Se estima que entre 4 y 8 por ciento de la población padece asma, sin embargo, el tratamiento apropiado permite controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida, afirmó Francisco Cuevas, neumólogo del Instituto Nacional de Pediatría de la Secretaría de Salud.

 

El asma es una enfermedad crónica caracterizada por la inflamación y estrechamiento de las paredes internas de las vías respiratorias y, por consiguiente, la disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones provocando dificultad recurrente para respirar y sibilancias (silbidos) que varían en severidad y frecuencia de una persona a otra.

 

En el marco de la conmemoración del Día Mundial de Asma cada primer martes de mayo, establecido por la Global Initiative for Asthma (GINA, se busca concienciar a la población sobre el padecimiento. “Es hora de controlar el asma” es el lema de este año.

 

Un paciente con asma es muy sensible y puede reaccionar fuertemente a aquellas cosas a las que es alérgico, como pueden ser: ácaros del polvo en la ropa de cama, alfombras y muebles tapizados, la caspa de animales domésticos, alérgenos en espacios exteriores (polen y mohos), humo de tabaco y productos químicos irritantes, entre otros.

 

Se puede presentar un ataque de asma cuando el paciente presenta infecciones, realiza esfuerzo físico, se expone a cambios bruscos de temperatura y ante una emoción extrema de enfado o miedo.

  

Algunos factores de riesgo que aumentan la posibilidad de sufrir asma son: historia familiar, tabaquismo de los padres, bajo peso al nacer, infecciones respiratorias frecuentes en la infancia, vivir en ciudades con alta contaminación ambiental y padecer obesidad.

 

A quienes padecen asma se recomienda:

 

·     No fumar.

·     Cuidarse de contraer enfermedades respiratorias.

·     Evitar trabajar en la industria de la pintura.

·     No utilizar carbón.

 

Para evitar el asma es importante aplicar las siguientes medidas preventivas:

 

·     Evitar cambios bruscos de temperatura.

·     En caso necesario abrigarse bien cubriendo nariz y boca.

·     Vacunarse contra la influenza.

·     Y, ante cualquier síntoma, acudir a la unidad de salud más cercana.