Se inicia con la historia clínica como elemento indispensable para una correcta valoración de los factores de riesgo, la exploración física consiste en la observación y palpación de las mamas, este es el momento ideal para que el personal médico o de enfermería capacitado para ello, le explique cómo realizarse la autoexploración. La exploración de mamas puede llevarse a cabo en cualquier momento, en condiciones que garanticen respeto y privacidad, solo se requiere el consentimiento de la mujer.

La técnica de exploración se realiza en dos tiempos, inspección visual y palpación:

A través de la inspección visual el médico podrá observar si existe:

  • Tumoración
  • Retracción de la piel
  • Hundimiento o cambio de dirección del pezón
  • Salida de secreción por el pezón, que no sea calostro o leche, puede ser de aspecto seroso, sanguaza o sangre
  • Cambios en la piel y en su coloración

En la palpación, el personal médico palpará los huecos axilares y la región de la clavícula, posteriormente acostada toda la mama, ya sea en líneas paralelas o circulares y repetirá esta maniobra pidiéndole colocar la mano atrás de la cabeza. Es importante que haga presión en el pezón en forma suave, para descartar salida de secreciones anormales.

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Si en la exploración clínica el personal médico encuentra algún cambio sugestivo o tumoración, enviará a la mujer, dependiendo de su edad, a que se realice otros estudios que permitan reconocer que tipo de lesión está presentando, éstos pueden ser: ultrasonido, mastografía o incluso biopsia. El ultrasonido es un estudio de imagen que está indicado en las mujeres menores de 40 años o con implantes mamarios. El ultrasonido no es un estudio de detección de cáncer, complementa el diagnóstico de una lesión.