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Los defectos congénitos se pueden prevenir mediante intervenciones
accesibles y de bajo costo como es el consumo de ácido fólico desde
tres meses antes del embarazo, medida que reduce el riesgo de
malformaciones del tubo neural, una alteración que se presenta en
cuatro de cada mil personas recién nacidas.

La coordinadora de Genética Clínica del Instituto Nacional de
Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”, Mónica Aguinaga
Ríos, recomendó a las mujeres en edad reproductiva ingerir 800
microgramos de ácido fólico al día, además de alimentación adecuada
y realizar actividad física.

Indicó que los defectos al nacimiento más frecuentes en México son las
cardiopatías congénitas, malformaciones del tubo neural, microtia
(anomalías del pabellón auricular) y labio paladar hendido.

Un defecto congénito es toda anomalía que se presenta en la
estructura u órgano de la niña o el niño y se puede detectar a través de
un ultrasonido durante la etapa fetal o al momento del nacimiento.

En entrevista por el Día Mundial de los Defectos Congénitos este 3 de
marzo, la especialista informó que la mayoría de las malformaciones se
debe a múltiples causas, entre las que se encuentran las ambientales y
genéticas, por lo que recomendó a las parejas planificar el embarazo y
acudir a consulta médica para una evaluación del estado de salud.

Ante factores de riesgo como sobrepeso, tabaquismo o algún
padecimiento crónico, además de consumo de alcohol u otro tipo de
sustancias que pudiese poner en riesgo el desarrollo del feto, es
necesario seguir las recomendaciones médicas para la gestación en las
mejores condiciones.

Subrayó que es importante que la mujer embarazada con alguna
enfermedad crónica degenerativa como diabetes, hipertensión o
epilepsia lleve un estricto control médico para valorar los
medicamentos y dosis suministradas.

Aguinaga Ríos informó que, en 2016, la Organización Mundial de la
Salud (OMS), agregó a la lista de defectos congénitos el síndrome
congénito de zika, caracterizado por afectaciones al sistema nervioso
central y destrucción de las neuronas. Esto provoca microcefalia -el
tamaño de la cabeza del feto es más chica de lo normal-, alteraciones
auditivas, visuales y deficiencias en el desarrollo psicomotor.

Datos de la Dirección General de Epidemiología indican que de 2016 a
2021 se confirmaron 42 casos en México.

Precisó que los daños al feto son mayores si la futura madre adquiere el
virus durante las primeras ocho semanas de gestación, ya que en esta
etapa los diferentes órganos están en desarrollo.

El objetivo del Día Mundial de los Defectos Congénitos es sensibilizar a
madres y padres y, sobre todo, a especialistas de la salud, acerca de la
necesidad de ampliar la vigilancia, prevención, atención e investigación
sobre este tipo de anomalías en el mundo.

La especialista resaltó que el INPer es una institución líder que ha
contribuido a la elaboración de políticas públicas en salud reproductiva
y perinatal. Además, desarrolla investigación relacionada con la
prevención y tratamiento de los defectos congénitos.