Los árboles acogen a cientos de miles de organismos como aves, reptiles, insectos, plantas y frutos. Su madera es una materia prima útil que se utiliza en los hogares, en el lugar de trabajo, en el transporte y en muchos otros lugares. 

En cuanto a su función ecológica, los árboles son responsables de purificar el aire convirtiéndolo en oxígeno; de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al absorber el dióxido de carbono (CO2); de regular los ciclos hidrológicos, de infiltrar agua a los mantos acuíferos a través de sus raíces, de evitar inundaciones y la erosión de los suelos, y además son clave en el desarrollo de la agricultura.

Estas plantas perennes son un elemento esencial para lograr los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, y se prevé que contribuyan con el 22% de la meta total de reducción de emisiones de gases efecto invernadero (GEI), correspondientes al compromiso de mitigación de México para el 2030, el cual se adoptó en el marco del Acuerdo de París.