En el año anterior, en el marco de la celebración del 8 de
marzo, Día Internacional de la Mujer, la Oficina de Género,
Etnia y Salud de la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) convocó al concurso “Buenas Prácticas que incorporan
la Perspectiva de Igualdad de Género en Salud” al
que postularon 44 experiencias de 18 países, entre ellas la
presentada por el Centro Nacional de Equidad de Género y
Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud, que fue reconocida
como una de las dos mejores prácticas en la región
en el 2008 y que tenemos el gusto de presentarles en este
número del boletín.
La experiencia que dio origen al reconocimiento se inició en
2005, sustentada en la necesidad de abordar con visión de
género la prevención y el control de la diabetes en México,
ya que esta enfermedad está generando cada vez más demanda
de atención a la salud, además de que desde el año
2000 ha sido la primera causa de muerte de mujeres, y de
hombres desde el año 2004. En esta experiencia se plantearon
los objetivos de documentar inequidades de género
asociadas a la mortalidad por diabetes en México; incorporar
el enfoque de género en el Programa de Prevención y
Control de la Diabetes Mellitus, específicamente en el componente
de prevención de la enfermedad y promoción de
la salud, a través de la elaboración de materiales impresos
y audiovisuales de apoyo para el autocuidado de la salud;
difundir y promover medidas de autocuidado de la salud a
través de la actividad física, para prevenir y combatir el
sobrepeso y la obesidad en mujeres y en hombres.
Así, se produjeron folletos informativos acerca del sobrepeso,
la obesidad y la utilidad de la actividad física, un video para
promoverla, y se documentaron algunas inequidades en la
calidad de la atención del servicio mediante un estudio de
enfoque mixto; todo ello, aplicando la visión de género. Su
desarrollo logró una gran sensibilización de las autoridades
del programa de diabetes mellitus del Centro Nacional para
la Vigilancia Epidemiológica y el Control de Enfermedades
(CENAVECE) para colaborar juntos en la producción y difusión
de nuevos materiales y continuar trabajando de manera conjunta en incorporar la perspectiva de género en nuevas
acciones y estrategias. A los logros señalados se añaden los
resultados de una investigación que reveló diferencias entre las
mujeres y los hombres en el tiempo que demoran en buscar
atención médica ante los primeros síntomas, así como en su
percepción de la calidad de la atención en los servicios de salud.
Aunado a lo anterior, con el apoyo de los Servicios Estatales
de Salud del estado de Colima, a quienes agradecemos su
colaboración, se realizó una evaluación cualitativa de los
materiales diseñados con enfoque de género en comparación
con materiales previos sin este enfoque, con lo que
se documentaron varios beneficios y aportaciones de tener
materiales diferentes para hombres y mujeres. Un aprendizaje
fundamental para el CNEGSR y el CENAVECE fue que
el trabajo colaborativo con las autoridades responsables de
los programas de salud es fundamental para lograr igualdad
de género.
El año pasado se publicó esta experiencia en la colección
Mejores prácticas en género, etnia y salud de la OPS con
el título: “Incorporación de la Perspectiva de Género en los
Programas Prioritarios de Salud: El Caso de Prevención y
Control de la Diabetes Mellitus en México”. En este boletín,
se reproduce íntegramente con la finalidad de darla a conocer
al público lector del boletín y con la expectativa de que
pueda ser de utilidad para su réplica y adaptación a otros
contextos y programas de trabajo.
Más adelante, este número contiene el artículo “La epidemia
de obesidad y las mujeres” donde Deyanira González
de León, Miriam Bertran, Addis Abeba Salinas, Pilar Torre,
Fernando Mora y Sara Elena Pérez-Gil abordan este tema
con base en el análisis de encuestas realizadas en México y de
una extensa bibliografía nacional e internacional; su enfoque
lo sustentan sólidamente en la teoría de género. Se relaciona
con el tema de la experiencia exitosa previamente presentada
en tanto destaca información que muestra cómo la prevalencia
de obesidad en las mujeres –en todos los grupos de edad y
características sociales– supera a la de los hombres. Según este colectivo de especialistas, esta situación se relaciona
fundamentalmente con variables socioeconómicas y culturales,
por lo que el problema a tratar deviene aún más complejo;
sus argumentos plantean algunos elementos que explican la
influencia del contexto socioeconómico y cultural en la mayor
propensión de las mujeres a la obesidad, sin desconocer que
la obesidad también es un problema masculino con sus especificidades;
además señalan que a la más alta prevalencia
y estigmatización en las mujeres, se agrega un efecto más
pernicioso en aquéllas con mayores desventajas sociales.
