Las enfermedades cardiovasculares, especialmente las que son resultado de aterosclerosis coronaria, son una prioridad en salud, su aumento en la incidencia se explica en gran parte por la presencia de factores de riesgo en nuestra población, que son modificables (obesidad, sedentarismo, factores psicosociales, hipercolesterolemia, hipoalfalipoproteinemia, hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus y tabaquismo), de ahí nuestra atención. Las enfermedades cardiovasculares como grupo son el principal motivo de carga global de enfermedad; y su prevención puede disminuir en forma importante la mortalidad general, aumentar la esperanza de vida y reducir el gasto en salud.
Las enfermedades cardiovasculares predominan en la edad adulta, han sobrepasado como causa de muerte global a las enfermedades infecciosas, que constituían hace apenas tres décadas la primera causa de muerte en el mundo.
Las principales dislipidemias en la población mexicana es la hipoalfalipoproteinemia (colesterol HDL < 40 mg/dL), la hipercolesterolemia (colesterol total ≥ 200 mg/dL) y la hipertrigliceridemia (triglicéridos ≥ 150 mg/dL). El costo económico del tratamiento de las dislipidemias es elevado, como también lo es, el de las enfermedades cardiovasculares, se ha propuesto que el uso de medicamentos puede contribuir al control de las dislipidemias, siempre y cuando existan cambios en el estilo de vida, como son el contar con un plan nutricional, actividad física y evitar el tabaquismo.
Por lo que es necesaria una evaluación completa del paciente y considerar el costo/utilidad de los medicamentos, antes de recomendarse su uso en las instituciones.