El glaucoma de ángulo abierto es un padecimiento oftalmológico conocido como el “ladrón de la vista”, que consiste en la reducción paulatina del campo visual periférico, y de no ser diagnosticado de forma oportuna, puede ocasionar la pérdida total del sentido, señaló Manuel Sánchez Cornejo, médico adscrito al Servicio de Oftalmología del Hospital Juárez de México.

El problema es que esta enfermedad no presenta otro síntoma, por lo que el paciente acude al médico, hasta que la pérdida de su visión es muy severa, indicó.

Ante esta situación, subrayó, es importante que la población acuda una vez al año a una revisión oftalmológica, sobre todo las personas que rebasan la cuarta década de la vida, ya que esta población tiene mayor riesgo de presentarla.

Explicó que en la mayoría de los casos el glaucoma de ángulo abierto es ocasionado por una presión intraocular del ojo que daña el nervio óptico, como consecuencia de la acumulación del líquido llamado humor acuoso.
 
Por ello en la revisión oftalmológica se debe medir la presión intraocular, revisar el nervio óptico y los campos visuales.

Precisó que si se detecta oportunamente se puede tratar con medicamentos que  controlan la presión intraocular y así contrarrestar la pérdida de la visión,  en caso de que no funcione, existen otras alternativas como cirugía con rayo láser o la colocación de válvulas.

Comentó que la mayoría de los pacientes que acuden al servicio de oftalmología de este hospital, llegan en un estado muy avanzado de la enfermedad, es decir, con pérdida total de la visión, “lamentablemente ya no hay mucho por hacer, debido a que es irreversible el daño ocasionado”.

El especialista mencionó que es importante fomentar entre la población la cultura de la prevención, ya que con una simple revisión anual se pueden evitar muchas alteraciones graves como el glaucoma, o leves como los errores de refracción, que afectan a siete de cada 10 mexicanos.

Finalmente, recomendó a los padres de familia que lleven un seguimiento oftalmológico de sus hijos, principalmente desde el nacimiento y hasta la edad escolar, con el fin de detectar de forma temprana problemas de estrabismo, desviaciones oculares, retinopatías, miopía, hipermetropía y astigmatismo.