La totoaba es el pez más grande del Alto Golfo de California único en la región, actualmente esta especie se enfrenta a la pesca ilegal, ocasionando un decremento en su población de forma alarmante hasta acercarla peligrosamente a su casi extinción, la problemática radica en que esta especie es capturada ilegalmente para obtener su vejiga natatoria también llamado buche y ser llevado en contravención con la ley al continente asiático para ser vendido en precios exorbitantes.
Descripción de la especie
La totoaba (Totoaba macdonaldi), es una especie de pez de la familia Sciaenidae en el orden de los Perciformes, también es conocida como corvina blanca, curvinas, roncadores o tambores por su habilidad de producir sonidos con su vejiga natatoria. Es un pez muy longevo, pues llega a vivir de los 25 hasta los 50 años de edad.
Tiene el cuerpo alargado, comprimido, boca puntiaguda y grande, mandíbula inferior saliente, mandíbula inferior sin barbillas, dientes en bandas angostas, un poco agrandados y cónicos en la fila externa de la mandíbula superior, incluyendo unos pocos dientes puntiagudos al extremo de la mandíbula; fila interna de dientes de la mandíbula inferior ligeramente más grandes que los de la fila externa, margen del preopérculo casi liso. Su aleta caudal termina en punta al centro. Puede alcanzar los 2 metros de longitud y pesar más de 100 kg.
Alimentación
Adultos: cangrejos grandes y sardinas (es una especie carnívora)
Juveniles: peces pequeños, anfípodos, camarones y cangrejos pequeños
Reproducción
Presenta su madurez sexual alrededor de los 6 o 7 años. A los 6 años, las hembras adultas migran al Delta del Río Colorado para desovar entre los meses de marzo y mayo, lugar donde permanecen los peces jóvenes.
Época reproductiva: de marzo a junio
Población
El estudio de la dinámica poblacional de la totoaba ha sido poco abordado. Los puntos de vista sobre el estado de población se han basado en los registros de explotación comercial de las oficinas de pesca; pero la escasa información sobre la captura (ilegal) y el esfuerzo de pesca ha dificultado el seguimiento de la abundancia del recurso, de los patrones de crecimiento y la mortalidad.
En 1991 se estimó una población de 2,300 totoabas y se estimó que ha tenido una recuperación aparente. En un estudio para determinar la distribución, abundancia, crecimiento y la captura incidental de totoaba por barcos camaroneros, se encontró una densidad de juveniles de 11.6 y 11.5 individuos por kilómetro cuadrado en 1989 y 1990, respectivamente, y con base en estos resultados afirman que la población juvenil en el alto Golfo de California se mantiene estable en niveles bajos, pero con posibilidades de recuperación”.
En el informe realizado por el Instituto Nacional de la Pesca (INAPESCA) denominado “Evaluación de la población de Totoaba en el Golfo de California”, de febrero de 2018, se consideró que bajo un esquema de captura controlada con el estado actual de la población, se podría permitir la captura de ejemplares adultos y eliminar la captura incidental de juveniles de dicha especie. (Lo anterior, una vez que se determine el cambio de categoría de riesgo)
La pesca y el tráfico ilegal
Existen registros de captura comercial desde 1929 a 1975, durante los primeros años fueron capturadas comercialmente 500 toneladas de totoaba, esto continúa al alza disparándose hasta alcanzar su mayor pico en 1942 con 2 261 toneladas.
Posteriormente se vino un desplome de la captura y a pesar de un aparente repunte en los años de 1960, la caída siguió hasta 1975 con sólo 58 toneladas de captura; lo que llevó al gobierno mexicano a instalar la veda indefinida y permanente a la pesca de la totoaba.
La pesquería de la totoaba fue una de las más importantes del país, dio origen a los asentamientos humanos de Puerto Peñasco, Golfo de Santa Clara y San Felipe.
