La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), a través de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza), publicó en 2014 el compendio fotográfico “El llamado del desierto, belleza sin límite”, en el que se muestra la majestuosidad de las regiones desérticas de nuestro país, así como su potencial productivo.
El desierto sonorense abarca grandes extensiones de Arizona y California, en los Estados Unidos, así como de Sonora, en México; es considerado uno de los desiertos más calurosos y grandes del mundo. Cuenta con algunas regiones en las que no cae una gota de agua durante cuatro o cinco años, y otras en las que la precipitación pluvial no supera los 250 mm anuales.
Por su parte, el desierto chihuahuense es considerado el más grande en Norteamérica y el segundo con mayor diversidad a escala mundial. Incluye los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí y una pequeña porción de Querétaro, Guanajuato e Hidalgo, mientras que en Estados Unidos lo conforman Arizona, Nuevo México y Texas. Por su extensión, cuenta con 350 de las 850 especies de cactáceas conocidas en México. Asimismo, en Cuatrociénegas, Coahuila, habita la mayor diversidad de especies endémicas del planeta.
El desierto poblano oaxaqueño, localizado entre la Sierra Madre del Sur y el Eje Volcánico Transversal, alberga la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán y el santuario de la guacamaya verde. En esta zona también se han encontrado fósiles pertenecientes al Jurásico y Cretácico.
Por último, el desierto de Baja California se compone del Distrito del Desierto del Colorado y el Distrito del Desierto de Vizcaíno. A pesar de contar con un clima seco y subtropical, el Océano Pacífico le ofrece algo de humedad y modera la temperatura. En el lugar se encuentran muchos vestigios de civilizaciones antiguas, como pinturas rupestres y puntas de flechas.
"El llamado del desierto, belleza sin límite"
