Los cítricos tienen su origen en zonas tropicales y subtropicales del sur de Asia. No son muy exigentes con el tipo de suelo, pero crecen mejor en suelos bien drenados y ligeramente ácidos; de ellos surgen diferentes tipos de frutos (agrios o agridulces) según la especie de la planta.

La forma de su fruto es ovalada o esférica, su piel o cáscara puede ser gruesa o delgada, lisa o rugosa y su color puede ser verde, amarillo, naranja y rojo. Una de sus principales características es que su pulpa o endocarpio (parte comestible) está divida en gajos, que son ocho en promedio, en el caso de los limones, y hasta quince en las toronjas, pomelos y naranjas.

A nivel mundial, el cítrico que más se produce y comercializa es la naranja. En México, los cítricos son un producto agrícola básico porque, además de ser parte sustancial de la dieta de la población, generan un importante número de empleos e ingresos.

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De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el cítrico que más se consume en México es la naranja, con un promedio de 34 kilos por persona al año. En los últimos años nuestro país ha ocupado el quinto lugar en el mundo en producción de cítricos; 12% de lo que se produce se vende a otros países y 88% se destina al consumo interno.

En México, 23 estados cultivan y cosechan cítricos. Veracruz, San Luis Potosí y Tamaulipas son aquellos que destacan por su elevada producción. Los cítricos que más se producen en la nación son naranja, mandarina, lima, limón (mexicano y persa) y toronja. Los cítricos tienen un alto valor nutricional y medicinal; contienen vitaminas (principalmente C, que ayuda al sistema inmunológico y mejora la absorción del hierro), minerales y fibra.

En el caso del limón, nuestros productores ocupan el primer lugar en el mundo en la variedad mexicano y segundo en persa. Febrero, es el mes en el que se registra la mayor producción de cítricos en nuestro país, seguido de mayo y junio, así como de septiembre y octubre. En estos últimos meses el precio del fruto es más alto y se vende mejor.

El consumo de cítricos frescos aporta un buen contenido de fibra que ayuda a la digestión y mejora la absorción de grasas, por lo que disminuye los niveles de colesterol y, con ello, el riesgo de contraer una enfermedad coronaria. Por si fuera poco, las características aromáticas, protectoras y desinfectantes de los aceites y esencias de los cítricos se utilizan principalmente en la industria farmacéutica, de cosméticos y de dulces.

 

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