Desde la década de los 20´s, fue objeto de una importante pesquería comercial y deportiva, mermando alarmantemente su población hasta acercarse peligrosamente a su extinción.
La pesca ilegal de la totoaba se atribuye a que en Asia la vejiga natatoria (buche), es utilizada como alimento gourmet y se le atribuyen diversas propiedades afrodisíacas, curativas y de salud, su precio gira alrededor de (8 mil dólares por kg) en Asia, cantidad imposible de obtener en la pesca legal.
En 1991 fue declarada oficialmente en Peligro de Extinción, actualmente continua enlistada en la NOM-059-SEMARNAT-2010 en la categoría de en peligro de extinción (P), también en el Apéndice I de la CITES; y en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN como en Peligro Crítico de Extinción.
Daños colaterales a la vaquita marina
La vaquita marina o cochito (Phocoena sinus) es uno de los mamíferos marinos más amenazados del mundo. Tiene una limitada distribución geográfica, en la parte alta del Golfo de California.
Esta condición, sus bajas tasas reproductivas y la mortalidad derivada de la pesca incidental, la han colocado en las listas de especies en alto riesgo.
Esta situación de ser capturada como especie secundaria, o no objetivo (Incidental) es el principal factor de daño colateral, la cual ha sido realizada durante décadas mediante el uso de redes agalleras de pesca ilegal para la extracción de la Totoaba (Totoaba macdonaldi), además de la incidencia en otras especies marinas.
Lo anterior, en consideración que los pescadores clandestinos utilizan redes de enmalle ilegales de gran longitud (mayores a 1,000 metros), con luz de malla superior a las 8 pulgadas y palangres o cimbras, con anzuelos grandes colocadas a media agua o en fondo (para ocultarlas), las cuales debido a sus dimensiones tienen una nula selectividad, lo que ocasiona que varias especies marinas protegidas resulten afectadas como la vaquita marina, totoaba, delfines, ballenas, tortugas y lobos marinos, etc. al quedar atrapadas en las grandes redes impidiendo que estas especies se alimenten o salgan a la superficie a respirar.
En las faenas de pesca comercial que se realizan en el Golfo de California “por cada kilogramo de camarón se capturan, en promedio, diez a doce kilogramos de otras especies” de fauna de acompañamiento.
Se debe mencionar que la intensidad de arrastre en las actividades pesqueras tiene un efecto directo sobre la biodiversidad, la estabilidad y la abundancia de la comunidad de organismos que habitan en el fondo, lo que implica la potencial disminución en los stocks de las poblaciones de especies marinas (camarón, chano norteño, jaiba, caracol y almeja), aprovechadas en la región y su zona de influencia debido a un aumento en el esfuerzo, limitada regulación y uso de artes no selectivos o prohibidos.
Otro factor que incide de manera negativa en estas especie, es el uso de las redes en zonas de crianza y desove, en donde no están permitidas las actividades pesqueras, como la Zona Núcleo del Área Natural Protegida Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado (RBAGCDRC).
Cabe recordar que el establecimiento de la Reserva desde 1993 nació de la necesidad de atender la problemática relacionada con la disminución de la productividad pesquera, la urgente protección de la vaquita y la totoaba, así como de la evaluación de los humedales, promoviendo el tránsito hacia el aprovechamiento y manejo sustentable de los recursos marinos y terrestres con los que cuenta la Reserva.
También, las especies se ven afectadas por alteraciones al hábitat, especialmente en los suelos marinos causado por la pesca de arrastre repetida e intensivamente y la disminución en la productividad del Golfo de California, debido a la represa del Río Colorado; o la contaminación por pesticidas.
Además, la vaquita marina es vulnerable a desastres y eventos naturales debido a que su población es muy pequeña y restringida. El hábitat donde vive la vaquita marina ha sido alterado por varios factores, el principal es la pesca ribereña y de altura de camarón, totoaba y otras pesquerías, que disminuyen las poblaciones naturales y afectan los fondos marinos.