Asimismo, con las buenas prácticas porcícolas se disminuyen los riesgos de salud animal y humana porque permiten lograr un ciclo de producción con mayor inocuidad, así como con calidad sanitaria y comercial reduciendo los riesgos para el consumidor final.

Las buenas prácticas nutricionales son esenciales para una buena salud y producción del ganado porcino, en la ración diaria será necesario proveer una cantidad adecuada de nutrientes para obtener una buena ganancia diaria de peso, esto se logra proporcionando la cantidad necesaria de alimento que satisfaga sus requerimientos nutricionales de energía, proteína, minerales, vitaminas y agua.

La sanidad porcina es una práctica que favorece la crianza y bienestar de los cerdos, por lo que es indispensable, prevenir, controlar y erradicar las principales enfermedades que afectan a la porcicultura y para ello la SAGARPA cuenta con el Programa Integral de Sanidad Porcina, en el cual se establecen estrategias y acciones tendientes a lograr estos objetivos a nivel nacional.

Las prácticas recomendadas para mejorar la salud del hato incluyen que se cuente con un ambiente limpio y confortable, un programa adecuado de nutrición, contar con un programa de vacunación y desparasitación, llevar un control de los registros de tratamientos.

El equipo de trabajo que opere en las granjas porcícolas debe ser multidisciplinario, tener conocimiento y experiencia en la producción de cerdos, así como en el control de, riesgos microbiológicos, químicos y del sistema de calidad y de buenas prácticas.

El manejo de desechos es parte de las buenas prácticas y los desechos porcinos influyen directamente sobre el medio ambiente, así que es necesario cumplir con lo establecido en la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.

Sabías que…

Más de dos millones de familias viven de la porcicultura nacional, genera 350 mil empleos directos y más de 1.7 millones indirectos, por lo que la implementación de las buenas prácticas aseguran la estabilidad de la actividad.