En México, la celebración comenzó en 1922, según el investigador del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México.

Se escogió mayo por ser el mes consagrado a la Virgen y el 10 porque en aquella época en México se pagaba en las decenas, aunque otras fuentes sitúan el primer día de la madre mexicano en Oaxaca en 1913, cuando la esposa de un presbítero metodista encontró una revista donde se comentaba el festejo y decidió retomar la idea.

México fue el primer país latinoamericano en sumarse a esta conmemoración, y tal importancia adquirió la devoción a la madre que el 10 de mayo de 1949 se inauguró en la capital una gran escultura en honor a la madre.

En PROFEDET se reconoce el valor y la importancia de todas las madres trabajadoras que con su empeño y dedicación día a día, logran hacer una gran institución. 

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