Con el compromiso de mantener vivos el legado y los valores del General Emiliano Zapata, como la congruencia, el respeto de la palabra empeñada; la  dignidad; el amor a la Patria y  la honestidad, concluyó el Foro “Zapata, a 100 años de su muerte. Una mirada intergeneracional”, que reunió en Cuernavaca, Morelos, a campesinos, legisladores, académicos y estudiosos sobre el tema.

El evento realizado en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (MuCIC), estuvo encabezado por el Director en Jefe del Registro Agrario Nacional (RAN), Plutarco García Jiménez, y sirvió de marco a la pluralidad de voces para intercambiar conocimientos  y plantear inquietudes sobre los desafíos que enfrenta el campo mexicano, los ejidatarios y los comuneros.

Entre los ponentes y participantes hubo coincidencia en que las reformas de 1992 al Artículo 27 empobrecieron aún más a la clase campesina, por un lado, y, por el otro, abrieron las puertas a la privatización de la propiedad social, del ejido y la comunidad, lo cual debe revertirse con la intervención del Legislativo.

Plutarco García Jiménez,

Director en Jefe del Registro Agrario Nacional

Especialista en historia agraria, zapatismo y lucha campesina

En su ponencia “Valores Zapatistas en la 4ª transformación”, el Director en Jefe del RAN sostuvo que el legado histórico del zapatismo es parte de la memoria colectiva de los mexicanos, de los ideales de justicia y libertad, y significa “hablar de honestidad, firmeza revolucionaria, por el pueblo, congruencia y fidelidad ante los principios, que hoy deben estar presentes en el marco de la cuarta transformación.

“Hoy más que nunca estos valores deben estar vigentes en los gobernantes, en los legisladores, en los luchadores sociales, en todas y todos, para combatir la simulación y la corrupción, este cáncer con que ha vivido el país y que ha dañado en muchos aspectos al pueblo de México. Es la gran tarea a la que nos ha llamado el Presidente de México, Andrés Manuel López obrador”, afirmó.

Para lograrlo, continuó García Jimenez, “se deben impulsar cambios desde nosotros mismos, en nuestro trabajo, nuestro comportamiento y nuestro pensamiento. Generar nuevas ideas y prácticas a favor del pueblo”.

“La Ley Agraria está inspirada en el carrancismo. La reforma al artículo 27 constitucional del 92, todavía retrocedió más porque nos llevó a la privatización y hoy nos queda el 51 por ciento del territorio nacional de propiedad social, pero si no  buscamos alternativas al rato no nos va a quedar ni el 20 por ciento”, advirtió.

Ante esta realidad, hizo un llamado al legislativo, a los diputados y senadores, a revisar y construir una nueva legislación agraria en beneficio del pueblo, que responda a las necesidades del campo, para que este no siga siendo sinónimo de pobreza sino de prosperidad y progreso.

Felipe Ávila Espinosa

Director Adjunto del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revoluciones de México (INERHM)

Al participar con su ponencia “La vigencia del zapatismo”, el Dr. Felipe Ávila Espinosa, se pronunció por una necesaria y urgente discusión acerca de lo que debiera ser el ejido del siglo XXI, a fin de garantizar su viabilidad económica, su rentabilidad y su sustentabilidad, para empoderarlo y fortalecerlo como instrumento de toma de decisiones.

La contrarreforma salinista de 1992 al Artículo 27, señaló el académico del INERHM, no hizo más productivo al ejido ni resolvió sus problemas  estructurales, ya que los ganadores de este proceso de asociación productiva y de venta de la propiedad ejidal han sido los grandes empresarios que han incursionado en distintas modalidades productivas, mineras, inmobiliarias y comerciales. La propiedad ejidal y comunal se ha debilitado.

Dijo que “no basta dar certidumbre jurídica a la propiedad ejidal y  revertir la contrarreforma salinista al Artículo 27, sino que es necesario fortalecer al ejido y a las comunidades agrarias, incluidas las indígenas, para que sean sujetos de crédito, para que se prohíba la parcelización de bosques y selvas, y se garantice que sus proyectos productivos sean sustentables”.

El ejido y la comunidad, dijo, deben ser la base de la organización social en los territorios rurales. Fortalecer al ejido y a las comunidades agrarias puede contribuir a que los ejidatarios puedan tener un mejor nivel de vida, sean actores que ayuden a preservar su cultura y lenguas, a la conservación y protección de los recursos naturales y a preservar la cohesión de la asamblea comunitaria”, sostuvo.

Dra. Regina Tapia Chávez

Historiadora especialista en Cultura Política e historia agraria y Directora del Archivo General Agrario (AGA)

La Doctora Regina Tapia Chávez hizo un análisis histórico sobre el reparto agrario y el sesgo político que tuvo la redacción del Artículo 27 Constitucional y la reglamentación agraria, donde no se tomó en cuenta el pensamiento del zapatismo plasmado en el Plan de Ayala.

Dijo que al quedar en manos de la Federación; es decir, de los carrancistas, la distribución de tierras se le quitó a los municipios la capacidad de decidir sobre sus parcelas.

Edgar Castro Zapata

Bisnieto de Emiliano Zapata, historiador y  Presidente de la Fundación Zapata

Para Edgar Castro Zapata, hoy más que nunca es necesario abrir foros para difundir el ideario del Caudillo del Sur y para escuchar y conocer las necesidades de los campesinos, de los ejidatarios y comuneros, y también de dar a conocer los documentos histórico y la información sobre el legado y la familia de Emiliano Zapata.

Compartió con los asistentes que él personalmente se dio a la tarea de investigar y rescatar un documento fechado en 1921, donde se relata cómo los principales zapatistas van a buscar a los hijos de Emiliano Zapata en las rancherías, encontrando  un padrón de 6 hijos; entre ellos, su primogénito Nicolás. De esta manera, los hijos de zapata fueron testigos vivientes de cómo la imagen de su padre se fue convirtiendo en un símbolo de justicia y libertad”

También contó, que en 1923 el Presidente Álvaro Obregón se refirió al zapatismo y los zapatistas como “referencia de los mejores representantes de uno de los ideales surgidos en el corazón de la revolución, y ese es el ideal agrario”.