Para promover espacios de diálogo colectivo y buscar soluciones a problemas agrarios que por mucho tiempo fueron ignorados, el Gobierno de México ha instalado Mesas Agrarias como ruta institucional de entendimiento donde se analizan y atienden las causas y circunstancias que originaron las diferencias en territorio agrario.
Estas Mesas Agrarias son coordinadas por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), y en ellas participan el Registro Agrario Nacional (RAN), la Procuraduría Agraria (PA), el Instituto Nacional del Suelo Sustentable (INSUS) y el Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal (FIFONAFE), así como gobiernos estatales y municipales.
Hasta el momento se han instalado en la República 19 mesas agrarias: Estado de México, Sonora, Michoacán, Morelos, Nayarit, Puebla, Baja California Sur, San Luis Potosí, Durango, Veracruz, Yucatán, Querétaro, Baja California, Hidalgo, Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Campeche y Sinaloa, y próximamente se instalarán en Coahuila, Zacatecas, Chihuahua y Quintana Roo.
Este mecanismo de diálogo interinstitucional es una práctica desde el territorio para identificar y atender conflictos regionales; escuchar de viva voz el sentir y las demandas de los involucrados, así como buscar soluciones entre las partes, para generar territorios de paz.
Al participar en la mesa agraria instalada en el estado de Morelos, Plutarco García Jiménez, director en jefe del RAN, se refirió a una política agraria desde el territorio, que va a las comunidades y a los estados, que escucha a la gente y atiende sus necesidades, como vía para avanzar en la solución de problemas, cuya naturaleza es compleja y muchas veces está más allá de lo jurídico.
En este propósito, la instalación de una mesa agraria en cada estado es una respuesta a las circunstancias que viven comuneros, ejidatarios, posesionarios y avecindados, y cuyas voces se han escuchado en foros regionales, con el propósito de avanzar en la construcción de soluciones a la diversidad de problemas en los núcleos agrarios.