A continuación se presentan las medidas de bioseguridad que se recomiendan en el Manual de Prevención de Brucelosis en Rumiantes del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.

Control de la Incorporación de nuevos animales al hato

Todo animal que se pretenda incorporar a la UPP debe proceder de hatos libres de enfermedades como brucelosis y tuberculosis; además, debe cumplir con otra prueba diagnóstica 60 días después de la última reportada para el animal, la cual se espera resulte negativa. Para reducir la posibilidad de entrada de otras enfermedades, se recomienda que los animales a incorporarse cumplan una cuarentena, es decir, que permanezcan aislados físicamente del resto del hato en un lugar apartado, lejos de las instalaciones principales en donde se encuentra el hato o rebaño, y no puedan entrar en contacto con éstos antes de pasar este periodo de aislamiento en el que se confirme clínicamente que el animal está sano.

En los sistemas extensivos, el animal deberá permanecer aislado antes de ser incorporado a la pradera con el resto de los animales.


Prevención del contacto con animales de otros hatos

En explotaciones intensivas el contacto directo de los animales con otros ajenos a la UPP puede ser controlable debido a que el predio tiene delimitado el acceso, lo que impide el paso de personas y animales ajenos. En explotaciones extensivas que cuentan con praderas cercadas es posible evitar este contacto; sin embargo, en áreas comunes de pastoreo el riesgo de mezclarse con otros es permanente. En este caso, para el uso de estos recursos de apacentamiento es muy importante establecer con la comunidad un reglamento en el que se estipule el manejo de los animales en las tierras comunes de pastoreo.

 

 Debido al riesgo de transmisión de enfermedades, el personal que labora en la UPP deberá evitar en lo posible el contacto con animales de otros hatos. El médico veterinario también debe ser extremadamente precavido y asegurar una adecuada limpieza y desinfección de su ropa de trabajo, botas (Figura 1) equipo y herramientas, así como la remoción física de la materia orgánica (sangre, heces y otros residuos).

 

En la medida en que sea posible, deberá evitarse la entrada de vehículos de proveedores o compradores a las UPP, debido a que estos vehículos generalmente recorren varias granjas y podrían acarrear materia orgánica potencialmente contaminada. Es recomendable asignar áreas especiales para recibir insumos alimenticios, concentrados o implementos, o para entregar leche, corderos, terneros, cabritos, etc.

Asimismo, se recomienda contar con un área para estacionamiento de vehículos lo más alejada posible de los animales, instalar vados de desinfección los cuales obligatoriamente deben ser atravesados tanto por visitantes como por los empleados del rancho, así como por cualquier

vehículo que entre o salga del rancho. La profundidad mínima del vado deberá ser de 25 cm por 3 m de largo y el ancho suficiente para que pasen los vehículos. La solución desinfectante utilizada en el vado debe ser renovada continuamente (no permitir que se seque o se contamine de manera excesiva con materia orgánica) para que cumpla con su objetivo. Los desinfectantes recomendados para eliminar diferentes especies de Brucella son los siguientes: Solución de hipoclorito de sodio al 2.5% Suspensión fresca de cal viva (hidróxido de calcio) al 20%

  • Solución de sosa cáustica al 2-3%
  • Emulsión de creolina al 5%
  • Solución de fenol al 1%

Restricción de los animales con posibles vectores

En las explotaciones intensivas se debe llevar un programa de control de roedores mediante cebos que se colocan principalmente en las áreas donde éstos anidan. Todos los accesos al rancho se mantendrán cerrados para evitar la entrada de todo tipo de animales. Además, se debe mantener estricta vigilancia para impedir que los animales de compañía como perros y gatos (ajenos y propios) tengan contacto con el ganado.

 

Manejo correcto de los fómites

Se debe de evitar el contacto directo de los animales con objetos inertes que fueron utilizados con otros animales o con sus desechos, debido a que éstos pueden servir de vehículo para los microorganismos patógenos. Se deben emplear agujas nuevas (estériles) para inyectar a cada animal, y el material de uso colectivo, como instrumental quirúrgico, debe someterse a procedimientos estrictos de limpieza y desinfección. Estas

Precauciones también son necesarias en equipos y utensilios como aretadoras, tatuadoras, tijeras, trasquiladoras, palas, cubetas, ropa de trabajo, etc.

 

 Las hembras infectadas con brucelosis excretan gran cantidad de bacterias durante el parto o el aborto, las cuales contaminan el alimento, el suelo, las camas y el agua. Para evitar la contaminación del alimento y el agua con las secreciones o los tejidos de fetos abortados, en la explotación deben designarse áreas de parideros específicas para las Hembras infectadas con brucelosis.

 

 Las brucelas también son excretadas en la leche, por lo que el humano puede adquirir la enfermedad al consumir leche cruda y subproductos lácteos como queso fresco, helados, mantequilla, etc., elaborados con

Leche no pasteurizada. Esta enfermedad también se adquiere a través.

 

de abrasiones o cortaduras en la piel, por salpicaduras en la conjuntiva, por aerosoles formados en algún proceso, por transfusiones de sangre o por el trasplante de tejidos, y por auto-inoculación accidental durante la vacunación y toma de muestras. Debido al alto riesgo de contagio, la brucelosis es considerada como una enfermedad ocupacional entre vaqueros, veterinarios, ganaderos, matanceros y técnicos de laboratorio.

 

Por ser la brucelosis una zoonosis, es aconsejable que las muestras sean tomadas por un médico veterinario, quien tiene amplios conocimientos sobre los procedimientos para la toma y el manejo de las muestras de animales enfermos. En los casos de aborto, al recolectarse muestras de fetos y placentas, obligatoriamente se deben utilizar prendas de protección como bata, guantes de látex, cubre bocas y anteojos.