El uso indiscriminado de antibióticos aumenta de una a dos veces el riesgo de desarrollar alergias como rinitis, asma bronquial o dermatitis atópica, debido a que esos medicamentos destruyen las bacterias que protegen el organismo.

La falta de estas bacterias, facilita el paso de alérgenos (sustancia que puede inducir una reacción de hipersensibilidad) al organismo y desencadena una respuesta negativa que puede manifestarse como rinitis o alergia alimentaria.

Recomendaciones:

  • Evita la automedicación o el suministro de medicinas.
  • Acudir con el médico general o directamente con un alergólogo.

Los infantes son el grupo más vulnerable ante patologías de esta índole, porque el suministro excesivo de antibióticos evita que su sistema inmunológico madure, al quitarles la flora bacteriana normal que apenas está en crecimiento.

Para tratar este problema se aplica la inmunoterapia, la cual disminuye de manera notable los síntomas. Incluso en el caso de menores se ha comprobado que previene el desarrollo de asma.

El asma es una enfermedad crónica caracterizada por la inflamación y estrechamiento de las paredes internas de las vías respiratorias que origina la disminución del flujo de aire que entra y sale de los pulmones, Esto, provoca dificultad recurrente para respirar y sibilancias (silbidos) que varían de una persona a otra en severidad y frecuencia.

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