Es común que debido a las actividades sociales, laborales o escolares el ciclo de sueño se retrase, lo que puede ocasionar problemas de salud como depresión, ansiedad, padecimientos cardiovasculares y diabetes, informó la psiquiatra Margarita Reyes Zúñiga, de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), Dr. Ismael Cosío Villegas.
Subrayó que dormir las horas adecuadas es tan importante para el organismo como llevar una dieta balanceada o efectuar actividad física, pues entre las funciones del sueño se encuentra mantener en equilibrio de los sistemas inmunológico, cardiovascular, metabólico y neurológico.
“No dormir ocasiona que el organismo mantenga activado el sistema de alerta, por lo que hay un aumento en secreción de adrenalina, que origina un incremento en la frecuencia cardiaca, sudoraciones, palpitaciones, dolor de cabeza, ansiedad, angustia e irritabilidad”, subrayó.
Otra consecuencia de la privación del sueño es el debilitamiento del sistema inmune por lo que se encuentra menos fortalecido para combatir infecciones.
En relación con los problemas metabólicos, diabetes, hipertensión e hipercolesterolemia, mencionó que la privación de sueño ocasiona que nuestro apetito aumente y al ingerir mayor cantidad de alimentos, puede alterarse la glucosa en sangre y otros parámetros metabólicos.
La especialista explicó que las horas de sueño van cambiando de acuerdo con la edad, por ejemplo, los recién nacidos deben dormir 18 horas, los niños en edad preescolar entre 10 y 12 horas, mientras que los adolescentes ocho horas y los adultos por lo menos siete horas.
Comentó que estudios al respecto señalan que el 60 por ciento de los niños en edad escolar duermen menos de nueve horas, lo que parcialmente explica la epidemia de obesidad infantil que vive el país, ya que la reducción de horas de sueño en esta población es uno de los riesgos para desarrollar sobrepeso y obesidad.
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, el 40 por ciento de los adultos duerme menos de siete horas, porcentaje cinco veces mayor que la prevalencia de diabetes.
Algunas recomendaciones para evitar alteraciones del ciclo del sueño para la población adulta son:
- Acostarse y levantarse a la misma hora.
- No consumir café o alcohol por la noche.
- Evitar realizar ejercicio tres horas antes de acostarse.
- Optar por una merienda ligera.
- Contar con un dormitorio cómodo, oscuro, tranquilo y que no esté demasiado cálido, ni muy frío.
- Consultar al médico en caso de manifestar algún problema para dormir.
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