La prueba de antígeno prostático específico para la detección de cáncer de próstata en hombres a partir de los 45 años, o de los 40 años en caso de que tengan antecedentes familiares, es la clave para la detección de este padecimiento en etapas tempranas, permitiendo un pronóstico mucho más favorable, señaló Jorge Jaspersen Gastélum, jefe del Servicio de Urología del Hospital General de México.
En el Día del Padre, la Secretaría de Salud resalta la necesidad de que las personas adultas del sexo masculino acudan a los servicios médicos para que les realicen la prueba diagnóstica mediante antígeno prostático específico o la exploración dígito-rectal.
De acuerdo con los resultados de los estudios, el especialista valora la necesidad de una biopsia transrectal de próstata guiada por ultrasonido para confirmar o descartar la presencia de cáncer e iniciar un plan terapéutico.
Este tipo de tumor se presenta cuando se da un crecimiento acelerado en el número de células malignas en los tejidos de la próstata, una glándula pequeña con forma de nuez situada debajo de la vejiga que envuelve el conducto uretral y produce el líquido seminal que nutre y transporta los espermatozoides.
En etapa temprana no genera sintomatología; en general, los pacientes buscan atención médica por los síntomas urinarios asociados al crecimiento de la glándula prostática, como son dificultad para orinar, sensación de vaciamiento incompleto, chorro entrecortado, urgencia por orinar, aumento en la frecuencia y/o disminución del calibre del chorro urinario.
En etapas avanzadas del cáncer, los pacientes pudiesen presentar pérdida involuntaria de peso y/o dolor de huesos principalmente en cadera, espalda u hombros.
El riesgo de desarrollar cáncer de próstata aumenta con la edad. De ahí que a partir de los 45 años toda persona del sexo masculino deba iniciar el tamizaje con antígeno prostático específico.
Las posibilidades de padecer este cáncer aumentan en hombres de raza negra, con antecedentes familiares o que viven con obesidad; es en estas personas en quienes la enfermedad es más agresiva y con más riesgo de que se vuelva a presentar en caso de estar controlada en un primer momento.
El tratamiento depende de las condiciones generales de cada persona, comorbilidades, esperanza de vida y etapa de la enfermedad relacionada con la agresividad y nivel de avance. Incluye desde la vigilancia activa hasta terapias farmacológicas de privación hormonal, cirugía, prostatectomía radical o radioterapia.
La alimentación balanceada con una gran cantidad de frutas y verduras, el peso adecuado para la estatura y edad son factores que previenen el cáncer y en general cualquier enfermedad.
El especialista del HGM informó que a nivel mundial esta neoplasia maligna tiene una incidencia de 42.2 casos y 10.6 fallecimientos por cada 100 mil habitantes, para un total de un millón 414 mil 259 nuevos registros el año pasado en el mundo.
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