En México existen más de ocho millones de mujeres en etapa de climaterio (45 a 65 años) y todas susceptibles de recibir terapia de reemplazo hormonal para controlar los síntomas característicos como bochornos y depresión.

La terapia de reemplazo hormonal se prescribe siempre y cuando la necesiten, ya que no todas presentan sintomatología; por ejemplo, una mujer con síntomas de climaterio requiere terapia de reemplazo hormonal, la cual debe administrarse después de un análisis de laboratorio que revele la falla ovárica que, según cada paciente, debe acompañarse de estudios de mastografía, cérvico-uterino, densitometría ósea y perfil de lípidos, entre otros, para detectar cualquier problema físico que presenten y proporcionarle los medicamentos adecuados en las dosis requeridas.

La importancia de la individualización del tratamiento porque “no existe la receta mágica, ya que a veces la paciente sólo necesita calcio, atención psicológica o simplemente ser escuchada”.

La terapia no acelera la aparición de cáncer de mama. Lo más recomendable es medicar a las mujeres durante cinco años para evitar consecuencias negativas; cuando la paciente está bien y desea continuar su tratamiento, el Inper recomienda disminuir la dosis a la mitad o a la cuarta parte.

No todas las mujeres en etapa de climaterio requieren medicamentos, pero es necesario acudir al médico para determinar las necesidades de cada organismo, como podría ser recibir atención para prevenir enfermedades como cáncer, diabetes o depresión.

En México y en el mundo sólo 20% de ellas recibe tratamiento debido al temor que tienen a desarrollar cáncer y a la falta de información al respecto.

El climaterio, es la etapa de vida femenina que se presenta de los 45 a los 65 años de edad y se caracteriza por la disminución de los niveles de hormonas en el organismo, principalmente de estrógeno. Los síntomas físicos y psicológicos pueden presentarse a partir de los 40 años.

El Inper cuenta con una de las clínicas más grandes para la atención del climaterio, donde las pacientes reciben tratamiento integral que incluye estudios de densitometría para reducir el riesgo de osteoporosis que se presenta en 30% de este grupo de población, así como atención psicológica y médica.



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