Sin duda alguna las adicciones son un problema social y de salud a nivel mundial; en México, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Estudiantes (INPRF-CONADIC, 2014), la prevalencia de consumo de alcohol alguna vez en la vida en jóvenes de secundaria y bachillerato es de 53.2% y en los de primaria alcanza el 16.9%; para el caso del tabaco la prevalencia de consumo en estudiantes de secundaria y bachillerato es de 30.4%, mientras que en los de primaria es de 6.5%. En relación a drogas ilícitas, 14.5% de los estudiantes de secundaria y bachillerato las han consumido alguna vez, siendo la marihuana la más consumida con una prevalencia de 10.6% (12.9% en hombres y 8.4% en mujeres), seguida de los inhalables que han sido consumidos por 5.8% de los estudiantes (5.9% hombres y 5.8% mujeres) y de la cocaína que presenta una prevalencia de 3.3% (4.2% en hombres y 2.5% en mujeres).

En este contexto, está comprobado que la adolescencia es una de las etapas de la vida donde se presentan más factores de riesgo para iniciar el consumo de tabaco, alcohol o cualquier otra droga, por lo que la adopción de medidas tempranas debe ser una política fundamental para favorecer los factores protectores y aminorar los efectos de los factores de riesgo que cotidianamente viven los jóvenes. Cabe mencionar que en nuestro país existe preocupación no solo por los adolescentes, sino también por los niños que a edades tempranas empiezan a experimentar el consumo de alguna droga.

En el marco de las estrategias para dar respuesta a esta problemática, la Comisión Nacional contra las Adicciones ha desarrollado un paquete integral de estrategias psicoeducativas, específicamente orientado a prevenir el consumo de tabaco, alcohol y drogas entre niños, niñas y adolescentes. Este paquete está representado por una serie de Guías Preventivas que buscan incidir y entrenar a niños y adolescentes en el desarrollo de hábitos saludables y en el enfrentamiento de las presiones asociadas al consumo de sustancias.
Por tratarse de una serie de herramientas activas, la dinámica de implementación se orienta a incidir en diversos frentes, por ello involucra el trabajo con niños, adolescentes, padres y maestros, en busca de un impacto desde una perspectiva integral: familia-escuela-sociedad.

Esta estrategia está pensada para aplicarse en una amplia variedad de escenarios y situaciones, por lo que el profesional de la salud estará en posibilidad de realizar adaptaciones, incluso potenciando su impacto.
Las Guías Preventivas se integran por nueve cuadernillos de trabajo, cuyas actividades y estrategias están orientadas a desarrollar competencias y habilidades específicas en cada grupo de edad: