En 2015, la Secretaría de Educación Pública (SEP) publicó el título Obra educativa. Volumen I. Cultura y conocimiento, el cual reúne diversos ensayos del gran educador Vicente Lombardo Toledano, los cuales reflexionan sobre distintos temas como la ciencia, la cultura, el arte y la literatura.
“En el universo nada permanece, todo cambia; lo único inmóvil es el eterno afán de perfección: primero de una manera inconsciente, después en una forma meditada, y, a veces, con impulso místico, el hombre, a medida que transcurre en el tiempo, va esforzándose por arrancar a la naturaleza y a su propio espíritu el secreto de la constante perfección”, nos asegura el autor de esta obra en su ensayo “Homenaje a Goethe”.
En temas de ciencia, Lombardo Toledano escribía a mediados del siglo pasado que, una poderosa fuente de energía es la radiación solar. Aproximadamente un kilovatio de energía cae en un metro cuadrado de la superficie de la Tierra, perpendicular a los rayos solares. Si esto se pudiera transformar completamente en fuerza eléctrica, la producción de una hectárea de la superficie de la Tierra sería de 10,000 kilovatios. Probablemente el mejor modo de explotar la energía del sol sería la de usarla para obtener ciertas substancias en celdas eléctricas.
“No fue un científico, sino un filósofo el que dio al conocimiento del universo un apoyo lógico y claro por primera vez. En 1755 apareció la Historia natural y teoría general del cielo, de Emmanuel Kant, sobre la formación del mundo, del seno de una nebulosa, lo cual significaba que la Tierra y todo el sistema solar se habían formado en el curso del tiempo. El hombre es, así, el resultado del desarrollo histórico de la naturaleza”; plantea el educador mexicano en su ensayo “El hombre, la tierra y el cosmos”.
“Podrán haber aumentado los estudiantes en la Facultad de Filosofía y Letras, pero la producción filosófica y la inquietud por la cultura superior, ésa ha desaparecido. Hace algunos años, hablando con el maestro [Antonio] Caso nos referíamos a algún estudiante y a lo bien que había trabajado en los cursos de la Facultad de Filosofía y Letras; único ejemplo, y me decía el maestro refiriéndose a alguno de ellos: ´es el último Abencerraje; yo creo que después de este chico va a ser difícil encontrar mexicanos que se interesen por los problemas de la filosofía´”, nos cuenta nuestro autor en el ensayo “La cultura en México”.