En 2012, con el objetivo de conmemorar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución mexicana, la Dirección General del Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores (sre) reimprimió la colección “La búsqueda perpetua: lo propio y lo universal de la cultura latinoamericana”, que consta de seis volúmenes, cuyo primer título es “Diplomacia cultural, educación y derechos humanos”.

En este primer volumen se hace un balance de la construcción social de América en los ámbitos de educación, cultura y derechos humanos a lo largo de 200 años, en torno a dos dimensiones: la diplomacia y la movilización social. La continua y lenta construcción del sistema interamericano, mediante conferencias internacionales, marcó compromisos en el ámbito educativo en el hemisferio. El proceso inició en 1889, en el Congreso de Washington, que pretendía la creación de un mercado hemisférico.

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Esta iniciativa continuó en la Segunda Conferencia Interamericana, realizada en México, en 1901, donde se incluyeron los compromisos de intercambio de profesores y estudiantes, establecer becas para graduados y posgraduados, así como cátedras especiales para el estudio de lengua y literatura, bibliografía americana, periodismo, crear un instituto geográfico, la estandarización de los programas universitarios, el reconocimiento de grados profesionales, la protección de documentos, monumentos históricos y arqueológicos, derechos aduanales, la publicación de mapas, tarifas postales para libros y periódicos, entre otros temas.

En diciembre de 1936, se realizó en Buenos Aires la Conferencia Interamericana de Mantenimiento de la Paz, en la que se revalorizaron las relaciones de intercambio de profesores, maestros y estudiantes para el mayor entendimiento de los pueblos del continente. Además, se suscribió la Convención Interamericana sobre la Orientación Pacífica de la Enseñanza, la cual ratificaron 11 de los 17 países suscriptores, donde se pactó el compromiso de impulsar una enseñanza de los principios sobre el arreglo pacífico de las diferencias internacionales y la renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.

La obra continúa con el recuento y hace  de los 17 países suscriptores, donde énfasis en que la cultura es una manera de apropiarnos de nuestro destino, no sólo por el afán de crear y de aproximarnos a un anhelo de verdad, sino con la mira de ayudarnos a vivir y expandir nuestra conciencia.

“La búsqueda perpetua: lo propio y lo universal de la cultura latinoamericana”, que consta de seis volúmenes, cuyo primer título es “Diplomacia cultural, educación y derechos humanos”.

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