El Síndrome de Down es una alteración genética que con tratamiento integral permite a las personas llevar una vida normal, trabajar, ser independientes y una sobrevivencia promedio de 60 años, afirmó Armando Garduño Espinoza, subdirector de Medicina del Instituto Nacional de Pediatría.

Añadió que muchos de estos niños asisten a escuelas regulares porque no requieren atención o infraestructura especializada, incluso algunos desarrollan habilidades que les permite vestirse, comer solos y adaptarse al ambiente escolar.

Explicó que esta condición se debe a que aparece un cromosoma de más en el par 21, y se conoce como trisomía, que se presenta en uno de cada 700 nacimientos.

El encargado de la Clínica de Atención Integral a niños con Síndrome de Down subrayó que quienes padecen el síndrome tienen retraso mental en diferente grado y por lo menos 50% padece cardiopatía. Algunos de ellos tienen falta de fuerza muscular, trastorno en la glándula tiroides y del tubo digestivo.

Estos pequeños crecen menos que el resto de la población, son robustos, tienen manos y brazos cortos, además de que su aspecto facial se caracteriza por ojos pequeños, rasgados y sonrisa constante.

El especialista propuso reforzar los programas incluyentes que amplíen las oportunidades de trabajo a este sector de la población.

Finalmente comentó que el Instituto Nacional de Pediatría cuenta con un programa de atención integral para pacientes con Síndrome de Down donde pediatras y otros especialistas atienden a más de 700 niños con el propósito de mejorar la calidad de vida.