La Clínica del Niño Maltratado, lleva 15 años cumpliendo su papel fundamental de ayudar a menores que sufren los abusos más comunes como el maltrato físico, psicológico, sexual y de negligencia, sin embargo, el “bullying”, el abuso laboral, fetal y étnico, aunque menos conocidos, son atropellos que no se deben descartar.

Arturo Loredo Abdalá, Jefe de la Clínica del Niño Maltratado del Instituto Nacional de Pediatría (INP), comentó que la institución no sólo se encarga de registrar, atender y asistir a todos los niños que acuden a la clínica, también de formar médicos, desarrollar estrategias y proyectos de investigación.

Informó que del 55 al 85 por ciento de los casos de niños que sufren cualquier tipo de abuso se vuelven adultos maltratadores, debido a que repiten los patrones de vida porque no reciben atención médica o psicológica a tiempo, de tal manera que es muy importante localizar esos casos para atenderlos y modificar conductas.

Loredo Abdalá, mencionó que dos de cada tres casos que se presentan en la clínica no se relaciona con maltrato, de ahí la necesidad de estudiar minuciosamente cada circunstancia para determinar que, efectivamente, existe abuso para atenderlo de manera adecuada y no culpar a alguien injustificadamente.

Dijo que como resultado de los tratamientos médicos aplicados en la clínica, el 66 por ciento de los niños no ha sido maltratado nuevamente.

El trabajo de la clínica se basa principalmente en dar atención a la prevención primaria para evitar, en primera instancia, el maltrato infantil, ya sea en la escuela, en la familia o en cualquier lugar propicio para este tipo de situaciones.

Explicó que la labor se enfoca en tres ejes: derechos de los niños, formar una crianza humanizada y fortalecer la institución de la familia, tanto en zonas urbanas como suburbanas y rurales.

Arturo Loredo expresó que el reto es continuar trabajando por el bien de la niñez mexicana para evitar que, en un futuro, el infante que es maltratado, se vuelva un adulto maltratador.