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El consumo de ácido fólico tres meses antes del embarazo reduce el riesgo en 75 por ciento de que el recién nacido presente algún defecto del tubo neural como mielomeningocele o mielosquisis, aseguró la especialista en genética perinatal adscrita al Departamento de Genética y Genómica del Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes” (INPer), Rosalba Sevilla Montoya. 

 

Señaló que debido a que la mayoría de los embarazos en el país no son planeados, es necesario que todas las mujeres en edad reproductiva consuman diariamente 400 microgramos ácido fólico, ya que está comprobado su efectividad en la prevención de algunos defectos congénitos. 

 

Explicó que el ácido fólico tiene múltiples beneficios, pero resulta esencial su ingesta tres meses antes del embarazo, debido a que el cierre del tubo neural se realiza en los primeros 28 días, después de la concepción, es decir en el primer mes de la gestación, cuando muchas mujeres todavía no se saben embarazadas. 

 

Datos del Sistema de Información en Salud (SINAIS) señalan que cada año nacen alrededor de 2 millones de niños y niñas en nuestro país, de estos indicó la especialista entre 2 y 3 por ciento presentarán algún defecto congénito. 

 

Con motivo del Día Mundial de los Defectos Congénitos, conmemorado el 3 de marzo, la Dra. Sevilla informó que las alteraciones más frecuentes son: las cardiopatías, defectos del tubo neural, gastrosquisis, polidactilias (deditos de más) y labio paladar hendido. 

 

Enfatizó, que además del consumo de ácido fólico, es necesario que la mujer que planea embarazarse acuda al médico para ser valorada y conocer su estado de salud general, por ello en el INPer se lleva un control de la salud preconcepcional de las mujeres que padecen alguna enfermedad crónica o bien, en aquellas que tienen como antecedentes haber tenido un bebé con alguna malformación congénita. 

 

Los defectos congénitos son problemas que ocurren mientras se desarrolla el bebé en el cuerpo de la madre. La mayoría suceden durante los primeros meses del embarazo y puede afectar la apariencia del cuerpo y su funcionamiento. 

 

Algunos defectos congénitos como labio y paladar hendido o los defectos del tubo neural son problemas estructurales que pueden ser fáciles de notar. Otros, como las malformaciones cardíacas se diagnostican usando pruebas especiales. La forma en que éstos afectan la vida de un niño depende de qué órgano o parte del cuerpo está involucrado y qué tan serio es el problema, explicó.