Existen diferentes enfermedades de origen animal a las que los seres humanos son susceptibles como la influenza aviar, la rabia, la brucelosis, la encefalopatía espongiforme (vacas locas) o el mismo COVID-19. Estos patógenos representan riesgos globales para la salud pública, para los cuales el punto de inicio de prevención es el cuidado de la salud animal.

El papel del Médico Veterinario en cualquiera de sus ámbitos de acción, ya sea la administración, investigación, la docencia, la producción de alimentos de origen animal y el cuidado de las pequeñas especies, asumen una responsabilidad fundamental para la prevención y control de los patógenos zoonoticos desde la fuente de origen. De esta manera la salud de los animales se convierte en un eje vital para el cuidado de la salud pública.

El médico veterinario tiene la responsabilidad de implementar en su ámbito de competencia, el enfoque de una sola salud (One Health) la cual es una filosofía cuya orientación es prevenir y tratar enfermedades en los animales que afectan la salud de las personas, en armonía con el medio ambiente.

Bajo este concepto la medicina veterinaria protege la salud de las personas y contribuye a garantizar la salud pública al prevenir enfermedades desde su origen, que afectan a la población mundial.

Además de lo anterior, los Médicos Veterinarios garantizan la seguridad alimentaria a través de la inocuidad de los alimentos, mejoran la sanidad animal al prevenir y erradicar las enfermedades en los animales y ayudan a la gestión de los ecosistemas evitando desequilibrios por cambio climático o especies invasoras.

Este próximo 17 de agosto celebremos el Día del Médico Veterinario Zootecnista reconociendo la importante aportación para la salud de los animales, el sector pecuario  y la salud pública.