos lados.

Este sistema de salud se ha deteriorado durante los últimos 36 años. Los centros de salud, las clínicas, así como hospitales de los servicios estatales de salud están sobrecargados, como ya dijo el señor gobernador, y no cuentan con medicamentos, insumos, equipo y personal necesarios para ofrecer una atención de calidad a los mexicanos que requieren de los servicios. Aunque de menor envergadura, los servicios médicos del IMSS y del ISSSTE padecen de problemas semejantes.

Se ha dejado de invertir en la infraestructura necesaria, se ha abandonado la iniciada, sin medidas de mantenimiento, por lo que es urgente la ampliación, fortalecer o sustituir hospitales. Además, existen aproximadamente en el país 250 unidades médicas de salud destinadas a la población sin seguridad social, pero abandonadas, sin terminar la obra o con necesidades de equipo que son escandalosos monumentos de la incompetencia, a la corrupción y el tráfico de influencias.

Este cuadro es sombrío, cierto, pero revela que el problema de los servicios de salud es una emergencia nacional que está costando la vida a muchos mexicanos y provocando un sufrimiento innecesario, lo que se hace más visible en la población que habita en zonas marginadas y, en general, entre la que no goza de seguridad social.

Esto obliga a resolver la situación en una acción concertada entre el Gobierno Federal y los gobiernos estatales. ¿Cómo lo hacemos? ¿qué proponemos? ¿qué planteamos ante la firma del acuerdo de hoy? Motivo indudablemente del inicio de una Cuarta Transformación que haga valer el cuarto artículo de la Constitución Mexicana.

De forma breve, enuncio:

Uno, garantizar el derecho a la salud con atención médica y medicamentos gratuitos a la población sin seguridad social.  

Se construirá de manera gradual un Sistema Universal de Salud que elimine la fragmentación y la segmentación. Se dará prioridad a la población de las regiones de muy alta o alta marginación.

Segundo. Los servicios de salud los proporcionará el Gobierno Federal al pueblo de México. La acción conjunta de las instituciones públicas de salud, federales y estatales, estará bajo el mando central de la Secretaría de Salud.

Tercero. Los estados firmantes impulsarán nuevos esquemas que permitan llevar a cabo la transferencia de sus instalaciones y recursos financieros para lograr el objetivo del presente Acuerdo. Se llevará a cabo una revisión a fondo de la situación laboral de los trabajadores del sector en que se defina el personal que se requerirá para concretar la universalización de los servicios de salud. Seguro el Presidente nos va a dar más voz de ello.

Cuarto. Se establecerá una política de acceso a servicios de salud y medicamentos gratuitos, bajo la implementación de un modelo de Atención Primaria de Salud Integrada.

El primer nivel de atención así se cubrirá con clínicas, centros de salud, y unidades médicas del IMSS BIENESTAR y será responsable de la detección oportuna de enfermedades dando seguimiento eficaz para evitar complicaciones, tanto en la infancia como en la edad adulta, de enfermedades crónicas-degenerativas, cardiovasculares, cáncer e infecciones comunes aún vigentes. Asimismo, se fortalecerá las acciones de promoción de la salud, e impulsará acciones transversales con otras instancias de gobierno.

La Secretaría de Salud y los gobiernos locales se comprometen a fortalecer conjuntamente su primer nivel de atención con la participación activa en las acciones de salud pública, con personal e insumos necesarios en la proporción que les corresponda de acuerdo a la población bajo su responsabilidad.

En quinto punto, se impulsará la implementación de redes coordinadas de servicios de salud en las que participen todas las instituciones públicas de salud, federales o locales, que confluyan en una zona, a fin de garantizar la debida prestación de los servicios de atención médica y continuidad de la misma.

Los Institutos Nacionales de Salud, pieza clave de nuestro entorno de salud, atenderán a los enfermos que les sean canalizados.  

El sexto punto, y muy importante, la atención que se brinde se distinguirá por su oportunidad, calidad y humanización. Se garantizará en cada unidad médica el abasto de los medicamentos y demás insumos para la salud que sean necesarios.  

Séptimo. Se promoverán, a nivel federal y local, las reformas legales y demás adecuaciones normativas que resulten necesarias para que la Federación, a través de la Secretaría de Salud, esté en posibilidad de organizar, operar, supervisar y evaluar la prestación de los servicios de atención médica en las circunscripciones territoriales de los estados firmantes, así como para que dicha Secretaría sea responsable de coordinar la acción conjunta de las instituciones públicas de salud federales y estatales.

Asimismo, se deberá considerar el mecanismo de financiamiento que permita su implementación.

Octavo. Se establecerá la coordinación necesaria para que se otorgue atención a urgencias reales para salvar vidas, particularmente en los casos de infarto agudo de corazón, infarto y hemorragia vascular cerebral, urgencias obstétricas y lesiones graves por accidentes o violencia.  

El noveno punto es que se realizará conjuntamente la planeación estratégica de nueva infraestructura de salud que privilegie la construcción de unidades de salud para un uso racional de los recursos de infraestructura, equipo y personal debidamente formado.  

Décimo. Se propiciará que las instituciones de seguridad social colaboren en la atención de la población sin ella, cuando sus capacidades lo permitan, sin que ello implique una afectación a sus derechohabientes. A su vez, podrán referir a sus afiliados a las unidades médicas de la red coordinada de servicios de salud cuando exista la capacidad para recibirlos.

Décimo primero. Los firmantes del Acuerdo manifiestan su conformidad en que las dependencias, organismos públicos descentralizados federales y estatales que presten servicios de salud, puedan adherirse al mismo, en cualquier tiempo, mediante la suscripción de la correspondiente hoja de firma, la que pasará a formar parte de este instrumento.

Décimo segundo. Los firmantes de este Acuerdo se comprometen a celebrar los instrumentos jurídicos específicos que sean necesarios para concretar los compromisos aquí estipulados.

Y finalmente habrá un fondo de 22 mil 500 millones de pesos adicionales para beneficiar a los habitantes de los ocho estados firmantes.

Señoras y señores descendientes de tal cosmovisión, nuestra medicina científica tomará el humanismo de nuestros ancestros Mayas para quienes una persona enferma una sociedad con malestar.

La salud gratuita y universal se hará realidad para todos nosotros, impulsada por la atención primaria a la salud que atenderá al individuo para sanar a la sociedad.

La salud pasará de la palabra escrita en muerta a cada una de nuestras comunidades y nuestros pueblos.

Muchas gracias.

467. Arranca la transformación de los Servicios de Salud en ocho estados

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