En 2013, la Secretaría de Economía (SE), en colaboración con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), publicó el libro Consumo saludable. Hacia nuevos hábitos de consumo, en el cual se exponen datos interesantes sobre el consumismo contemporáneo, el cual, resulta nocivo para la salud de los mexicanos, así como rutas alternativas para corregirlos y adoptar un estilo de vida más saludable.

México ocupa el primer lugar mundial en obesidad infantil y el segundo en obesidad en personas adultas; asimismo, el costo anual de la diabetes es de 7,784 millones de dólares. Lo anterior se debe sobre todo a malos hábitos de consumo, factores exógenos o nutricionales que conforman el llamado “ambiente obesogénico” y que han causado grandes problemas de salud en la población mexicana.

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De acuerdo con esta publicación, en México se desperdician más de 20,000 millones de toneladas de comida al año, cuando existen más de 20 millones de personas que padecen pobreza alimentaria; sin embargo, para las grandes abastecedoras de alimentos la prioridad no es alimentar sino vender.

La contrastante realidad —hambre y cosechas quemadas— motivó la creación del Fondo Social de Rescate Alimentario, el cual, mediante bancos de alimentos ubicados en 15 estados de la República, en 2012 rescató 9,475 toneladas de productos que llegaron a la mesa de 81,912 familias en vez de ser desechados.

En la forma de adquirir, preparar y consumir alimentos hay una inmensa desproporción; por ejemplo, hace 50 años, cuando comenzaron a establecerse las cadenas de comida rápida, sólo había una medida de papas fritas, que hoy corresponde al tamaño más chico. En el cine, hoy es posible consumir 20 tazas de palomitas de maíz en lugar de tres, y casi un litro de refresco en lugar de un vaso de 240 mililitros, como sucedía hace cuatro décadas.

"Consumo saludable. Hacia nuevos hábitos de consumo"

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