Este artículo nos motiva a la reflexión y el análisis de los
programas de salud con el fin de incorporar acciones que
también consideren las características socioeconómicas que
devienen en condiciones de posibilidad para que las personas,
tanto mujeres como hombres, tomen medidas específicas y
puedan realizar las acciones necesarias para cuidar su salud,
combatir el sobrepeso y la obesidad, y prevenir así padecimientos
y problemas en su bienestar y salud.
Además, en esta ocasión se incluye nuevamente el apartado
Para Compartir, en donde Norma Angélica Gómez Ríos presenta
su trabajo “Mujeres y Adicciones: Un enfoque de género”,
documento en el que analiza la experiencia del Centro de
Orientación Telefónica –COT- (01800 911 2000), perteneciente
al Consejo Nacional Contra las Adicciones, de la
Secretaría de Salud, en relación con las llamadas recibidas
en el COT por parte de mujeres, y el papel que ellas juegan
al enfrentar a las adicciones de algún integrante de su familia
o de alguien con quien tienen lazos de afecto.
La función de ese centro es escuchar telefónicamente a las
personas que solicitan orientación sobre adicciones de diferentes
tipos. Profesionales de Trabajo Social y de Psicología del
centro atienden los casos desde la primera llamada hasta
lograr la canalización de la persona usuaria a alguna institución
que la pueda apoyar a la resolución de los problemas específicos.
La autora se apoya en el análisis de género para destacar las
características que tradicionalmente se han asignado tanto
al hombre como a la mujer y que implican desigualdades y
jerarquías entre ambos. Desde ahí, analiza el discurso implí-
cito en las llamadas que recibe el centro y resalta que son numerosas aquellas en las que se percibe que la mujer realmente
se involucra y participa para apoyar a sus hijos o hijas,
a su esposo o hermano que vivan una adicción, mientras
que la participación de los hombres es mínima. Asimismo
explica que es común que las mujeres se sientan culpables
de que alguien de su familia sea adicto/a, situación que la
autora relaciona con la construcción social del “ser mujer”,
asumiendo estereotipos, desde la posición de madre, esposa,
hija, hermana, novia o amiga; se distingue la responsabilidad
sentida desde cualquier postura: servir a los demás en primer
lugar, responder a las expectativas de los otros, ser la salvadora
de otros que necesitan ser impulsados, sacrificarse por otros.
De acuerdo con la autora, resulta importante que las mujeres
tengan un proyecto de vida que se relacione sólo con
las necesidades de sí misma, como un elemento primordial
para estimular que ellas apoyen de manera distinta a las personas
adictas, sin tanto perjuicio para ellas. Aunado a esto,
respecto de las mujeres que llaman al COT, propone, para
abordar sus respuestas en el nivel individual, visualizar las
posibilidades de estimularlas para que construyan redes
familiares y sociales que les faciliten la atención de sus familiares
o personas cercanas adictas; así, a nivel comunitario,
también se pueden formar grupos de personas que pueden
apoyarse en una visión social y autogestiva para responder
de manera adecuada a la problemática.
Edna Cortés y Tania Peña comentan el artículo anterior,
destacando sobre todo la necesidad de atender el creciente
problema de adicciones en las mujeres.
Finalmente, en la sección Para Descifrar, la Dirección General
de Información en Salud, muestra algunos datos relevantes
en cuanto a los egresos hospitalarios y a la mortalidad de
hombres y mujeres por diabetes mellitus y obesidad. Y, como
siempre, en NotiGénero encontrarán la información básica
sobre diferentes eventos relacionados con el género y la salud
que seguramente serán de su interés.
Esperamos que la información publicada en este número
aporte nuevas ideas, referencias y genere diversas reflexiones
y debates para seguir avanzando en los análisis y propuestas
hacia el logro de la igualdad de género en salud.
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Género y Salud en Cifras. Volumen 7, No. 1 Enero - Abril 2009. CNEGSR
Revista Oficial del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva
Secretaría de Salud |
30 de abril de 2009
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